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  • De Paul en “Mi Selección”: el consejo estético de Messi del que se arrepintió, “la energía” que lo une a Scaloni y cómo maneja la presión

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/02/2025 03:26

    Su relación con Scaloni y su rol en la Selección Rodrigo De Paul lleva más de una década en Europa, interrumpida por un breve regreso a préstamo a Racing en 2016 para disputar la Copa Libertadores. Su primer destino en el Viejo Continente fue Valencia (2014-2016), después estuvo varias temporadas en Udinese (2016-2021) y finalmente llegó al Atlético Madrid, para ponerse a las órdenes del Cholo Diego Simeone. Pieza clave en el ciclo Scaloni, acompañó prácticamente todo el exitoso proceso del entrenador de la Selección y resultó un indispensable en el equipo que se coronó bicampeón de la Copa América y se consagró en el Mundial de Qatar. El nacido en Sarandí en 1994 y surgido de la cantera de la Academia le abrió a Infobae las puertas de su casa de Madrid, donde se refirió, entre otras cosas, al vínculo especial que lo une a Scaloni y Messi, cómo supera las críticas y, entre risas, a los looks de sus compañeros de equipo. A continuación, la entrevista. -Siempre hablamos con los jugadores que, independientemente del club en el que juegan, la ciudad suma mucho para la adaptación, ¿es así? -Sí, suma un montón. También tiene que ver de dónde viene uno. Yo soy de Buenos Aires y Madrid tiene muchas similitudes. Creo que eso es un punto importante. Con los años uno empieza a elegir también la ciudad, el estilo de vida. Cuando sos más chico el objetivo es solo jugar al fútbol, ¿viste? Después ya lo empiezan a rodear un montón de otras cosas. Rodrigo De Paul y Lionel Scaloni, fundidos en un abrazo tras una victoria en el Mundial (Foto Reuters/Paul Childs) -Ahora estás con gorra, pero ¿hay una búsqueda en el pelo? Te vi en fotos, como que está medio hinchadito el pelo... -Sí, hay una búsqueda. Se infla, pero lo que pasó es que yo venía con un buen proceso para dejármelo largo. Durante la Copa América, que es un mes, yo me levantaba y tenía los pelos así (hace el gesto con las manos hacia arriba). Me lo mojaba, eso a la mañana, en el hotel, pero después, ¡pum! Entonces yo siempre iba a la pieza del Enano (Messi), que tomamos los mates a la mañana, y me decía “no, mirá cómo tenés el pelo, que se te infla, que no sé qué”. Y me lo metió en la cabeza. “Que córtatelo, que pelado te queda bien”. Y el día de la final me lo pelé y después me arrepentí. Decía “la concha de tu hermana Enano (risas)”. Y bueno, ahora voy otra vez en la búsqueda de dejarlo un poco largo para cambiar, ¿viste? Me aburro sino. Me tiño, hago otras cosas. -Leo también se está dejando el pelo largo... -Sí, tiene como una cosita ahí, ya lo voy a agarrar en marzo. -¿Vos creés que le queda bien hasta acá por lo que viste? ¿Viste que ya se está empezando a ver algo? -A mí me gusta el pelo largo. Cuando él lo tenía largo tenía como poderes. Está bien que ahora tiene muchos años más, pero lo tengo que ver en el día a día, porque capaz que cuando sale se pone algún productito o algo. Yo lo quiero ver a la mañana. Ahí es donde se ve. Ahí es el riñón. De Paul opina de los looks de sus compañeros de la Selección -¿Con quién vivís acá en Madrid? ¿Vivís con alguien, con amigos, o no? -Vivo solo, pero Madrid es una ciudad en la que casi siempre hay gente, vienen amigos, vienen mucho mis hijos, mi mamá. Paso mucho tiempo acompañado. Pero soy también una persona a la que le gustan esos momentos de soledad, de introspección, de ir entendiendo para dónde voy, qué me gusta, qué no, dónde estoy parado. Así que hago ahí como un mix. Intento disfrutar de las dos partes. -¿Y vos actualmente estás solo? ¿Sos una persona soltera? -Sí, sí. Me quisieron meter en un par de cosas, pero no, estoy solo y estoy bien. - Y cuando salen cosas, ¿tengo más que desconfiar o confiar? Porque no lo tengo claro. - Yo soy una persona que no le debo nada a nadie, no le pido nada a nadie. Vivo mi vida, vivo de mi trabajo. Entonces no tengo nada que esconder. O sea, el día que yo esté con alguien voy a salir a tomar un café. Todo lo otro cuento. No es por ahí. -¿Te tiran onda en Instagram? ¿Tenés explotados los mensajes directos? -No los miro mucho. Las redes sociales, y lo entendí con el tiempo, son un lugar para distraerme un poquito. Para ver que hacen los amigos, subir alguna foto. Pero no, mi vida no va relacionada con las redes sociales. - Viendo tu paso por el Atlético y por la Selección, siempre sos un jugador indispensable para los técnicos. Y en ambos casos te pasó que al principio hubo algún murmullo, había opiniones divididas, y después termina pasando lo contrario, que sos ídolo, ¿qué es ese cambio? ¿Por qué siempre terminás siendo de los más queridos del técnico, de la gente? -Primero, supongo que en la división de opiniones, esto que hablabas al principio, tiene mucho que ver con mi personalidad