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» El Ciudadano
Fecha: 20/02/2025 17:21
La cantante Mon Laferte se vio envuelta en una polémica por su exposición Te Amo. Mon Laferte visual en el Parque Cultural de Valparaíso luego de que 500 artistas denunciaran ser desplazados por “figuras del espectáculo”. A modo de respuesta, la artista chilena radicada en México publicó una sentida carta abierta detallando su trayectoria artística, cómo eso le permitió ayudar económicamente a su familia y cómo el arte le salvó la vida. En un video con su voz y sus obras plásticas de fondo, Laferte respondió a quienes la cuestionaron como “artista”, un lugar que claramente se ganó en base al trabajo. «¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? ¿Naces, te haces, lo compras? Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná, pero la necesidad te enseña a ser más creativa, arreglártelas y a no pedir permiso ¿Se imaginan si hubiera pedido permiso? Yo estaría muerta». “Fui violada a los 7 años, a los 11 empecé a tomar, fumar cigarro y consumir marihuana, probé la pasta base a los 13, estudié en la D.320, almorzaba en la escuela y sólo llegué a octavo básico. Empecé a trabajar a los 13 años y desde esa edad hasta los 18 fui abusada por un tipo 20 años mayor que yo, quien me vendía como mi manager; él se quedaba con la mitad de la plata”, contó sin eufemismos. “Durante ese tiempo canté en la calle, en bares, en las micros, en circos. A los 17 vivía sola con mi abuela, me tocó cuidarla después de un derrame cerebral que la dejó postrada, yo en las noches salía a cantar y con eso compraba pañales pa ella y a veces uno que otro vestido de la ropa usada pa cantar, aprendí a hacer maravillas cosiendo a mano. A los 18 encontré una oportunidad en la tele, eso para mí fue la salvación de mi vida, ganaba 30 lukas a la semana, después empecé a tener pitutos y con eso ayudaba a mi familia”, siguió en un lenguaje muy propio de su país. “Durante los cinco años que estuve en la tele fui acosada por un productor musical, me besaron a la fuerza varias veces y me trataron de puta sin talento, me la creí y aguanté por necesidad, pero finalmente tuve el valor y me fui. Con 23 años y 4 palos que había juntado me fui a México, sin pitutos, sola con ganas de salir adelante. Cuando llegué a Mexico me tocaron los años más difíciles del crimen organizado, salí escapando un par de veces de algún antro en Veracruz, canté covers en bares durante ocho años. Ganaba 300 lukas al mes. Con eso a veces le podía mandar plata a mi familia en Chile”, reveló. “Tengo ocho discos publicados, más de mil obras como artista plástica, pero hasta el día de hoy me siento como una intrusa. Es verdad que hoy tengo un lugar privilegiado, me volví una burguesa, una nueva rica y sé que no pertenezco y nunca voy a pertenecer porque yo siempre voy a ser una flaite y ahora una flaite famosa”, respondió a los artistas que se refirieron a ella como “figura del espectáculo” y no una artista. “Entonces pienso, yo jamás podría haberme formado en ese cola imaginaria porque antes de mí estaban los académicos, los que sí saben pintar ¿y saben? Yo les encuentro razón de todo lo que dicen de mí, yo a veces dudo y dudo de todo lo que hago, a veces pienso que todo mi arte es una mierda, y no sólo dudo como artista, dudo de mí también como mamá, dudo de todo porque siempre me dijeron que no valía y yo me lo creí. Pero avanzo igual, porque lo único que sé hacer es trabajar y amar, amar el arte como lo único que me ha salvado la vida”, reconoció contundente. Laferte confesó que lucha todos los días para no creer lo que aquellos que pasaron por su vida le dijeron durante años: “Y ese miedo que me dice que no soy suficiente, ese casi siempre viene empujado por el ego, y ese a mí no me la va ganar. Yo no tengo nada que perder, todo para mí ha sido ganancia porque yo le gané a la vida. Quiero que sepan que con humildad comparto mi arte, lo hago con el respeto que merece mi oficio. No soy mejor que nadie, el arte es subjetivo, dicen, pero todo lo que yo hago me sale de los ovarios, de lo más primitivo. Yo soy un animal, una tora, una yegua como Lemebel. Siéntate en el piano, destruye la métrica, grita en vez de cantar, decía la Violeta”. Finalmente, la chilena reconoció que su trabajo y su vida la hicieron artista, a pesar de las críticas: “Yo no ando queriendo ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a andar disculpándome por ocupar el mío. Aquí tienen mi historia y ¿saben qué? Si esto se trata de meritocracia, entonces yo me lo merezco todo”.
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