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Parana » APF
Fecha: 26/02/2025 20:30
Fernando Javier Villarruel fue condenado a la pena de nueve años de prisión de cumplimiento efectivo por el crimen de Brian Uriel Lencina, quien, el 24 de enero, recibió un disparo por la espalda. El acusado reconoció el hecho en un juicio abreviado pero negó haberle disparado por la espalda. miércoles 26 de febrero de 2025 | 19:36hs. Fernando Javier Villarruel reconoció en un juicio abreviado que “el día viernes 24 de enero de 2025, siendo aproximadamente las 22.20 horas, en virtud de 3 un conflicto previo, Fernando Javier Villarruel se dirigió a bordo de una bicicleta marca SLP color gris claro a la intersección de calles 3 de Febrero y Vicente del Castillo donde se hallaba BrianUriel Lencina, y al llegar al lugar extrajo un arma de fuego tipo revolver, calibre 38 y le efectuó un disparo a corta distancia a Lencina ingresándole el proyectil por la espalda en la región dorsal, le atravesó el hígado, pasó por el tórax y le perforó ventrículo derecho y salió por el esternón, causándole la muerte en el lugar”. Si bien la relación del hecho consigna que la víctima recibió el disparo por la espalda, Villaruel, no negó haberle disparado a Lencina por problemas que venían arrastrando desde tiempo atrás, sí lo hizo respecto a que el disparo fue por la espalda. Así, expresó que cuando efectuó el disparo, la víctima giró su cuerpo. Más allá del reconociemiento del hecho enrostrado, tal como lo exige el instituto de juicio abreviado, en la sentencia se consignó que “la evidencia cargosa reunida acredita con certeza, que en las circunstancias de lugar, tiempo y modo intimados, el joven Lencina, pierde su vida como consecuencia de haber recibido un impacto de arma de fuego, conforme da cuenta en forma preliminar el informe de novedad policial de fecha 25 de enero de 2025 confeccionado por la División 911 y Video vigilancia de la Policía de la provincia…”. De las testimoniales que se recogieron durante la Investigación Penal Preparatoria (IPP) surgió que un testigo manifestó que “momentos antes del hecho estaba sentado con un amigo en la vereda de frente de su casa, y en un momento se presentó el negro Fer que iba manejando una bicicleta, venía del lado de calle Sudamérica, es decir, de Oeste a Este. Fer paró unos instantes con el entrevistado y este último le preguntó si le habían pegado porque se había enterado de eso, Fer le contestó que sí, expresando ‘cuando lo vea se la pego en el pecho’, momento en que se levantó la remera y le mostró un revolver que tenía en la cintura”. El testigo refirió que “luego de eso se fue andando en bicicleta por Vicente del Castillo y dobló hacia el Sur por calle 3 de Febrero, en ese momento escuchó un disparo de arma de fuego y al mirar hacia la esquina vio que la víctima cayó al suelo”. Otros testimonios revelaron que hubo miedo entre los testigos que pidieron reserva de su identidad “debido que en el barrio”, en calle Vicente del Castillo al final “es común vivir con los disparos, enfrentamientos entre narcos y delincuentes” y no quieren exponerse ellos ni sus familias a que “las personas peligrosas se enteren de su declaración y luego los maten”. Otros testigos revelaron un trasfondo relacionado con un pasado vinculado a conflictos entre vendedores de droga en la populosa zona de barrio Consejo. Así, surgieron apellidos como “Los Morales”, “Los Latorre”, bandas contrarias, por lo que se supuso que enfrentamientos anteriores habrían provocado que Negro Fer “lo haya atacado”. No obstante la exposición de apellidos y de repetirse una circunstancia que atraviesa a todos los ciudadanos que son citados a dar testimonio, esto es el temor a sufrir represalias cuando se vuelve a la vida cotidiana en el barrio, la Justicia pareciera no tomar cuenta de aquellas situaciones. (APFDigital)
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