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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/02/2025 05:17
El Alzheimer, el Parkinson y la ELA comparten procesos inflamatorios mediados por astrocitos (Imagen Ilustrativa Infobae) En el marco de la conferencia AAIC Neuroscience Next 2025, organizada por la Alzheimer’s Association y coordinada por FLENI en Argentina, el doctor Shane Liddelow, de la Universidad de Nueva York, ofreció una presentación detallada sobre el papel de los astrocitos reactivos en enfermedades neurodegenerativas. Su ponencia marcó la apertura del evento global y se centró en su investigación, que se consolidó como una referencia en el campo de la neurociencia, ya que busca entender cómo estos astrocitos contribuyen a la neuroinflamación y la muerte neuronal en patologías como el Alzheimer, el Parkinson y la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). En su intervención, Liddelow combinó un enfoque riguroso de biología celular con una mirada amplia sobre la relevancia de la colaboración científica, enfatizando la necesidad de compartir recursos y conocimientos para avanzar en la lucha contra estas enfermedades. Los astrocitos reactivos pierden su función protectora y pueden acelerar la muerte neuronal en el Alzheimer y la ELA (Imagen Ilustrativa Infobae) Con un tono directo y entusiasta, el investigador inició su charla con una advertencia: lo que iba a presentar sería “biología celular en su forma más pura”, con un enfoque en mecanismos moleculares y datos experimentales que, en muchos casos, requerirían un conocimiento profundo de farmacología. “Tengo un doctorado en farmacología. Habrá curvas de respuesta a dosis”, bromeó, al tiempo que adelantó la complejidad del tema. Sin embargo, lejos de limitarse a un análisis técnico, Liddelow estructuró su presentación desde la Universidad de Pittsburgh -a la que Infobae tuvo acceso de manera virtual- de forma accesible, guiando a los asistentes a través de los descubrimientos clave de su laboratorio y destacando las implicaciones de estos hallazgos en el desarrollo de nuevas terapias. Astrocitos: guardianes del cerebro y posibles agentes de su deterioro Shane Liddelow presentó un enfoque innovador sobre el papel de los astrocitos en enfermedades neurodegenerativas A lo largo de su exposición, Liddelow enfatizó la dualidad funcional de los astrocitos, células esenciales para el mantenimiento de la homeostasis cerebral, que pueden desempeñar un papel protector o dañino dependiendo del contexto. “Los astrocitos son los ‘padres’ del cerebro: proporcionan nutrientes a las neuronas y eliminan residuos tóxicos”, explicó. Sin embargo, en respuesta a lesiones, infecciones o enfermedades neurodegenerativas, estas células pueden entrar en un estado reactivo y perder sus funciones beneficiosas. Según los estudios de su laboratorio, los astrocitos reactivos no sólo fallan en su rol de apoyo neuronal, sino que pueden liberar moléculas neurotóxicas que aceleran la degeneración celular. En un experimento clave, su equipo demostró que estos astrocitos pueden inducir la muerte de neuronas y oligodendrocitos a través de la secreción de compuestos lipídicos específicos. “Pasamos años buscando la proteína responsable de esta toxicidad, hasta que nos dimos cuenta de que no era una proteína en absoluto, sino un lípido”, relató. Identificación de un nuevo mecanismo de toxicidad neuronal El Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas podrían abordarse desde la modulación de los astrocitos (Imagen Ilustrativa Infobae) El hallazgo central de la investigación de Liddelow fue la identificación de un conjunto de ácidos grasos saturados de cadena larga que, cuando son secretados por astrocitos reactivos, resultan altamente tóxicos para las neuronas. A través de análisis de lipidómica y transcriptómica, su laboratorio logró determinar que la enzima responsable de la producción de estos lípidos es la elongasa de ácidos grasos ELOVL1. En experimentos con modelos animales, demostraron que la inhibición de esta enzima en astrocitos reactivos prevenía la muerte neuronal y mejoraba la función celular. Para validar sus hallazgos, el equipo de Liddelow utilizó modelos genéticos y farmacológicos. En ratones modificados para no expresar ELOVL1 en astrocitos, se observa una notable reducción en la neurotoxicidad asociada a la activación glial. “Si bloqueamos la producción de estos lípidos, las neuronas dejan de morir, lo que sugiere que esta podría ser una diana terapéutica viable”, explicó el investigador. Estos descubrimientos abren nuevas posibilidades para el desarrollo de tratamientos dirigidos a enfermedades neurodegenerativas. La inhibición de ELOVL1 podría convertirse en una estrategia efectiva para reducir el impacto de la neuroinflamación en el Alzheimer y otras patologías. “Lo interesante es que no estamos hablando de una intervención específica para una sola enfermedad, sino de una estrategia que podría aplicarse a múltiples trastornos neurológicos”, añadió Liddelow. Aplicaciones terapéuticas y desafíos futuros Experimentos en modelos animales muestran que bloquear ELOVL1 reduce la degeneración neuronal (Imagen Ilustrativa