Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • "En España no se valora el flamenco, nos gusta, pero no tenemos integrado su valor artístico"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 25/02/2025 17:50

    Miguel Marín nació en Carcabuey, adonde vuelve al menos dos veces al año para encontrarse con los suyos, aunque hace tiempo que reside en Málaga y vive a caballo entre la Costa del Sol y el resto del mundo. En breve, viajará a la gran manzana, donde el 5 de marzo dará comienzo la 24 edición del Flamenco Festival, una cita internacional que él mismo fundó y de la que lleva las riendas desde sus inicios. Estudió Economía en Sevilla, pero lleva toda la vida gestionando espectáculos de flamenco. -¿Qué fue lo que le conectó con el flamenco en EEUU y no en España? -Yo estudié en la Universidad de Sevilla y cuando acabé, me dieron una beca para hacer un curso de Postgrado en Kansas City. Allí conocí a un grupo de flamencos, de artistas locales y aquello me sorprendió. Entré en contacto con el mundo del teatro y descubrí otra realidad que al final me hizo cambiar mi rumbo. Yo iba a Nueva York para hacer un máster en Business (Negocios) y acabé haciendo uno de administración de artes escénicas. -El flamenco se convirtió en su negocio... -Bueno, sí, pero el flamenco no tiene los mismos parámetros que otros negocios, en los que el objetivo es ganar dinero, la cuestión económica. Cuando hablamos de cultura, lo que prima es el impacto social y la imagen que proyecta de un país, ese es el baremo que se utiliza. En España no se valora el flamenco, nos gusta, pero tienes que tener una referencia para ver cuánto vale algo y eso se aprecia cuando asistes a un espectáculo fuera de España y ves lo que provoca. Aquí no tenemos integrado el valor artístico del flamenco en la escena mundial -Cuando empezó no sabía mucho de palos y cantes... -No, pero lo primero es desarrollar el gusto por el flamenco, no tanto conocer los entresijos de los palos, eso se va aprendiendo con el tiempo. El amor por el flamenco se despertó en mí cuando vi a la Repompa de Málaga, a Rafaela Reyes, cantando en Nueva York. Me impactó ella y, sobre todo, la respuesta del público, que era sobrecogedora, fuera de lo normal. Nos decían en los teatros que no era normal que la gente se pusiera en pie de aquella manera, cuando ni siquiera entendían el idioma. Viendo esa reacción me di cuenta del valor del flamenco. Cuando estás aquí, lo das por sentado, te acostumbras a verlo y no somos conscientes de su valor comparado con otras artes escénicas del mundo. Allí descubrí que se trata de una genialidad del arte al nivel de las compañías más importantes del mundo. Esa toma de conciencia me abrió los ojos. Es una pena que en los últimos cinco o seis años la Junta de Andalucía no encuentre la manera de colaborar con este proyecto -¿El valor del flamenco se aprecia mejor fuera de España? -Yo creo que aquí no se valora, nos gusta, pero tienes que tener una referencia para ver cuánto vale algo y eso se aprecia cuando asistes a un espectáculo fuera de España y ves lo que provoca. En España, no tenemos integrado el valor artístico del flamenco en la escena mundial. -¿Cuándo empezó tuvo ayuda de España, de Andalucía o de Córdoba? -La primera ayuda que recibimos fue de Air Europa que nos dio 20 billetes, del hotel Roger Smith y del Instituto Cervantes. Luego, de forma regular, hemos recibido apoyo sostenido del Ministerio de Cultura. Sin embargo, es una pena que en los últimos cinco o seis años la Junta de Andalucía no encuentre la manera de colaborar pese a ser un proyecto que representa una de las programaciones más importantes de flamenco en el mundo. Nueva York fue me abrió muchas puertas. Triunfar en Nueva York te permite llegar al resto del mundo -Usted decide mostrar el flamenco al mundo y empieza por Nueva York. -Nueva York fue me abrió muchas puertas. Triunfar en Nueva York te permite llegar al resto del mundo. Tener programación en los grandes teatros de Nueva York que son referencia mundial como el New York City Center, el