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» Diario Cordoba
Fecha: 22/02/2025 18:32
¿Dónde estuvo Arturo Torró entre las tres y las siete de la tarde del miércoles, 19 de febrero, el día de su asesinato, y con quién? Es una de las preguntas clave para resolver el crimen, perpetrado minutos después de las ocho de esa tarde en la cuneta de la A-38, cuando regresaba a su apartamento de la playa de Gandia, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV. Igual que lo es averiguar por qué se detuvo en un punto altamente peligroso, pocos metros antes del punto kilométrico 37, cuando solo le faltaba kilómetro y medio -un minuto, en tiempo- para salirse de la autovía y tomar el desvío hacia el apartamento de la playa de Gandia donde residía con su mujer. A la segunda cuestión habrá que esperar aún un tiempo para obtener la respuesta definitiva, pero, para aclarar la primera, los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil se servirán de una herramienta de gran ayuda: el Mercedes C 220 coupé rojo jacinto metalizado que conducía el ex alcalde de Gandia cuando su asesino logró hacerle parar. Para ello, los agentes solicitarán al juzgado que ordene a la marca el volcado de los datos técnicos y de ubicaciones almacenados en el ordenador de a bordo del vehículo, lo que les permitirá conocer con exactitud los puntos en los que estuvo y el tiempo que pasó en cada uno de ellos. ¿La alerta de pinchazo quedó registrada? No es lo único que esperan conseguir. Además, extraer los registros informáticos del Mercedes permitirá verificar que saltó la alerta sonora y visual de presión baja de un neumático mientras hablaba con un amigo suyo por teléfono, cuando conducía de camino a Gandia, tal como ha declarado ese testigo ante la Guardia Civil. La conversación, de la que ha informado en exclusiva este diario, se produjo en torno a las 19.55 horas y se interrumpió bruscamente por ese aviso, afirma ese amigo. Mientras se recuperan esos datos, los investigadores se están valiendo de otras gestiones más inmediatas, entre ellas entrevistarse con quien puede corroborar algunos de los pasos dados en las horas previas a su asesinato, por ejemplo, si, como le dijo a ese amigo, realmente estuvo en la óptica de Sueca que estuvo integrada en su grupo empresarial. La dueña del establecimiento, que nada tiene que ver ya con las ópticas de la que es administradora única la pareja de Arturo Torró, ha confirmado que el empresario estuvo la tarde del 19 en su local. Llegó pasadas las 19.00 horas, estuvo apenas cinco minutos y, sobre las 19.10, salió de la óptica y se fue. Estaba normal, no parecía nervioso y se limitó a preguntarle cómo le iba el negocio y a comentar precios y salida comercial de algunos modelos de gafa. Las cámaras de las gasolineras La mujer desconoce dónde aparcó su coche y qué hizo después, pero lo cierto es que las horas cuadran a la perfección, ya que entre esa tienda y el punto donde apareció muerto de un único tiro en el pecho, caído a ocho metros de su coche, en la cuneta de la A-38, hay una media hora de camino. Cuando llamó a su amigo, no le dijo cuánto le faltaba para llegar a casa, pero, dado que los cuatro neumáticos estaban perfectamente hinchados cuando llegó la Guardia Civil al lugar del crimen, una de las hipótesis es que a las 19.55, es decir, cuando se estaba produciendo la conversación, estuviese aún a medio camino y que, tal vez, parase en una gasolinera para comprobar la alerta de pinchazo o para hinchar la rueda afectada. Por esa razón, tal como ha podido comprobar este diario, agentes de Homicidios han recorrido ambos establecimientos para solicitar las grabaciones de sus cámaras de seguridad, que serán analizadas para tratar de saber si Torró paró en alguna de ellas minutos antes de su asesinato. También, si algún vehículo podía estar siguiéndole. ¿Qué hizo entre las tres y las siete? La clave está en las cuatro horas anteriores a su visita a la óptica de Sueca. El ex alcalde de Gandia comió con su mujer en el restaurante Cocos bar de la playa de Gandia. Ella llegó antes, sobre las 14.00 horas, andando, ya que el apartamento en el que vivía la pareja se encuentra en las inmediaciones, y él, en el Mercedes, que estacionó en la puerta, un cuarto hora después, sobre las 14.15 horas. Al filo de las tres de la tarde salieron del restaurante, al que acudían con frecuencia. "Comieron puchero, que es el plato de los miércoles y les ofrecimos postre, pero él dijo que no, que solo tomarían café, porque tenían prisa". Se despidió diciéndole a los propietarios que acababa de colgar una foto de la comida en sus redes sociales y ambos salieron: la mujer se fue de nuevo a pie hacia su casa, mientras que él se subió al coche y se marchó hacia Gandia. Por el momento, no ha trascendido si fue directamente a Sueca y por qué o con qué fin. La visita a la óptica, con la que no tenía ninguna relación salvo porque el nombre de su grupo empresarial continúa figurando en la puerta aunque no existe vinculación de ningún tipo, parece más bien casual, como si hubiese aprovechado su paso por la capital de la Ribera Baixa. De hecho, la dueña se mostró muy sorprendida cuando lo vio entrar por la puerta, ya que no lo veía desde septiembre y no había hablado con él desde octubre. Los investigadores también han rastreado calles y establecimientos en busca de cámaras de seguridad que hubiesen captado el paso de Torró por Sueca, municipio del que salió apenas 45 minutos antes de su asesinato. Esas grabaciones, de existir, podrían contener la clave de su asesinato.
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