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» Diario Cordoba
Fecha: 27/02/2025 07:36
El Ayuntamiento de Córdoba ha comenzado los trámites para retirar el avión cultural ubicado en el Balcón del Guadalquivir. La junta de gobierno local tiene previsto aprobar la próxima semana el inicio del procedimiento para devolver la aeronave a su propietario, el piloto suizo de origen español Francisco Agulló. En concreto, la junta de gobierno local aprobará el próximo lunes una proposición de la delegación de Presidencia para iniciar el «procedimiento de reversión del bien inmueble n.º 1921 del inventario municipal, donado gratuitamente al Ayuntamiento de Córdoba». Así fue el multitudinario traslado del avión de Miraflores por el centro de Córdoba / A. J. González / Toni Blanco De esta forma, el avión cultural regresará a manos de Francisco Agulló, quien lo donó en 2011. El pasado mes de agosto, la teniente de alcalde delegada de Gestión en el Ayuntamiento, Cintia Bustos, anunció que la retirada de la aeronave se llevaría a cabo de manera «inminente». Historia del avión El avión del Balcón del Guadalquivir es un modelo Douglas DC7-C, con una longitud de 34,21 metros y un peso superior a 33.000 kilos. Fabricado en el año 1957, Agulló lo adquirió en 2009, tras descubrirlo en un hangar del aeropuerto de Córdoba junto a otra unidad idéntica. Una de las aeronaves fue donada al Museo de la Aviación de Francia, mientras que la otra se cedió al Consistorio cordobés. El avión ha sufrido diferentes incendios. / CÓRDOBA Un símbolo de Córdoba 2016 Después de valorar diversas propuestas para su ubicación, el avión se instaló finalmente junto al río en marzo de 2011. Uno de los requisitos planteados por Agulló para su colocación fue que se utilizara para la promoción cultural de la ciudad, con especial atención a los artistas emergentes. Sin embargo, aunque se diseñaron varios proyectos para su uso, como una zona de exposiciones en su interior, todos resultaron fallidos. A pesar de ello, la aeronave se convirtió en un símbolo de la candidatura de Córdoba a la Capitalidad Cultural Europea 2016, especialmente tras la colocación de una franja azul distintiva. Pronto el avión cayó en el abandono, lo que provocó su deterioro y lo dejó expuesto a actos vandálicos e incendios. El propio Agulló declaró en 2016 al Diario CÓRDOBA: «De haber sabido que no se haría nada, no habría donado el avión».
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