Infobae) Si bien los hallazgos del equipo de la Universidad de Nueva York son prometedores, Liddelow enfatizó que todavía queda mucho trabajo por hacer antes de que estas estrategias puedan traducirse en terapias clínicas. Uno de los desafíos principales es desarrollar fármacos específicos que puedan inhibir la producción de los lípidos tóxicos sin afectar otras funciones celulares críticas. “No queremos interferir con la función normal de los astrocitos, solo con su respuesta patológica”, explicó. En la actualidad, su equipo está probando una serie de moléculas inhibidoras de ELOVL1 en modelos de Alzheimer, ELA y glaucoma, con el objetivo de evaluar su eficacia y seguridad. Además, planean realizar estudios en tejido cerebral humano post mortem para confirmar la presencia y relevancia de estos lípidos en pacientes con enfermedades neurodegenerativas. La charla de Liddelow concluyó con una reflexión sobre la importancia de la colaboración científica en un campo tan complejo como la neurociencia. “No podemos resolver estos problemas solos. Necesitamos compartir datos, muestras, modelos y conocimientos para avanzar realmente en la comprensión de estas enfermedades”, afirmó. Neuroscience Next 2025 contó en su jornada de apertura con más de 3.500 participantes conectados desde 95 países En este sentido, destacó la relevancia de eventos como Neuroscience Next 2025, que reúnen a investigadores de diversas disciplinas y niveles de experiencia para fomentar el intercambio de ideas. Con él coincidió el doctor Gustavo Sevlever, director de Investigación y Docencia de Fleni, institución elegida en Argentina como anfitriona de la conferencia en el país por su trayectoria en neurociencias y su vínculo con la Alzheimer’s Association. “Esta conferencia se propone como objetivo contribuir a la formación de los nuevos investigadores que serán responsables de la generación de conocimiento en los próximos años -analizó en diálogo con Infobae-. La enfermedad de Alzheimer y el envejecimiento en su conjunto es un tema crítico para la humanidad y necesitamos comprender mejor los mecanismos del deterioro cognitivo para poder revertirlo o eventualmente prevenirlo”. En su mirada, “hoy la ciencia y la medicina son emprendimientos colectivos. Nadie puede trabajar en solitario. Más aún, esta enfermedad plantea enfoques a distintos niveles que van desde las moléculas hasta la prevención en políticas sanitarias públicas. Es fundamental la interrelación y el compartir los saberes, para que en la investigación y/o en la asistencia se compartan marcos referenciales comunes”. Un nuevo enfoque para combatir la neurodegeneración La investigación sobre astrocitos reactivos podría cambiar la forma en que se diseñan terapias neuroprotectoras (Imagen Ilustrativa Infobae) La presentación de Liddelow en Neuroscience Next 2025 marcó un punto clave en la comprensión del papel de los astrocitos en enfermedades neurodegenerativas. Su trabajo reveló un mecanismo previamente desconocido de toxicidad neuronal, vinculado a la producción de lípidos específicos por astrocitos reactivos. La posibilidad de bloquear esta vía metabólica representa un avance significativo en la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas. “El trabajo de Shane nos muestra cómo entender el rol de un tipo celular del cerebro, podría convertirse en una alternativa terapéutica”, destacó Sevlever. Si bien aún se requieren más estudios para trasladar estos hallazgos a la práctica clínica, el impacto potencial de esta investigación es indiscutible. La ciencia avanza gracias a la capacidad de conectar descubrimientos básicos con aplicaciones clínicas, y el trabajo de Liddelow es un ejemplo de cómo el estudio detallado de los mecanismos celulares puede allanar el camino para el desarrollo de nuevos tratamientos. La biología celular ofrece nuevas perspectivas para el tratamiento de la neurodegeneración (Imagen Ilustrativa Infobae) En un campo donde la necesidad de soluciones es urgente, las ideas presentadas por Liddelow ofrecen una nueva esperanza para la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas. Como él mismo subrayó, “esto no se trata solo de ciencia, sino de mejorar vidas”. Desde hoy martes y hasta el 27 de febrero, el Auditorio de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes será la sede en Buenos Aires de este encuentro de manera presencial, que contará con la presencia de 250 investigadores latinoamericanos. La realización de este congreso en Argentina no sólo es un reconocimiento a la solidez del país en neurociencias, sino también una oportunidad para fortalecer vínculos internacionales. En este sentido, la jefa del Servicio de Neuropsicología de Fleni e investigadora del CONICET, Lucia Crivelli, quien lidera la organización de la conferencia en Argentina había manifestado a Infobae la importancia de que los investigadores locales logren insertarse en redes de colaboración: “La conexión con equipos de investigación internacionales, sumada a la visibilidad que brindará la conferencia, permitirá a los investigadores nacionales posicionarse en redes globales de colaboración”.
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