Carnegie Hall o el Jazz and Lincoln Center fue duro y al principio requirió de mucha insistencia, pero valió la pena porque nos situó en la primera línea de la escena cultural. Después pude hacer un festival en Londres, en París, en Bruselas, en Singapur, en Sidney, en Hong Kong, en Tokio porque tenía la carta de presentación para abrir las puertas en el resto del mundo. -Cuando tiene que vender un festival de flamenco a un país que no sabe lo que es, ¿cómo lo vende? -Esa es la virtud del flamenco, que no tienes que saber lo que es, no es un arte que tengas que comprender, es un arte que tienes que sentir. En ciudades como Nueva York, donde hay una oferta tan grande de espectáculos que son más de entretenimiento como Broadway, cuando ven un espectáculo con esta intensidad emocional, esto impacta al público porque es algo muy especial, algo definitorio del flamenco que no se encuentra a menudo en el mundo de las artes escénicas. -Si se compara con el rock, la gente en España acude a conciertos de grandes estrellas con nombres y apellidos. ¿En Nueva York la gente va a ver flamenco o a artistas concretos del flamenco? -Hoy en día sí. El festival cumple 24 años y el público ya conoce el trabajo de muchos artistas y los siguen. Ya no vienen a ver flamenco por flamenco sino a ver lo último que han hecho personas concretas, aunque también es cierto que todos los años llevamos a muchos artistas que van por primera vez y su nombre todavía no es conocido. Este año, el 75% de los que estarán presentan por primera vez en Nueva York su trabajo en solitario, pero el festival ha cultivado una línea de excelencia que le da credibilidad y el público viene a ver espectáculos sin saber mucho del artista porque sabe dónde está el listón. El festival hace además que mucha gente en EEUU que quiera aprender a bailar flamenco. Hay muchas academias porque es un baile que puedes empezar con cualquier edad y te da mucha satisfacción porque no tiene una gran complejidad a nivel de aficionado. -¿El duende del flamenco se pude enseñar? -El duende es ese momento mágico que se produce en el escenario. Cada manifestación artística tiene su duende aunque lo llamen de otra manera. Yo creo que si desde pequeño se enseña y se busca la magia en el baile, se puede conseguir y de hecho, hay genios del flamenco que no son españoles. Hace un par de años, en el certamen de coreografías de Madrid el primer premio se lo llevó una bailaora taiwanesa. Miguel Marín, en la presentación del 24 Flamenco Festival de Nueva York. / CÓRDOBA -Usted es muy crítico con el apoyo que se da al flamenco. ¿Creen que se desperdicia mucho talento? -Creo que se desperdicia muchísimo talento y no solo eso, se desperdician muchas oportunidades económicas, de atraer ingresos, de crear espectáculos que giran por el mundo. -El festival de Nueva York lleva 24 años y el de Londres, que también dirige, lleva 20. ¿Cómo encaja el flamenco en un público como el británico? -Pues también ahí sorprende porque no hablamos solo de flamenco sino de genios del flamenco y ellos saben que están frente de una figura única. Cada año tenemos unas 20 representaciones en uno de los teatros más importantes de Europa. Y ahí te encuentras a gente británica cien por cien, que no habla español, completamente conmovida porque se establece una conexión de corazón a corazón y eso trasciende fronteras culturales y lingüísticas. Eso es lo que más orgullo te da de nuestro arte, saber que tiene esa capacidad única. -¿Qué impacta más fuera, el baile, la guitarra o el cante? -Cada uno tiene su público. El baile es la expresión más fácil de entender, puesto que es visual y tiene un público más mayoritario, pero el año pasado dedicamos el festival a la guitarra y tuvimos una serie de conciertos que fueron todo un éxito. Creo que hemos evolucionado en eso. Hace 15 años, un concierto de guitarra y cante igual se podía hacer en una sala de 150 localidades. El año pasado lo hemos hecho en una sala de 500 y se ha llenado porque ya hay un gusto y un conocimiento que permite al público apreciar el cante y