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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/02/2025 04:59
Fernet Branca llevó su espíritu inconfundible al Cosquín Rock con una propuesta innovadora (Nicolás Bertea) Con 25 años de historia, el Cosquín Rock se consolidó como uno de los festivales más importantes de Argentina. Año tras año, reúne a miles de personas en el Aeródromo Santa María de Punilla, convirtiéndose en un punto de encuentro donde la música y la cultura se fusionaron en un evento inolvidable. Además de las diversas bandas y artistas que se dieron cita en la provincia mediterránea el 15 y 16 de febrero para hacer delirar al público, la edición 2025 estuvo acompañada de diferentes iniciativas que también se llevaron la atención de los asistentes. Una de ellas fue el Paraíso Fernetista, de la mano de Fernet Branca. Con un espacio de 67 metros cuadrados, la marca presentó una propuesta que fusionó juegos, desafíos y momentos de disfrute con la bebida que conquistó a los argentinos. Y, sobre todo, a los cordobeses. Fernet Branca y Cosquín Rock: dos clásicos de la cultura nacional Con el correr del tiempo, el festival y la marca se convirtieron en símbolos de los argentinos y fueron adoptados por el público como parte de su identidad. En esta edición, la grilla de artistas incluyó nombres como Divididos, Airbag, Dillom, Los Auténticos Decadentes, Nicki Nicole y La Delio Valdez, entre otros, que conformaron un espectáculo que abarcó múltiples géneros y generaciones. Miles de personas disfrutaron del Paraíso Fernetista, un clásico de Fernet Branca en Cosquín Rock (Nicolás Bertea) Como en cada edición del Cosquín Rock, Fernet Branca dejó su sello con una estructura en el centro del predio que funcionó como una especie de faro. Visible desde cualquier punto del evento, sin dudas, fue un punto de referencia para los asistentes y reafirmó la presencia de esta firma en el corazón de la celebración. En tanto, el Paraíso Fernetista se transformó en un espacio de conexión donde la música y la bebida se unieron en una celebración que trascendió el festival. Bajo el sol o la lluvia, de día o de noche, miles de personas pasaron por este espacio para disfrutar de una experiencia que combinó innovación, entretenimiento y el espíritu festivo que caracteriza a esta celebración. “Hablar de Fernet Branca en el Cosquín Rock es hablar de una identidad compartida. Es recordar las noches en las sierras cordobesas, el abrazo con amigos mientras suena un solo de guitarra y el brindis que sella un momento que será recordado por siempre”, explica Javier Sáez, gerente de regional de Marketing. El “Paraíso Fernetista” dijo presente en el Aeródromo Santa María de Punilla para que el público pueda disfrutar allí de propuestas lúdicas y creativas Una vez más, la marca pisó fuerte en uno de los eventos más importantes del país y generó momentos inolvidables para quienes pasaron por su espacio. A través de su propuesta, fortaleció su vínculo con el público y demostró que su esencia fue más allá de su producto para convertirse en parte de la historia y la cultura nacional. “Somos la chispa que enciende conversaciones, la excusa para un brindis que celebra un sueño cumplido: el de llevar lo mejor de nuestra cultura al mundo entero. La empresa conecta personas bajo un mismo ritmo, lo que reafirma su compromiso de llevar la pasión y el talento argentino a cada rincón donde se sirva un vaso de fernet”, revelan desde la marca. Por su parte, el Cosquín Rock se consolidó como uno de los festivales de música más emblemáticos de la Argentina y América Latina. Desde su primera edición en el año 2001, funcionó como un punto de encuentro para miles de fanáticos que buscan vivir la energía de los pogos en la provincia mediterránea. Con desafíos interactivos y entretenimiento, Fernet Branca volvió a sorprender en el festival (Nicolás Bertea) Retos divertidos y recuerdos especiales del Cosquín Rock Este año, la activación ofreció una serie de experiencias diseñadas para poner a prueba la destreza y creatividad de los asistentes. Una de las más llamativas fue el desafío interactivo en el que los participantes debieron realizar un repiqueteo sobre un sensor en el piso. De esta manera, lograban llenar un vaso de fernet que se encontraba en una pantalla. Otra de las atracciones más celebradas fue el Branca Pong, una reversión del clásico Beer Pong, pero con vasos brandeados del Paraíso Fernetista, donde los participantes pusieron a prueba su puntería. En otro sector, una cabina de premios desafió a los asistentes a atrapar con sus manos diferentes elementos en el aire con la intención de rescatar el Golden Ticket, que les otorgó diversos regalos. Pero la propuesta no solo fue lúdica. Dentro del stand, un puesto de tatuajes temporales ofreció a los visitantes la posibilidad de personalizar su piel con diseños, mientras que una activación de remeras estampadas en vivo permitió que cada asistente se llevara un recuerdo del festival. Con una propuesta que combinó talento nacional e internacional, el evento evolucionó con el tiempo con nuevos escenarios, espacios temáticos y experiencias que enriquecieron la conexión del público con la música. Para más información, hacer clic acá.
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