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» Misioneslider
Fecha: 27/02/2025 11:34
Una sonrisa inocente y una mirada llena de ilusiones que le arrebataron para siempre de una manera salvaje. Kim Gómez tenía 7 años. Era una nena alegre y activa que realizaba actividades físicas en un club cercano a su hogar. Su padre Marcos Gómez, quebrado por el dolor, contó que era una niña responsable, ordenada y muy sociable. Tenía muchos amigos y siempre mostraba una actitud amable y solidaria con quienes la rodeaban. «Era la hija perfecta«, resumió. Sus padres la habían anotado en clases de gimnasia no solo para que realizara actividad física, sino también para que pudiera relacionarse con otras personas en un entorno distinto. «La llevábamos a gimnasia porque le gustaba, por la zona, para que se críe en un ambiente diferente, para que sueñe», resumió Marcos.
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