Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • El miedo a hablar por teléfono, un síntoma que puede ocultar problemas de ansiedad

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/02/2025 04:08

    (Imagen Ilustrativa Infobae) No hace mucho tiempo, se podía llamar por teléfono a las personas sin temor a resultar invasivo o desubicado. Sin embargo, las cosas cambiaron, sobre todo para los más jóvenes, para quienes usar ese modo de comunicación tan directo y sin barreras ni siquiera se les pasa por la cabeza. Este cambio se manifiesta sobre todo en las nuevas generaciones y lo que hace un tiempo era lo más frecuente, —hablar por teléfono, interactuar cara a cara—, hoy se volvió, para algunos, una dificultad. En lugar de llamar, estos jóvenes suele recurrir a audios, mensajes de texto y redes sociales para comunicarse. Evitan la espontaneidad del diálogo. A este fenómeno, relativamente reciente, se le ha dado el nombre de telefobia. La doctora Silvia Ongini, psiquiatra infanto-juvenil del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) (MN 69.218), explicó a Infobae que “hablamos de fobia cuando nos referimos a miedos exagerados a algo y le agregamos un prefijo, “tele”, para asociarlo a aquel aspecto al que se vincula. Muchas veces lo que genera la fobia son conductas inhibitorias, defensivas y un estado de ansiedad muy grande”. La generación Z enfrenta mayor dificultad para interactuar físicamente o usar el teléfono con fines sociales y laborales, según los especialistas (Imagen Ilustrativa Infobae) En cuanto al término telefobia, la experta señaló: “Es relativamente nuevo y se refiere al miedo exagerado, no realista, a hablar por teléfono”. Es importante aclarar un detalle. Quien se angustia por esta fobia lo que en realidad teme es la interacción. Siente temor a no ser competente, a decir algo incorrecto, a no saber qué responder cuando se le pregunta algo o a ser juzgado. ¿Por qué se produce? “El hablar por teléfono implica una comunicación en tiempo real con un otro y también tiene sus códigos. Desde que surgió el teléfono hasta las modalidades actuales de comunicación, todo fue modificándose y también el ser humano se fue adaptando a estos instrumentos”, explicó la especialista. Y añadió: “En este tema de las comunicaciones en tiempo real, lo que se ve es que las generaciones como la Z, que son nativos digitales nacidos entre mediados de la década de los ‘90 y aproximadamente el 2010, presentan dificultades o mayor ansiedad cuando tienen que hablar ya sea por teléfono o incluso en forma presencial con otra persona. Sienten miedo a no decir lo que espera el otro o a ser rechazados. Esto es lo que genera conductas inhibitorias que está requiriendo que se revean o que se fortalezca a los adolescentes en estas modalidades”, comentó la experta. La comunicación presencial tiene otros matices, inflexiones y componentes afectivos que permiten una mayor expresión del ser (Imagen Ilustrativa Infobae) Por otro lado, la doctora Cynthia Dunovits, del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 123.009), señaló que la telefobia se entiende desde la salud mental como una variante de la ansiedad social, el trastorno de ansiedad más frecuente cuyos síntomas se desencadenan en el contexto de exposición. Según la Asociación de Ansiedad y Depresión de América, “la ansiedad social es la ansiedad intensa o el miedo a ser juzgado, evaluado negativamente o rechazado en una situación social o de actuación”. “Se caracteriza por síntomas de activación: nerviosismo, ruborización, taquicardia, sudoración y temor al ridículo, a ser juzgado por otros que determina secundariamente conductas de evitación” explicó la doctora Dunovits. Los especialistas vinculan las conductas inhibitorias generadas por la telefobia con altos niveles de ansiedad social en jóvenes y adolescentes (Imagen Ilustrativa Infobae) Para tener una idea de las implicancias del fenómeno de la telefobia, según una encuesta de Uswitch, una empresa de telefonía móvil, realizada en 2024 a 2.000 adultos del Reino Unido, el 61 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 34 años preferían enviar mensajes de texto a hablar o recibir una llamada, y 23 por ciento admitió que nunca respondía a las llamadas. La mayoría prefería las llamadas concertadas previamente (68%), asumiendo que una llamada inesperada significaba malas noticias (56%), según la encuesta. La Encuesta Global Generación Z 2022 del McKinsey Health Institute (MHI), realizada por la consultora Oliver Wyman entre más de 42.000 encuestados de 26 países de todos los continentes, analizó las cuatro dimensiones de su salud, mental, física, social y espiritual. Según este trabajo, el 50 por ciento de los jóvenes aseguró recibir ayuda para enfrentar problemas de salud mental. El tratamiento psicológico requerido fue por ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo u otros problemas. Los síntomas de la telefobia Un síntoma de la telefobia es un elevado estrés ante la obligación de tener que atender o hacer una llamada (Imagen Ilustrativa Infobae) Pánico y bloqueo cuando suena o se ve una llamada entrante. Dar excusas para evitar que las personas llamen o tener que hacer una llamada. Dejar que las llamadas suenen hasta el final para no tener que atenderlas. Sentir un elevado estrés ante la obligación de tener que hacer una llamada. No sentirse competente mientras se habla durante una conversación telefónica. Balbucear, decir frases cortas y titubeantes durante la conversación. Repasar