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Usuhahia » Diario Prensa
Fecha: 27/02/2025 07:31
Violencia al volante a pleno día y en avenida Maipú, el miércoles último en Ushuaia. Un alterado conductor, identificado como Pablo Rolando Lay, le cerró el paso con su camioneta Toyota Hilux a una joven que transitaba en un automóvil VW Gol, junto a su hermano menor de edad, para luego intentar pegarles a ambos. Afortunadamente llegó la Policía justo cuando el sujeto, que es pastor evangelista de la Iglesia La Roca y se autodenomina “profeta”, intentaba retirarse del lugar sin hacerse cargo de sus actos. Todo quedó filmado. Un episodio de extrema violencia vial tuvo lugar en la mañana del miércoles 26 de febrero en avenida Maipú casi Guaraní, en inmediaciones del Paseo las Rosas en Ushuaia, cuando el conductor de una camioneta Toyota Hilux gris, patente PJI 344, persiguió de manera demencial a un Volkswagen Gol en el que viajaban una joven de 20 años y su hermano menor. La persecución culminó con una maniobra extremadamente peligrosa: el conductor de la pick up giró bruscamente a la izquierda e invadió el carril por el que circulaba el VW, provocando que éste impactara violentamente contra el sólido paragolpes de su vehículo. Se trató de una acción demencial que pudo haber tenido consecuencias gravísimas, dado que no solo puso en riesgo a los dos hermanos, sino también a otros conductores que transitaban por la avenida Maipú, una arteria de circulación rápida y de alto flujo vehicular. La maniobra temeraria del agresor pudo haber provocado un choque en cadena o incluso lesiones de mayor gravedad a los ocupantes del Gol, al ser este un vehículo de menor porte que impactó de lleno contra la estructura elevada y el consistente paragolpes de la pick up. Luego de provocar el siniestro, quien luego sería identificado como Pablo Rolando Lay, un hombre corpulento de unos 70 años de edad, autodenominado «profeta» de la Iglesia Evangelista La Roca de Ushuaia, descendió de su vehículo y, completamente fuera de sí, comenzó a insultar y a lanzar amenazas contra la jovencita y su hermano, a quienes intentó varias veces agredir físicamente. Tal como lo muestra la filmación, su acompañante tuvo que sujetarlo y tironearlo de los brazos para evitar que concretara los golpes. Lejos de asumir su responsabilidad, Lay intentó retirarse del lugar sin brindar sus datos, pese al reclamo de la conductora, quien se interpuso junto a la camioneta para que no se marchara sin dejar la información. En ese momento, al sujeto, iracundo, se lo escucha gritar con total desprecio e impunidad: «¡No te voy a dar una mierda mis datos! ¡Tengo ganas de romperte la cabeza…!». Justo cuando el agresor se disponía a irse pasó por el lugar un móvil policial al que la chica pidió auxilio de inmediato. A pesar de lo evidente de la violenta situación, momentos después, el hombre se presentó en la Comisaría Primera de Ushuaia para ofrecer una versión completamente distorsionada de los hechos, presentándose como víctima, cuando el material fílmico que aportaron los damnificados muestra con claridad su accionar temerario y violento. La familia de los jóvenes por su parte, radicó una denuncia por amenazas, hostigamiento y daños, poniendo en manos de la Justicia las pruebas que exponen sin margen de duda la peligrosa conducta de Lay. El caso genera aún mayor conmoción al tratarse de una persona que públicamente se muestra como guía espiritual y predicador de la paz, pero que en la vía pública actuó con una ferocidad que puso en grave peligro, como mínimo, la vida de dos jóvenes. El hecho reabre el debate sobre la peligrosidad de estos actos de violencia al volante y la necesidad de sanciones más severas para quienes, con total impunidad, ponen en riesgo la integridad de terceros.
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