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» El Ciudadano
Fecha: 22/02/2025 15:46
Por Candela Ramírez Victoria De Masi todavía no sabía que escribiría un libro sobre esta figura pero traía consigo una observación: “Siempre me pareció que Karina Milei era mirada muy de reojo por el entorno que se iba armando alrededor del candidato Javier Milei”. Además, veía que “Karina Milei estaba en todo y la subestimaban”. Fue durante 2023 y el 19 de noviembre, el día que Milei ganó el balotaje, sumó otro dato: fue Karina quien lo recibió en el escenario para festejar su triunfo y no su compañera de fórmula Victoria Villarruel. Tres semanas después, reafirmaría su punto de vista cuando vió cómo, nuevamente, la vicepresidenta era corrida de la escena, y pensó: “Me parece que Karina es algo más que una hermana. Ahí arranqué”. Cuando De Masi recibió dos ofertas para publicar un libro sobre el ascenso de La Libertad Avanza en Argentina, supo enseguida que el personaje que sostendría la historia era ése: Karina, “El Jefe” como la referenció siempre el actual presidente. Una mujer común —como la definirá durante toda la entrevista—, licenciada en Relaciones Públicas, repostera profesional, casi siempre empleada como secretaria, siempre al lado de su hermano (de niña, de adolescente, de adulta), y a cargo de dos campañas políticas: la que llevó a Milei a ser diputado nacional en 2021 y la que lo consagró como presidente en 2023. De Masi tiene 42 años, es periodista, trabaja en elDiarioAr. Trabajó más de 15 años como redactora en Clarín, en 2016 publicó su primer libro “Carlitos Way. Vida de Carlos Nair Menem”. Nació en Tierra del Fuego, creció en el conurbano, estudió en Buenos Aires y sigue viviendo allí. Además de escribir, coordina el espacio de capacitación y debate periodístico Club El Movimiento. En 2024 trabajó en el canal de streaming Gelatina, “Argentinos de bien” se llamó la columna que hizo con Emilio Laszlo. Le gustan los personajes secundarios «porque en algún momento pasan a primer plano», dijo hace poco en otra entrevista. En diciembre publicó el libro “Karina. La Hermana. El Jefe. La Soberana”. Peleó para conseguir la última definición de esa bajada en el título —La Soberana—, cuenta a El Ciudadano: “Esto que posiblemente se precipite para bien y para mal, del tema de LIBRA, va a dar cuenta del nivel de decisión y de poder que tiene Karina Milei. No sólo sobre su hermano, sino sobre el Ejecutivo todo y, por ende, en lo que queda del Estado y un poco más: ella se ocupó todo el año de bajar a las provincias para armar el partido. O sea que está expandiendo territorio”. «Hablalo con Kari» es la forma que tiene Milei de derivar toda decisión a la órbita de Karina cada vez que alguien se acerca, pregunta o pide algo. Así lo retrata en el libro. La entrevista a la periodista tiene dos disparadores: la publicación de esta investigación y el escándalo que se precipitó hace apenas una semana, cuando el presidente Javier Milei tuiteó en la red social X un token denominado $LIBRA, que había sido creado apenas tres minutos antes de su posteo. Desde ese momento, la noticia fue sumando capas y capas de información, una “entrevista” de Jonatan Viale cuya versión en crudo abrió un nuevo escándalo, denuncias penales aquí y en Estados Unidos, y la publicación de los nombres detrás de lo que muchos ya consideran una megaestafa. Mientras, la oposición argentina no consiguió los votos para que el Congreso inicie una investigación. Esta semana el nombre de Karina ocupó varios titulares y la conversación digital: Milei no sólo conoce a las personas detrás de esta criptomoneda, también tuvo reuniones, se sacó fotos con ellas. De Masi explica: “Quien autoriza el ingreso de tres personas, las más nombradas, que son Hayden Davis, Julian Peh y Mauricio Novelli, si no es Karina Milei tuvo que haber sido alguien del área que ella maneja, porque así está en los registros. Por otro lado Javier Milei tiene foto con todos y no se vio solamente una vez. Karina sabe con quién se saca fotos su hermano. Sobre Karina, que es mi sujeto de trabajo: ella nunca ocupó el despacho que corresponde al secretario general de la presidencia. Cuando recién asume su hermano, ella se queda trabajando en el despacho presidencial, o sea el escritorio de al lado de Milei. En julio, cuando lo echan a Nicolás Posse, ella ocupa ese despacho que era del jefe de gabinete de ministros. Karina deja el despacho a su hermano y ella se muda a la oficina que está inmediatamente al lado. No hay forma de ver a Milei sin que se entere Karina. Es tal el nivel de control y de vigilancia, si querés amorosa, que ella ejerce sobre él que es muy difícil pensar que Karina no estuviera al tanto de lo que está pasando”. Karina también