27/02/2025 05:16
27/02/2025 05:16
27/02/2025 05:16
27/02/2025 05:16
27/02/2025 05:16
27/02/2025 05:15
27/02/2025 05:15
27/02/2025 05:15
27/02/2025 05:14
27/02/2025 05:13
» Elterritorio
Fecha: 27/02/2025 02:18
Por el crimen del misionero Jeremías Sosa (30), en la localidad de Olivera, se sumó un tercer detenido. Continúan apuntando a vecinos que lo lincharon pensando que era un delincuente miércoles 26 de febrero de 2025 | 5:30hs. Jeremías Sosa (30). La investigación por el crimen del misionero Jeremías Sosa (30) -oriundo de Jardín América-, en la localidad bonaerense de Olivera, partido de Luján, tuvo avances en la mañana de ayer. Esto luego de que uniformados de diversas dependencias detuvieran a un tercer sospechoso de haber tenido un rol preponderante en el linchamiento público que derivó en la muerte del albañil. El caso, a cargo de la Fiscalía 10 de Luján, comenzó a ser investigado por el delito de homicidio en riña en donde la víctima fue golpeado brutalmente en la noche del sábado -sobre las calles Juan XXIII, Reconquista y Remedios de Escalada- por un grupo de personas que, en la vía pública, lo comenzaron a agredir luego de aparentemente haberlo confundido con un delincuente. Lo último es la versión que dieron los acusados en sede judicial. Según las primeras averiguaciones, se pudo determinar que Sosa fue maniatado y golpeado hasta la muerte por varios agresores. Cuestión que con el correr de las horas desató un profundo repudio en la comunidad. En ese marco, familiares de Jeremías se expresaron tanto en los medios nacionales como en sus redes sociales para repudiar lo ocurrido y limpiar la imagen de la víctima, quien fue acusado de ser un delincuente. Acusaciones que aseguraron son completamente falsas. “Un grupo de personas, que se hicieron llamar como justicieros, lo ataron y le golpearon hasta matar porque culparon a mi hermano por algo que él no hizo” comenzó su descargo en su red social Magalí Sosa, una de los seis hermanos de la víctima. En esa línea, remarcó que hubo testigos del hecho que pueden confirmar cómo fueron las cosas. A su vez, mencionó su deseo de querer despedirlo en su tierra natal: “Nosotros queremos trasladarlo a su hogar, a nuestro hogar pero por el momento no podemos, porque su causa está en investigación”. Respecto a la causa, manifestó que -en el momento que escribió el comunicado- había “dos asesinos detenidos” y que “siguen en busca de más asesinos”. “Nos arrebataron un hermano, un hijo, un papá, un marido, un primo, un tío y un sobrino. ¿Por qué le arrebataron su vida de una manera atroz y sin corazón?”, reflexionó. Jeremías tenía dos hijos de 14 y 3 años y una pareja. A Luján se había ido para trabajar de albañilería junto a su padre, ya que quería juntar suficiente dinero para solventar el cumpleaños de su hija y porque su hijo más pequeño empezaba la salita de 4. “Jeremías trabajaba en Olivera con mi papá, de lunes a lunes para darle lo mejor a sus hijos y su familia”, continuó contando Magalí, quien manifestó que “nuestro dolor es inmenso e inexplicable”. Por otro lado, la mujer también cuestionó si los acusados permanecerán en prisión, porque remarcó que se trataría de gente de altos ingresos econocómicos. “Este grupo de personas está protegida, ya que es una familia de plata, con contactos y están libres”, acusó. Asimismo, volvió a hablar de su hermano y las falsas acusaciones hacia él, a quien se lo habrían confundido con un delincuente. “Queremos que todos sepan la gran persona que él era. Estamos destrozados. Las personas que lo conocemos -su familia, sus amigos, conocidos, jefes- sabíamos la gran persona que era”, alegó. “Nadie es perfecto en esta vida, pero quiero que sepan que mataron a un inocente. Ningún acto justifica tremenda acción y más cuando es a una persona inocente”, ratificó y concluyó su mensaje manifestando que “necesitamos transitar