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» El Ciudadano
Fecha: 24/02/2025 22:59
La película argentina El mensaje, dirigida por Iván Fund, fue galardonada con el Oso de Plata en la Berlinale el pasado sábado. El premio fue entregado por un jurado internacional presidido por Todd Haynes, reconocido cineasta estadounidense responsable de obras como Lejos del paraíso y Carol. En su fallo, el jurado destacó la simplicidad y la profunda sensibilidad de esta road-movie, que fue rodada en blanco y negro en las rutas del interior de la provincia de Entre Ríos. La historia aborda la travesía amorosa de una familia ensamblada, inmersa en una crisis económica que se entrelaza con una crisis existencial. Sobre el escenario del Berlinale Palast, Fund expresó su agradecimiento a su familia y amigos, quienes también forman parte de su equipo de trabajo. El director destacó que pudo realizar la película en condiciones muy modestas, sin ningún tipo de apoyo oficial por parte del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), aunque el presidente de la institución, Carlos Pirovano, asistió al festival de manera discreta. “Debo agregar que en Argentina estamos atravesando tiempos difíciles, y que la cultura y el cine en particular están bajo ataque. Sin embargo, este pequeño Oso tiene un peso material y simbólico que contrarresta la situación y demuestra que seguiremos adelante, creando y unidos”, sostuvo, premio en mano. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Luxbox (@luxboxfilms) La película, coprotagonizada por Marcelo Subiotto y Mara Bestelli, quienes también participaron en su anterior trabajo, Piedra noche (2021), se enfoca en Anika Bootz, una niña de apenas nueve años con el peculiar «don» de comunicarse con los animales y transmitirles mensajes a sus dueños. La trama se presenta como una especie de fábula que resalta la inocencia de la infancia, mientras se nutre de una rica tradición cinematográfica, evocando el espíritu ingenuo y circense de La strada de Fellini y la picaresca de Luna de papel de Peter Bogdanovich. Se supo que la revista Screen International calificó la película como “un road trip a través de la magia de la infancia”, elogiando su ritmo narrativo pausado y la belleza de su filmación en blanco y negro. El medio destacó su capacidad para cautivar silenciosamente al espectador, entregando sus “escasos elementos narrativos con un ritmo propio y una estética sencilla pero hermosa”.
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