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» El Ciudadano
Fecha: 25/02/2025 16:02
Una encuesta global muestra que el 52% de las personas de entre 50 y 60 años se sienten más jóvenes y que un 19% se percibe con una década menos que la edad que tiene en realidad y, aunque estos datos reflejan un panorama positivo sobre el envejecimiento saludable, los resultados también advierten que hay un menor conocimiento sobre los riesgos asociados a esta etapa de la vida, como las enfermedades vinculadas a un sistema inmunológico debilitado, como el Herpes Zóster. Muchas de las enfermedades que afectan a los adultos mayores de 50 años son prevenibles o se pueden tratar, pero requieren de una consulta médica precoz y un diagnóstico y tratamiento temprano. Comorbilidades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, renales y pulmonares (asma, tabaquismo y EPOC, entre otras) están directamente vinculadas al debilitamiento del sistema inmune y a factores como el estrés, las condiciones de salud preexistentes y el estilo de vida. Más de dos tercios de los encuestados reportaron padecer un alto nivel de estrés, mientras que el 16% indicó que lucha por sobrellevarlo a diario, mientras que como agravante, el 55% desconoce que las enfermedades crónicas pueden debilitar el sistema inmunológico. A pesar de esto, los resultados del estudio que fue realizado por la consultora Ipsos con 8.400 participantes de nueve países e impulsado por el laboratorio GSK, muestran que un tercio de los adultos en este grupo etario no considera prioritario tomar medidas preventivas para cuidar su salud, aun sabiendo del impacto severo que puede tener en su calidad de vida. ¿El Herpes Zóster, una enfermedad subestimada por los adultos mayores? El Herpes Zóster es causado por la reactivación del virus varicela-zóster, el mismo de la varicela y es una enfermedad que se estima que más del 90% de la población sufrió. “Se instala en el cuerpo cuando somos pequeños, se esconde y permanece latente dentro de los gangliosnerviosos durante años hasta que vuelve a aparecer”, explica Miriam Rozenek (M.N. 75.773), médica infectóloga y geriatra del Hospital Italiano. A medida que las personas envejecen, las defensas del cuerpo se debilitan y, en consecuencia, aumenta el riesgo de desarrollar la afección, que generalmente se presenta como una erupción con ampollas en el tórax -donde se manifiesta en la mayoría de los casos, el abdomen o la cara, que produce un dolor agudo y punzante. “El sarpullido brota en un área delimitada del cuerpo que sigue el trayecto de un nervio y puede ir acompañada de fiebre, fatiga y mal estado general”, dijo Hebe Vázquez (M.N. 58.353), infectóloga y coordinadora del grupo de trabajo de vacunas de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI). En Argentina, un informe realizado con una muestra de 235 personas arrojó que, aunque el 82% de los mayores de 50 años escuchó hablar del Herpes Zóster, solo la mitad considera que podría tener un impacto serio en su salud. Además, el conocimiento sobre la vacuna que previene esta enfermedad es limitado: el 49% sabe que existe y apenas el 27% habló del tema con su médico. La encuesta también pone de manifiesto que los pacientes aún carecen de información suficiente sobre los síntomas y sus posibles complicaciones y, en consecuencia, existe la creencia errónea de que el riesgo de padecerla es bajo, como lo percibe menos del 20% de los encuestados. No obstante, las mujeres, así como quienes ya tuvieron contacto con la enfermedad o conversaron sobre ella con su médico, tienden a ser más conscientes de su gravedad. “Quienes más preguntan son aquellas personas que la han vivido, ya sea porque la tuvieron ellos o alguien cercano”, admite Rozenek y Vázquez coincide: “Las consultas preventivas no son frecuentes, nadie lo hace pensando en que puede llegar a tenerla ni es consciente de que la edad es un factor predisponente para su reactivación. Es necesario indicar a quienes visitan a su médico que el herpes zóster se puede prevenir a través de la vacunación”. La complicación más común del Herpes Zóster es la neuralgia posherpética (NPH), un dolor nervioso que puede durar semanas o meses y, en ocasiones, puede persistir durante varios años. Se presenta hasta en un 30% de los casos y varía según la edad del individuo, siendo más prevalente en mujeres de las franjas etarias más avanzadas. Además de que podría estar relacionado con complicaciones severas, como un infarto agudo de miocardio o un accidente cerebrovascular, también puede comprometer los ojos. Como afirma Vázquez, “puede ir desde una infección superficial o una conjuntivitis hasta pérdida de visión”. La posibilidad de sufrir NPH, además, aumenta con la existencia de comorbilidades. De hecho, en la Argentina, casi la mitad de los que desarrollaron la complicación tenían enfermedades previas. Los resultados del relevamiento llevado a cabo por Ipsos en Brasil, China, Alemania, India, Irlanda, Italia, Japón, Portugal y Estados Unidos fueron presentados en el marco de la Semana de Concientización sobre el Herpes Zóster, entre 24 de febrero y el 2 de marzo, cuyo objetivo es abordar la falta de conocimiento sobre los riesgos y la gravedad de esta enfermedad. Esta iniciativa global busca destacar la importancia de la prevención y la concientización y, en un contexto donde más de la mitad de los adultos mayores de 50 años se sienten más jóvenes y saludables, el desafío está en transformar esta percepción positiva en acciones concretas que garanticen una mejor calidad de vida a largo plazo.
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