mentalmente ese diálogo mantenido tras la llamada y sentirse mal con uno mismo. Experimentar palpitaciones y hasta mareos cuando suena el teléfono. Resulta difícil pensar a la telefobia como un fenómeno solitario, destacó la doctora Dunovits. “Se vuelve fundamental pensarla en el contexto de lo que representan los vínculos interpersonales hoy: contextos hiperconectados, de miradas constantes y, paradójicamente, de mucha soledad. De paradigmas de la imagen, donde se priorizan espacios individuales en detrimento de las construcciones colectivas o compartidas”, describió la experta. La pandemia acentuó la construcción de vínculos virtuales, minando habilidades sociales y generando miedo al contacto humano directo (Imagen ilustrativa Infobae) Y añadió que los adolescentes de hoy fueron construyendo su identidad y personalidad en el contexto de la pandemia, “a través de conceptos tales como ‘aislamiento social’ y su contacto con el otro mediante la sobreexposición de su imagen en la virtualidad. En estos tiempos de reafirmación desde la imagen propia, se vuelve difícil el encuentro con otro desde la construcción de un diálogo donde el otro se vuelve real, corpóreo, y nos invite a salir de nuestra autoimagen para ponernos en contacto con lo ajeno y la posibilidad de un espacio compartido”, afirmó. En coincidencia, la doctora Ongini expresó: “Podemos entender que lo sociocultural y lo epocal, influyen en el sujeto tanto a favor como también generando algunas situaciones, como estrés o alto nivel de exposición, para las cuales a veces no se está del todo preparado. Entonces se manifiestan problemáticas como ansiedad, depresión, inseguridad y baja autoestima”. Y agregó: “Tal vez, una de las cosas más perjudiciales que construyen este tipo de miedos, inhibiciones y ansiedades como lo hace la telefobia, es estar tanto tiempo con pantallas y con comunicaciones virtuales, que no dan espacio ni tiempo para la comunicación presencial, que tiene otros matices, que tiene inflexiones cuando hablamos, que muestran la emocionalidad y otros componentes afectivos del sujeto, que a veces queda aplanado y no puede darse al expresarse solo mediante texto y emoticones”. La necesidad de superar la telefobia Las generaciones anteriores a La Z no presentan dificultades para hacer o recibir llamadas telefónicas (Imagen Ilustrativa Infobae) En algunos lugares del mundo ya se están tomando medidas para abordar el problema de la telefobia entre los jóvenes. Por ejemplo, el Nottingham College, una institución educativa en Reino Unido, comenzó a organizar encuentros para ayudar a los estudiantes a desarrollar su confianza al usar el teléfono. Según Liz Baxter, asesora profesional del colegio, “En una clase de 25 a 30 estudiantes, estimo que al menos tres cuartas partes de ellos experimentarán y admitirán sentir ansiedad por usar el teléfono”, dijo a CNBC Make It en una entrevista. Y añadió: “Simplemente no tienen confianza” para usar el teléfono de manera formal, lo cual es algo negativo, según la experta, ya que las conversaciones telefónicas o videollamadas siguen siendo una habilidad esencial para entrevistas de trabajo, la creación de redes profesionales y el intercambio de noticias importantes. “Los mensajes de texto les permiten pensar (y pensar demasiado) sus respuestas, de ahí su preferencia por ellos. Con una llamada en vivo hay un miedo al fracaso. Se hacen preguntas como: ‘¿Qué pasa si digo algo incorrecto?’ y ‘¿Qué pasa si no sé la respuesta? ‘”, dijo Baxter. Los expertos afirman la importancia de salir de uno mismo para ponerse en contacto con los demás y la posibilidad de construir un espacio compartido (Imagen Ilustrativa Infobae) La capacitación consiste en practicar una serie de situaciones cotidianas en las que hay que hacer llamadas telefónicas. Claves para superar el miedo a hablar por teléfono La doctora Ongini destacó la importancia del adulto “en el acompañamiento de niños, niñas y adolescentes, no solo en el uso de los medios digitales y de la comunicación en este mundo global de Internet, sino también en la escucha, de ese otro que valida, de ese otro que registra, de ese cuidador primario que es la figura significativa que va a apoyar desde la realidad para que estos jóvenes no tengan estas problemáticas”. Y remarcó: “O sea, no se trata de prohibir o de rediseñar cuestiones, sino de volver a lo simple, a lo humano, a lo necesario, que es el cuidado, la palabra, la validación, el acompañamiento en el crecimiento”. Los padres y profesionales deben guiar a los jóvenes hacia herramientas que fortalezcan su confianza en las interacciones presenciales (Imagen Ilustrativa Infobae) Finalmente, concluyó: “Entonces, esos matices emocionales, esas cuestiones que son tan humanas, como la calidez de la escucha o la respuesta de un otro al otro lado de un teléfono o en la presencialidad, son las que ayudan a que estas ansiedades, conductas inhibitorias o miedos exagerados se puedan superar si existen y si no, no se construyan”. La médica recomendó que cuando se detecta que alguien no la está pasando bien, que no ve claro su futuro o que empieza a tener conductas que inciden en sus vínculos, su hacer cotidiano y estudio, hay que buscar espacios de consulta profesional, fortalecer las redes y los espacios institucionales. “Es importante dar más herramientas a la familia y a los jóvenes para poder superar estas situaciones con mejores respuestas y resultados”, concluyó la especialista.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por