la guitarra. -Todos los grandes, o casi todos, han pasado por el festival en estos años. ¿Se le ha quedado alguna espinita de alguien que pudo haber ido y al final no fue? -Me hubiera gustado contar con Blanca del Rey pero no pudo ser porque cuando hubo ocasión ya estaba retirada. -Cuando empezó, ¿era fácil convencer a los flamencos para cruzar el charco? -Sí, porque Nueva York siempre ha sido una ciudad muy atractiva y todo el mundo es consciente del poder de convocatoria que tiene. Sí es verdad que el primer festival fue en el 2001 y participaron grandes estrellas del flamenco, como Carmen Linares, Manolo Sanlúcar, María Pagés y Farruquito. Eso fue en marzo del 2001 y en septiembre pasó lo que pasó en las Torres Gemelas y organizar ese segundo festival fue muy complicado. Las compañías no querían viajar a Nueva York en esa situación pero lo hicimos, pasamos por ese momento difícil en los aeropuertos, le echamos valor y gracias a eso pudimos superar esa barrera y estar aquí 25 años después. Si no se podría haber quedado ahí. -Este año el festival rinde homenaje a Lorca, a 'Poeta en Nueva York' con un plantel de artistas granadinos. ¿Cómo será esta edición? -Una de las cosas que quería mostrar en esta edición es la gran diversidad de miradas que hay en el flamenco de Granada y rendir homenaje al maestro Enrique Morente, que dejó una gran huella en el Festival de Nueva York. Este año se cumplen 20 años de un concierto mítico que él dio con Tomatito en el Carnegie Hall. Uno de los legados del maestro ha sido su amplitud de miradas, el abrir el flamenco y romper su encorsetamiento. Y esto lo vemos en Granada, por esa amplitud de miradas que hay, desde el flamenco más tradicional, que representa Eva Yerbabuena a la propuesta más contemporánea de Patricia Guerrero, el baile más coreográfico con temática Lgtbi de Manuel Liñán, la guitarra de Juan Habichuela nieto, la voz consolidada de Marina Heredia, artistas que están empujando como Kiki Morente y bandas que demuestran la capilaridad del flamenco como el caso de La plazuela. Vamos a presentar una propuesta muy diversa. Muchos espectáculos estarán dedicados a Lorca, habrá una mesa redonda con eruditos de Nueva York para recordar al poeta. -El público americano le pedía flamenco tradicional, ¿entienden la fusión también como flamenco? -Al principio, buscaban lo que conocían, el tablao y la forma más tradicional, pero en estos 25 años ha habido una evolución tremenda del flamenco y esto ha permitido que en Nueva York, si antes tenía tres teatros donde programar, ahora cuente con veinte porque hay espectáculos que caben en un espacio de vanguardia, en salas de música, en Broadway y en una sala alternativa. Hace 20 años, la palabra flamenco tenía unas connotaciones mucho más limitadas que hoy. -¿Quién ha hecho más por esa apertura del flamenco? -Enrique Morente hizo mucho, lo suyo fue un canto a la libertad de expresión, a que el artista se expresara desde el corazón y no tanto desde códigos establecidos, igual que Paco de Lucía fue el que a nivel internacional y rompió muchos tabúes. Los artistas han tenido referentes de éxito que han demostrado que el punto de partida del flamenco tiene que venir de dentro, está en lo que tú quieres contar, en ser honesto contigo mismo y no en encajar en unos cánones ni en lo que se espera de ti. Eso ha contribuido a la riqueza que hay en el flamenco. -¿Qué le ha dado a usted el flamenco? -Me ha dado mi sitio en la vida, darte cuenta de que estás en tu sitio, ver que lo que haces tiene un sentido y un propósito. -¿Cuál es en estos 24 años el hito del que estás más satisfecho? -Al principio, los hitos consistían en llegar a programar en las grandes salas del mundo, pero cuando eso se empezó a normalizar, en el 2012, empezamos un proyecto de residencia artística In Progress que empezó en Nueva York dedicado a apoyar la creación y a poner en contacto a artistas de distintas disciplinas que ahora hacemos en Torrox (Málaga). Ahí sientes que estás construyendo algo. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por