fue apuntada por algunos aliados políticos, como el presidente Mauricio Macri que dijo que Milei “es muy descuidado y está mal rodeado”. De Masi plantea: “Lo que me abre una pregunta enorme es que Milei, en la entrevista que ofrece a TN, no se carga a nadie. No le echó la culpa a nadie. Después aparece el nombre de Santiago Caputo, le adjudican un error por primera vez, esto lo dice Francos. Lo que estuve viendo en estos días es que Karina Miei es la persona más blindada de todo el Ejecutivo en medio de este escándalo. Javier Milei es capaz de absorber el error y decir «Le puse la cara al cachetazo», puede incluso permitir que Guillermo Francos, que es una persona de mucha confianza para él, le endilgue parte de la culpa a Santiago Caputo por la intervención que hizo en la nota. Pero nadie, absolutamente nadie está hablando de la persona que habría autorizado el ingreso a la Rosada y a Olivos de los tres cripto bros, estos lúmpenes del mundo tecno. Lo que, a mi entender, da cuenta del poder que tiene Karina Milei”. Fuera de lugar “Karina, El Jefe, no habla: ejecuta”, remata el resumen del libro publicado por Sudamericana-Penguin Random House. De Masi nunca pudo entrevistar a Karina, no habla con la prensa ni permite que la ponchen cuando acompaña a su hermano a canales de televisión. Fue uno de los desafíos de la escritora para avanzar en la investigación, que está llena de datos oficiales y algunos nombres propios, pero la mayoría de las personas que sí conocieron a Karina pidieron hablar en off, lo que quiere decir que no se pueden publicar sus nombres. “Karina genera terror. Esto me lo dijeron todos y mi pregunta era, ¿pero terror a qué? Porque la verdad es que es una mina bastante común, es una laburante, le costaba estudiar, era mala para los deportes, es una persona realmente común. Y las fuentes, al menos dos o tres personas que me resultan muy confiables en cuanto a su mirada sobre el asunto, lo que dicen es que el terror es a que los echen. Y mi sentido común responde: pero escuchame una cosa, hay un montón de laburos, si te echan de un espacio político o te echan de una oficina en la Casa Rosada, vas a conseguir laburo en otro lado. Bueno, ellos lo que me devuelven es: todos quieren estar al lado de Karina, Karina es el poder. Hay ahí también una debilidad de quien ofrece su servicio, su fuerza de trabajo y que logró pisar la Casa Rosada y que no se quiere ir. Y para no irte o que no te echen, tenés que estar bien con una sola persona, cualquiera pensaría que esa persona es Javier Milei y resulta que es una hermana. Ahí donde la cosa no cuaja. Ése es mi punto de interés”. Y ahí, De Masi aporta alguna de las tantas definiciones que con las que logró sintetizar la figura de Karina: “Es una cosa que está fuera de lugar, es como algo que está descolocado, es como abrir la puerta de tu casa y ver que te dejaron un objeto arriba de la mesa y no sabés dónde meterlo. Sabés que va en el placard de la vajilla pero es un objeto que no combina con ninguno, no termina de ser un vaso, no es un plato playo, no es hondo, no es un cubierto y decís: ¿esto dónde va? Y esto de la rareza también la hace inasible: no se puede sujetar”. Fue otro de los desafíos de la escritura, “dar cuenta de lo difícil que es documentar y escribir sobre una mujer no sólo que no habla sino que no encaja en ningùn lado”. De Masi plantea que también le interesó “tratar de que el lector vea que en esos votantes comunes que tienen problemas de gente común hay muchos links con la vida de los hermanos, sobre todo con la de Karina. Es decir, lo que ganó no es muy distinto a la gente que los votó y eso me parece que es un punto porque al país hay que hacerlo entre todos, también con objetos que no sabemos dónde ubicar, que los dejaron arriba de la mesa y no sabemos donde ubicar”. Karina, secretaria, emprendedora, tarotista, conectada con el mundo de lo espiritual, alguien que le dice «hijo» o «sobrino» a sus mascotas y las de su hermano. Karina, una tipa común. Desde el margen hacia el centro Ya en 2020, De Masi había estado atenta a las usinas digitales de movimientos anticuarentena y en 2023 cubrió “de punta a punta” la campaña política de Javier Milei hacia la presidencia: fue cuando en el medio donde trabaja, elDiarioAr, definieron cómo repartirse las coberturas ese año. En el libro cuenta: “Lo primero que hice fue contactar a quien estaba a cargo de la comunicación de la campaña. Con sutileza, me hizo saber que los candidatos de La Libertad Avanza (y algunos personajes satélite) no estarían disponibles para elDiarioAR. Decidí, entonces, que mi cobertura sería desde el margen hacia al centro: fui a buscar a los votantes de Milei. Quería hablar con personas comunes, laburantes, jóvenes, mujeres, emprendedores. ¿Quiénes eran, cómo pensaban los que le confiaban su voto?”