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» Elterritorio
Fecha: 27/02/2025 02:18
Mientras Ana María Oleynicak (54) se recupera en una sala común del hospital Madariaga, esta semana se sumaron versiones que apuntan a esclarecer el ataque miércoles 26 de febrero de 2025 | 4:30hs. El atacante intentó ocultar las pruebas y huellas e inició un incendio en la casa de la joyera. Foto: Marcelo Rodríguez Con la entrega y detención de Nicolás Yamaguchi (26), exagente de la Policía de Misiones acusado de apuñalar e intentar incendiar la vivienda de Ana María Oleynicak de 54 años en su casa en el barrio posadeño de El Palomar, los movimientos en la sede del Juzgado de Instrucción Dos de la jurisdicción fueron muchos y frecuentes. Ya que se sumaron nuevos testigos y voces que aportaron más datos para intentar esclarecer el episodio que sucedió a la luz de la calurosa tarde del 11 de febrero y que mantuvo en vilo a la comunidad local. Fuentes judiciales con acceso a la causa señalaron a El Territorio que esta semana declararon nuevos testigos. Estaba previsto que se presente una expareja de Yamaguchi y policías que rescataron a la joyera herida. No obstante, la voz contundente y que reafirmó la implicancia del “Japonés” en el intento de homicidio fue la de la propia joyera que prestó declaración testimonial en una sala del hospital Madariaga donde continúa su recuperación -en una sala común desde el sábado-. Siguiendo las mismas fuentes judiciales, este matutino pudo consignar que Ana María declaró ante el juez de Instrucción 3 Fernando Verón el pasado viernes y que en esa instancia volvió a apuntar contra el exagente de 26 años como el autor de la brutal agresión que le costó la perforación de un pulmón y la extracción de un bazo que comprometía su salud. En su testimonio reconoció que “Japo” -como lo identificó en su declaración ante Verón- era un cliente habitual en el mercado de joyas. Pero que el imputado le debía dinero por varias alhajas que le había comprado tiempo atrás. Por otra parte, ante el pedido de aclaración por parte del magistrado sobre si la víctima y su atacante tenían alguna relación de amistad u otra índole, Ana María fue contundente y aseguró que no tenía otro tipo de relación que no sea la de cliente y vendedora. En base a eso, los investigadores descartaron casi por completo la posibilidad de que el expolicía y la vendedora de joyas mantuvieran una relación amorosa. Lo que a su vez deja sin posibilidad de que la figura de intento de femicidio sea contemplada en el avance de las investigaciones. Joyera amenazada Como se precisó en la edición del sábado de este matutino, la semana pasada cerró con la testimonial de la hija de la víctima, convirtiéndose en la segunda declaración del caso. La mujer se presentó el miércoles pasado, es decir un día después de que el acusado fuera imputado por tentativa de homicidio criminis causa -es decir, por intentar matar para ocultar otro delito-. En esa instancia, la hija de Oleynicak respondió las preguntas del juez Verón y reconoció que no conocía a Nicolás Yamaguchi. También comentó que desconocía si su madre mantenía algún tipo de relación con el detenido. En ese contexto, siempre desde lo aportado por los voceros consultados, la hija de la víctima sostuvo desconocer cuánto dinero o cuanta mercadería tenía en el domicilio su madre al momento del ataque. También apuntó que la joyera recibió amenazas de muerte por parte de algunos de sus clientes. No obstante, no pudo precisar esos mensajes ni identificar a alguna persona o nombre en particular. Estable y en rehabilitación La paciente Oleynicak continúa su recuperación en una sala común del Hospital Madariaga de la ciudad capital, tras haber permanecido más de una semana en terapia intensiva debido a las 22 puñaladas que sufrió en su propia casa sobre calle Pedro Méndez durante un presunto intento de robo. Según se especifica en el parte médico que pudo conocer este diario, su estado clínico se mantiene estable y sigue bajo un estricto tratamiento de rehabilitación multidisciplinaria y contención. En este proceso, personal médico aclaró que empezó a tolerar la alimentación por vía oral, que ya no requiere oxígeno suplementario y que ya puede sentarse en la cama. Por al menos 10 días el avance del cuadro de salud de Ana María era crítico. Es que las 22 puñaladas recibidas le costaron un pulmón perforado y que debiera someterse a una operación para extraerle un órgano lesionado que casi puso en riesgo su vida.
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