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» Misioneslider
Fecha: 28/02/2025 11:43
En 2009, un grupo de personas decidió invertir en la compra de departamentos en un edificio ubicado en Colombres 1333, confiando en una inmobiliaria prestigiosa para llevar a cabo la transacción. Sin embargo, lo que parecía ser una inversión segura se convirtió en una pesadilla para los propietarios, ya que, después de 15 años, aún no han podido escriturar sus propiedades debido a una hipoteca impaga por parte del constructor. **Una situación angustiante para los propietarios** Para muchos de los afectados, como Carlos y Rubén, esta situación ha significado vivir con la constante amenaza de perder sus hogares debido a la ejecución judicial derivada de la deuda hipotecaria impaga. La incertidumbre y el desgaste emocional son evidentes en las palabras de los propietarios, quienes se sienten atrapados en una situación que condiciona sus vidas y proyectos familiares. **El modus operandi del constructor** El abogado Santiago Yofre explica que este caso es un claro ejemplo de estafa inmobiliaria, donde el constructor vendió las unidades funcionales sin cancelar la hipoteca ni completar los trámites necesarios para la escrituración. A pesar de los esfuerzos judiciales, las demoras y obstáculos administrativos han complicado la resolución del caso, dejando a los propietarios en una situación de vulnerabilidad. **El impacto humano de la estafa** Más allá de los aspectos legales, el impacto emocional y económico en las familias afectadas es significativo. Muchos han tenido que endeudarse nuevamente para intentar salvar sus hogares, enfrentando una situación de estrés y preocupación constante. Sin embargo, a pesar de las dificultades, el grupo de propietarios ha logrado reunir los fondos necesarios para cubrir parte de la deuda y confían en que la Justicia les brinde una solución favorable. **En busca de justicia y soluciones** Con la fecha del remate cada vez más cerca, las 75 familias afectadas esperan que la Justicia les permita frenar la subasta y completar el pago pendiente. Si logran evitar el remate, no solo podrán salvar sus hogares, sino que también se convertirán en acreedores del constructor, abriendo la posibilidad de una futura escrituración. A pesar de las dificultades, los propietarios mantienen la esperanza de que finalmente se haga justicia. En resumen, la historia de los propietarios afectados por esta estafa inmobiliaria es un claro ejemplo de los riesgos a los que se enfrentan aquellos que confían en intermediarios poco escrupulosos. La lucha por la justicia y la estabilidad de sus hogares es una batalla que estas familias están dispuestas a librar, en busca de una solución que les permita recuperar la tranquilidad y seguridad que les fue arrebatada.
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