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» La Capital
Fecha: 27/02/2025 00:14
Defensores de animales denunciaron que el ejemplar estaba deprimido y se golpeaba contra las paredes. La Suprema Corte falló a favor de mejorar su calidad de vida Por más de siete años, estuvo sola en el zoológico al que llegó tras ser rescatada de un circo. Se deprimió, se golpeaba contra las paredes y estaba muy delgada. Por eso, Ely fue bautizada por los activistas que denunciaron su situación como "la “elefanta más triste del mundo”. La Suprema Corte de Justicia de México decidió este miércoles conceder un amparo sin precedentes a esta elefanta africana que vive desde hace 13 años en el zoológico de San Juan de Aragón, en la capital mexicana, para que sus cuidadores mejoren su hábitat y aseguren su salud. No es la primera vez que defensores de animales consiguen con su presión que un animal reciba un mejor trato —como pasó con la jirafa Benito a inicios de 2024, trasladada de un zoológico con condiciones climáticas extremas en Ciudad Juárez a un parque de conservación en el centro de México—, pero sí es el primer caso en que el Máximo Tribunal judicial de México da un amparo a un animal. “Ely estaba en unas condiciones pésimas. Yo creo que no tardaba en morirse”, dijo Diana Valencia, directora y fundadora de la asociación local Abriendo Jaulas y Abriendo Mentes, que inició la batalla para proteger a Ely en 2016 junto a otros defensores de animales. Una elefanta deprimida La asociación pide la liberación de la elefanta, que tiene entre 43 y 45 años, o su traslado a un santuario donde pueda estar con otros ejemplares. Aunque el zoológico lo desmiente, los activistas denuncian que padece depresión y enfermedades producto de su cautiverio. “Los elefantes necesitan mucho espacio, necesitan naturaleza, necesitan familia, necesitan a su manada”, argumentan. Valencia visita periódicamente a Ely desde hace ocho años, a pesar de que la mujer sufrió un accidente y requiere de una silla de ruedas y un bastón para movilizarse. Según explicó, las alarmas se encendieron cuando en abril 2016 murió la elefanta Maggie, compañera de hábitat de Ely. Fue sacrificada debido a dolencias en sus huesos. Valencia asegura que eso ocasionó la depresión y su progresivo deterioro físico. Se golpeaba contra las paredes, empezó a perder peso y hasta se comía sus heces. La Suprema Corte de México obliga ahora a las autoridades del zoológico a mantener a Ely “en constante mejoramiento su salud y condición física” bajo la atención regular de veterinarios y especialistas, así como a realizar “adecuaciones necesarias en el espacio donde la elefanta se desenvuelve”, según el proyecto de sentencia. La resolución se tomó con el voto de tres de los cuatro miembros que integran la Segunda Sala del Máximo Tribunal —no se abordó en el pleno de la corte— y confirmó un amparo que ya recibió la elefanta a su favor el año pasado en un tribunal de menor rango. Una primera petición de amparo fue desechada en 2021 por un juez federal. El nuevo objetivo: toros y gallos Según especialistas, esta decisión sentaría un precedente en México para el reconocimiento de los animales como seres sintientes y acreedores de derechos, lo que podría impulsar otros procesos legales a favor de animales en cautiverio o iniciativas para suspender las corridas de toros y las peleas de gallos en la Ciudad de México. Ya el mes pasado la Suprema Corte había dado pasos a favor de la protección de los animales cuando determinó que eran constitucionales las leyes de Ciudad de México que sancionaban el maltrato y la crueldad hacia los animales como perros, gatos y otras especies. Valencia reconoce que en los últimos años “ha habido mejoras” en el espacio donde vive Ely, pero la activista afirma que los cambios fueron “obligados por la presión” de los defensores de animales, la prensa y las acciones de abogados. Las autoridades capitalinas realizaron una ampliación de unos 3.500 metros del área donde vive la elefanta y le llevaron en 2023 una primera compañera, Gipsy. Otra llegó en marzo del año pasado, Annie, pero se mantiene aislada en proceso de adaptación. 2025-02-26 elefanta mexico 80969281.jpg "Ambiente enriquecido" La veterinaria Gabriela Uribe Acosta, directora del Centro de Conservación de la Vida Silvestre de San Juan de Aragón en el que vive Ely, apunta que el zoológico podrá cumplir el pedido de la corte. Aseguró que la elefanta, de 2,30 metros de altura y tres toneladas de peso, se encuentra en un “ambiente muy enriquecido” en un área de unos 7.300 metros en la que hay un amplio estanque, camas de arena, dispensadores de alimentos, troncos y árboles. Uribe Acosta indicó que seis personas se encargan de su alimentación y limpieza, y que come forrajes de avena y alfalfa, frutos y verduras. Cuando llegó al zoo, en 2012, tras varios años en un circo, Ely presentaba una dolencia en su pata trasera derecha que la limitaba para caminar, así como deficiencias nutricionales por una mala alimentación basada en forraje y pan. Ahora, recalca la directora del zoo, cuenta también con un médico principal, tres personas que llevan el seguimiento de su salud y dos veterinarios que evalúan su conducta con el apoyo de un especialista externo. En cuanto sus dolencias, la veterinaria indica que tiene un problema de rotación en la pata trasera derecha que es atendida con tratamientos médicos y terapias de rayos láser y que además ha sufrido de hiperqueratosis en la piel. Pero asegura que ya se encuentra en buenas condiciones y negó que esté deprimida por su cautiverio. “Se ha mantenido estable”, menciona Uribe Acosta, y ha mejorado sus conductas sociales gracias a sus dos compañeras. Se mueve más y tiene nuevas vocalizaciones. “México está dando un paso significativo con un precedente de esta naturaleza y que creo que esto va a marcar un antes y un después”, afirmó el abogado Sergio Méndez Silva, coordinador de litigio constitucional de la organización humanitaria local Fundación para la Justicia. Pero Valencia no se siente conforme. Seguirá luchando para que las tres elefantas puedan ser llevadas a un santuario en Brasil o Estados Unidos. “No puedo estar satisfecha porque un elefante no puede vivir en cautiverio, se dañan mentalmente. Es uno de los animales que más sufre el cautiverio”, aseguró.
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