nuestro dolor en paz y que él descanse en paz. Estamos rotos y sin alma, con tanto dolor”. Tercer detenido Respecto a la última detención, según medios locales se pudo saber que a raíz de cuatro allanamientos se logró la aprehensión de Lucas Samuel González Bonomo, de 23 años, quien fue sindicado como uno de los agresores de la víctima. Tras su detención, se informó a la Fiscalía 10, que avaló lo actuado, ordenó el secuestro de los elementos hallados y dispuso el traslado de González Bonomo a sede judicial para prestar declaración. En tanto, los allanamientos fueron realizados con el objetivo de dar con Agustina Atrio, imputada en la causa horas antes de los allanamientos y sobre quien pesan graves sospechas de participación en el crimen. Sin embargo, la búsqueda de la mujer resultó infructuosa. De acuerdo a lo informado en los medios, en el primer domicilio, ubicado en la intersección de las calles Reconquista y Santa Fe, el procedimiento arrojó resultado negativo. En el segundo objetivo, situado en la misma intersección, se incautaron un pantalón de jean azul con manchas hemáticas (aparentemente de sangre) y una soga. En la tercera vivienda, en Reconquista entre Juan XXIII y Santa Fe, se secuestraron un teléfono celular, una remera y un short. Finalmente, en el cuarto domicilio, ubicado en calles Francia y Reconquista, la Policía halló otro teléfono celular, una remera y una bermuda, además de detener a González Bonomo. “No vino a robar” Entre las testimoniales que expresaron el momento de angustia que padecen los seres queridos de Jeremías, Melanie -quien vive cerca de la escena del crimen- en diálogo con Crónica explicó que su hermano sufrió un ataque de pánico antes de ser atacado por una horda enfurecida que lo acusó injustamente de un delito que no cometió. “Venía a trabajar a Buenos Aires, tenía a su cargo obras, tenía plata, casa y auto. Él no tenía necesidad de robar, no vino a robar y no era un ladrón”, exclamó. La joven relató que Jeremías era un hombre trabajador y solidario. En Jardín América, donde vivía, tenía un comedor en su casa que alimentaba a 30 jóvenes con problemas de adicciones. Sobre la noche del sábado expuso que “estábamos en mi casa por cenar y a él le agarra un ataque de pánico, de ansiedad, de depresión. Me dice: ‘Tengo mucho calor, quiero aire’. Salió y vio pasar a unas motos que aceleraron, se asustó, entró nuevamente en pánico, salió corriendo y pedía auxilio. Se perdió, no sabía dónde estaba. Quería que lo lleven a mi casa y lo mataron pensando supuestamente que era un ladrón”, relató entre lágrimas. Con indignación, remarcó la rapidez con la que se desencadenó la violencia: “Nunca lastimó a nadie, nunca hizo mal a nadie. Un vecino vio corriendo desesperadamente a una persona y dijo: ‘Es un ladrón, mátenlo’, y así fue”. En esa misma línea, con voz firme y decidida, lanzó una frase contundente: “Querían matar a un ladrón y se convirtieron en asesinos” al tiempo que denunció que muchos de los responsables huyeron de la localidad: “Hay personas que están siendo buscadas y que se fueron del pueblo. Los asesinos, los que lo maniataron, golpearon en la cabeza con un palo, con un ladrillo, a patadas... la gente del pueblo los vio y se fueron”, concluyó una de las hermanas que estuvo en el momento del crimen. Los apuntados por el fatal linchamiento La detención de González Bonomo se conoció minutos después de las impactantes declaraciones de Melanie Sosa, hermana de la víctima, quien en diálogo con el canal de noticias Crónica señaló directamente a varios presuntos responsables del homicidio. Entre ellos mencionó, desde el lugar del crimen y acompañada por la esposa de la víctima, hermanos, familiares y un grupo de vecinos, a Agustina Atrio, su marido (Felipe Crivelli, policía de la Sub DDI Luján), Matías Atrio, Walter Atrio y al propio Lucas González Bonomo.
Ver noticia original