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» Diario Cordoba
Fecha: 22/02/2025 19:21
La Corona pasaba tiempos turbulentos. Tres importantes ciudades castellanas encabezaban un levantamiento armado contra el recién autoproclamado monarca, que comenzaba su reinado entre una compleja inestabilidad política. Y en medio de tan delicados momentos un pueblo de Córdoba reunía a representantes de 16 municipios de Andalucía para jurar lealtad al rey y formar una alianza militar que defendiera la región de cualquier sublevación. La muerte de Isabel la Católica, en 1504, hizo tambalear los cimientos de la corona de Castilla. En 1517, Carlos I llega a Asturias desde Flandes, donde un año antes había asumido el reinado de sus posesiones hispánicas. Sin hablar casi castellano y rodeado de nobles y clérigos flamencos aterrizaba, en 1518, en las cortes de Valladolid. El recelo de las élites castellanas estaba asegurado. Una importante reunión en Córdoba Esas reticencias no tardaron en desembocar en conflictos. En 1520, comienza la guerra de las Comunidades de Castilla. Los sublevados, denominados comuneros, se posicionan contra el monarca. Segovia, Toledo y Valladolid lideraban el movimiento. Los comuneros se organizan en la Santa Junta, órgano de rebelión que se configura en la capital vallisoletana. Como respuesta, Andalucía, que se mantiene fiel al rey, forma la Liga de La Rambla. Vista de La Rambla. / Ayuntamiento de La Rambla La localidad rambleña celebró en 1521 una asamblea que reunió a representantes de buena parte de la región. La comunidad quería evitar que el movimiento subversivo avanzase a la geografía andaluza desde el norte de Castilla. El corregidor de Córdoba Diego Osorio acudió a Sevilla y Jerez de la Frontera en 1520 buscando apoyo para impulsar esa respuesta. Con el beneplácito de ambas ciudades, eligieron La Rambla como lugar de encuentro. Retrato de Carlos I. / Córdoba Doce ciudades realengas enviaron a sus representantes. Y los municipios de Martos, Arjona, Torre de Don Jimeno y Porcuna se suman a Sevilla, Córdoba, Jerez, Écija, Carmona, Cádiz, Antequera, Gibraltar, Andújar, Ronda, Jaén y Alcalá la Real. Úbeda y Baeza, por su parte, envían observadores, aunque no firman la declaración resultante. Málaga y Granada, que también garantizaron su lealtad a la Corona, no fueron partícipes. Los objetivos de la Liga de La Rambla Córdoba estuvo representada por Luis Méndez de Sotomayor, Gonzalo Fernández de Córdoba, Francisco Pacheco y Pedro de los Ríos. Era la ciudad con mayor número de representantes. El 8 de febrero de 1521 quedan pactadas 17 declaraciones. Andalucía juraba lealtad al monarca y garantizaba el orden en las ciudades representadas. El documento también servía para impulsar una alianza militar contra los comuneros, los moriscos de Granada y los musulmanes de África que pudieran llevar a cabo una invasión. Además de proteger las fronteras, las ciudades andaluzas pactaban castigar a los agitadores, mantener representación real en cada municipio y mostrar su apoyo a los representantes de la Corona, entre otras cosas. Finalmente, la región se mantuvo en calma y no tuvo que poner en práctica esa resistencia. La Rambla quedó en la historia como el lugar de encuentro de la organización que intentó proteger a Carlos I, uno de los hechos más importantes de la localidad rambleña.
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