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Valle María » Vallemarianoticias
Fecha: 21/02/2025 04:46
La Comisión Nacional de Monumentos históricos habilitó el comienzo de la obra de remodelación. El Papa Francisco y Jorge Macri definen. La polémica por la remodelación del edificio del Luna Park se profundizó luego de que la productora DF Entertainment, del argentino Diego Finkelstein y la norteamericana Live Nation, consiguieran que la Comisión Nacional de Monumentos históricos habilitara el comienzo de obras para ampliar el Palacio, propiedad de la Iglesia, que podrían violar su condición de monumento histórico nacional. “Esta Comisión aprueba el inicio de las obras a condición de constituir una mesa de trabajo entre la empresa, la Iglesia de Buenos Aires y este organismo tutelar”, explicita el texto del acta que redactó la Comisión Nacional en su reunión del 6 de enero pasado, a la que accedió Letra P y donde analizaron en tiempo récord el proyecto que presentó la empresa DF Entertainment. La Comisión Nacional de Monumentos depende de la Secretaría de Cultura de la Nación, cuyo titular es Leandro Cifelli. Sus autoridades fueron nombradas durante el gobierno de Alberto Fernández, y si bien hubo rumores de cambios mantuvieron sus cargos: Mónica Capano es la presidenta y el vice es Alberto Petrina. Como vocal está Juan Vacas, el actual subsecretario de Paisaje Urbano de la ciudad de Buenos Aires, que responde políticamente al Jefe de Gobierno, Jorge Macri. Jorge Macri y el Papa Francisco Fuentes empresarias que siguen el proceso de traspaso del inmueble explicaron a Letra P que, “según el procedimiento legal, ahora deberán intervenir para su aprobación o rechazo el Gobierno de la Ciudad, ya que el Luna Park está en un área de protección histórica, y el Papa Francisco, porque así lo establece el contrato de concesión”. Las fuentes que accedieron al proyecto de DF Entertainment detallaron que “se prevé aumentar el volumen del estadio para llevar su capacidad actual de 8.400 espectadores a 13.000 (+ 53%) y para eso generan reformas estructurales del edificio que no son compatibles con la norma que lo preserva como edificio histórico”. Agregaron que la Comisión “se apuró a tratar el proyecto, lo aprobó en un período inusual de tiempo”. Además, remarcaron que “apela a giros dialécticos que esconden el impacto de las reformas en el edificio del Luna: hablan de mantener el uso y las ‘dimensiones simbólicas’ y no físicas, del Luna”. El arquitecto Petrina marcó la amplitud de los cambios que están dispuestos a tolerar en la Comisión: “El acervo tangible y el intangible del Luna tienen un mismo carácter entre nómade y efímero, hechos de superposiciones y contrastes que lo hacen un tanto inasible e inclasificable, al tiempo que es difícil de gobernar patrimonial y funcionalmente”. Un paragüas argumentativo. “La documentación enviada reconoce expresamente que prevé el reemplazo de la cubierta superior para nuevos aforos; eso indica volar el techo del edificio y trastocar la fachada histórica”, explicaron quienes tuvieron acceso al proyecto y ven que Finkelstein impulsa “un plan de demolición de la cubierta y la construcción de un edificio de mayor volumen, con dos nuevos pisos en altura y dos más subterráneos para cocheras”. La Iglesia, los caminos del señor y el negocio del espectáculo Los dueños del Luna Park son la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco y el Arzobispado de Buenos Aires. Tal vez por eso, el futuro del edificio sólo se explica con la expresión bíblica “los caminos del Señor son inescrutables”. Es que el proceso de entrega en concesión del Luna Park para su explotación en los próximos 40 años tiene dos versiones casi contrapuestas. Voceros del Arzobispado porteño, cuyo titular es el monseñor Jorge García Cuerva, le reiteraron a Letra P que “aún no hay definición sobre el operador. Para nosotros el cuidado del patrimonio es un elemento indispensable y no se aceptarán proyectos que no respeten el patrimonio del Luna Park”. Allegados a la Iglesia admiten que DF Entertainment “es el único oferente en pie, pero la oficialización se retrasó por las malas condiciones de salud que atraviesa Francisco”. Tres arenas en disputa Finkelstein y Live Nation se manejan como los ganadores de la licitación internacional de propuestas que organizó la Iglesia a través de la Consultora Ernst & Young, para gerenciar el mítico edificio porteño. El acta de la Comisión Nacional de Monumentos ratifica la versión que indica que “hay una precontrato firmado entre la Iglesia y Finkelstein, donde DF Entertainment, “en contraprestación, se obligó a pagarle al Arzobispado un millón de dólares al tomar posesión del inmueble el 2 de enero pasado y, adicionalmente, un mínimo de un millón de dólares anuales durante toda la vigencia del contrato”. Si DF Entertainment se queda finalmente con la concesión por 40 años del Luna Park, se adueña de la tercera “arena” del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), rival directo del estadio Movistar Arena del barrio de Villa Crespo, que gestiona ASM Global, en sociedad con el grupo propietario del diario La Nación y que tiene capacidad para 15.000 personas. El tercer estadio es el ex-Direct TV de Malvinas Argentinas que ya manejan el propio Finkelstein e IRSA del magnate Eduardo Elsztain. Letra P
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