. Ella, insiste, no es periodista especializada en política, sin embargo sus observaciones, retratos y crónicas de todo el universo que rodea a Javier Milei mostraron algo que casi todo el arco político minimizó desde que Milei empezó su carrera electoral: escuchó a los sujetos interesados en el discurso de Milei: “¿Por qué lo votaron? Porque habló de los temas que le importan a las personas”, dice y enumera inflación, economía a largo plazo, seguridad. Se dedicó a observar también lo que les provocaba: “Vi muchas veces gente llorando y escuchando a Javier Milei, pero no es un llanto… Es otra cosa, es un llanto viejo. Realmente el tipo es un pastor y a mí siempre me pareció que no había que subestimar ese sentimiento que Javier Milei generaba y probablemente siga generando”. Nombra también algo que le interesó mucho desde el principio: “la militancia digital”. Lo dice en la entrevista y en el libro: “Ahí donde hubiese wifi estaría Javier Milei”. Y en diálogo con este medio agrega: “No sólo eso, sino que las audiencias tomaban su mensaje original y lo reinterpretaban de acuerdo a la plataforma donde lo iban a tirar y no estoy hablando de programadores sino de gente común, gente que entrevisté, laburantes, estudiantes”. Milei habla una vez y ese material se vuelve recorte: uno para Tik Tok, otro para Instagram, otro para Twitter. Cada uno con la edición y filtro adecuado para cada red. “Así, podías elegir con qué Milei te quedabas”. Para De Masi este terreno fue clave. Más allá de que una parte de esto esté efectivamente organizada “después hay toda una cosa que no se explica”: “Y tiene que ver con que vos sos receptor de ese mensaje y entendés perfectamente cómo decodificarlo y devolverlo a la plataforma de una manera que le resulte fiel al candidato y de que vos, usuario común, ganes likes, retuits y seguidores. Esa máquina no la creó nadie, la crearon todos al mismo tiempo, la alimentaron, le dieron breves descansos y fue el impulsor de Milei presidente. Y creo que es lo que hizo la diferencia, cuando los partidos tradicionales como la izquierda, Schiaretti, Massa y Bullrich se dieron cuenta de que tenían que hacer algo para Instagram ya era re tarde”. Por último y en relación al escándalo cripto cuyas consecuencias todavía son difíciles de calcular, De Masi piensa que “toca un segmento que para La Libertad Avanza es el segmento de oro que son esos chicos de entre 16 y 30 años que no solo les importó la campaña de 2023, fue un segmento que se trabajó mucho en la campaña de 2021 en ciudad de Buenos Aires”: “Son esos pibes que están pegados a la pantalla básicamente y que se sienten un poco expulsados del mercado laboral. Antes uno pagaba un alquiler pensando que quizás algún día ibas a tener tu casa, estos pibes ya saben que no la van a poder tener a la casa. Son adolescentes y jóvenes que desde muy temprano se piensan por fuera del sistema”. La periodista apunta algo que advirtió hace poco: “Me di cuenta que Netflix antes te hacía un intervalo de 30 segundos entre episodio y episodio, después lo bajó a 15 y ahora a 5 segundos, ¿lo viste? No es una boludez, estamos viviendo así. En relación al caso LIBRA, fijate la cantidad de información que hubo desde el viernes 14 de febrero a las 19.01. Es vertiginoso”. Ese segmento de la juventud es importante para los políticos porque “son la base de la pirámide poblacional, sin las juventudes es muy difícil ganar una elección y parte del triunfo tuvo que ver con que los fueron a buscar”. Chicos pegados a las pantallas que se anotan en capacitaciones para aprender a ganar dinero, que sólo usan billeteras virtuales, que no piensan en una futura jubilación porque saben que con eso no se vive y porque todo es puro presente, no hay futuro, parece. ¿Y por qué este escándalo cripto, de ese mundo del que tantos sabemos tan poco, puede impactar en ese segmento? “Me parece que es desilusionante para esos pibes. «Che no era tan fácil»; «Ah pero te pueden cagar con esto». Y también también es una desilusión porque Milei dice que difundió, no que promovió, yo digo que es una acción publicitaria: había un link, un vivalalibertad@gmail. Quien ve ese posteo y entra, aunque sea por curiosidad, entra porque cree. Porque ahí hay un referente, ahí hay un pastor: alguien que pidió un sacrificio, «yo me tengo que sacrificar porque pronto van a venir las buenas noticias, pronto va a venir la prosperidad, lo que viene es un buen porvenir, antes sacrificate», y ése que te pide que te sacrifiques está haciéndote caer en una trampa. Entonces, ojo, porque son los que te cambian una elección y este año hay intermedias”.
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