o con mi manera de ser. Yo no tengo ese periodo de adaptación en el que mucha gente pasa desapercibida. Un poco por la manera en que me visto, por mi manera de hablar, por cómo soy gestualmente... Entonces siempre genero un poco eso de amor-odio, que no me molesta para nada, porque convivo con eso y es como un combustible en mi vida. Creo también que en las situaciones de presión, del barro es donde uno saca cosas que a veces ni sabe que tiene. Creo que ahí, cuando estás en momentos delicados y esa es un poco una fuerza mía. Y después, bueno, supongo que el trabajo, la constancia, Mi manera de ver el fútbol, de sentirlo. De Paul y Julián Álvarez, compañeros en el Atlético Madrid y en la Selección (Foto Reuters/Violeta Santos Moura) -Siento que te motivan los desafíos, los clásicos, las finales... -Creo que con el tiempo aprendí a controlar también el miedo, porque no es que yo no siento miedo, o no estoy nervioso o ansioso. Son partidos que para mucha gente son de vida o muerte, lamentablemente, y todo eso se deposita en el jugador de fútbol, pero lo controlo. Entonces el poder controlar todas esas emociones, al final me permite disfrutarlo porque le doy el valor que cada emoción merece y ya. Y son todas sensaciones que a mí me encienden, que yo no las tengo en el día a día. Son momentos muy puntuales de jugar una final, de jugar un clásico con el Real Madrid. Entonces intento disfrutar. En general casi toda la semana. Porque controlo el nerviosismo, y como todo eso no me no vence, me permite disfrutarlo. -¿Vos te sentís un poco el preferido de Scaloni? Tus números en minutos jugados en la Scaloneta son muy altos. -Creo que soy el que más jugué, junto con Leo. -Scaloni puso una ficha en vos al principio y ahora sos un jugador que no puede salir de la cancha. -Siento que me quiere mucho. Los pibes me joden con ese tema. Lo que pasa es que también se formó entre él y yo una energía, o algo así como que él entiende todo lo que yo voy a dar dentro de la cancha por él. Y yo sé cuánto me respalda él. Entonces a veces hay miradas que ya hablan. Esto no quiere decir que yo mañana puedo no ser convocado, o salir, porque yo entiendo eso también e intento ganármelo todos los días en el Atlético de Madrid. No es que yo creo que tengo un lugar en la selección argentina, ni mucho menos. Y él lo deja muy claro cuando dice “acá el único que puede venir siempre es Leo”. Y pasó con jugadores como con Fideo (Di María), que no fue convocado y son monstruos, pero de verdad. Pero sí siento que me gané un lugar a base de, primero la confianza de él, porque si bien yo soy un tipo que tiene mucha confianza en sí mismo, él vio algo en mí en relación a la Selección argentina, que nadie lo había visto, ni yo. Hoy me decís quién es Rodrigo de Paul para la selección argentina y es cien veces más de lo que yo soñé, obviamente. Siento que me quiere un montón y bueno, obviamente él sabe que lo quiero porque es todo el proceso junto. Hace siete años que estamos juntos, desde el primer día hasta hoy. De Paul elige sus propios looks -¿Qué pasa con los looks? ¿Sos un tipo que cambia mucho, no? ¿Vos te levantás y tenés alguien que te ayuda? ¿Cómo es la movida? -A mí me gustan mucho los looks. Soy un tipo que, a mi manera, no digo “estudiar”, pero si ver mucho Pinterest. -¿Tenés un tablero de Pinterest? -Sí, sí, tengo. También tengo muchas cosas vintage, de los años 90, que creo que está volviendo. Lo veo también en las marcas, cómo salen o las marcas que me gustan a mí, cómo salen hoy al mercado, qué es lo que está. Y voy un poco por ese lado. Pero bueno, pasa esto también. No es que lo use una sola vez y después no lo uso más. En el día a día me visto y me puedo poner otra vez lo mismo. Pero sí, lo que va a la Selección o lo que va a una foto de Instagram, esos (looks) por ahí intento no repetirlos en una situación en la que pueda haber otra oportunidad. -¿Y se va un dinero en ropa? ¿O hay canjes? -Nooo, se va, se va. Aparte, las marcas, a cara de perro, no te regalan ni un café. -Pero si vos es un cliente habitué, deberían... -Sí, aplauden cuando llego, nada más (risas). -¿Vas vos a comprar? ¿O va alguien por vos? -No, voy yo. A veces voy yo cuando tengo ganas de desconectar un poco. Y sino, meto mucho por internet. Con Messi lo une una gran relación (Foto Reuters/Agustín Marcarian) -¿Y la Selección? Se viste bien en líneas generales, ¿no? -Los pibes se visten bien, sí. No vamos a dar nombres, pero hay alguno medio caído, medio “clásico”. Hay algunos que usan mucho de la marca deportiva que los viste. Como la marca deportiva en general te manda conjuntos, joggins, todo eso van mandando, y ya caminan con esa, ¿viste? Después hay otros que tienen onda, como Ota (Otamendi). El gordo también (Enzo Fernández), el gordo no se viste mal. El Enano no se viste mal, le está metiendo, para mí la semilla la puse yo. Él es muy orgulloso y no me lo va a decir, pero yo lo fui llevando un poco. Él arranca ganando 1 a 0 porque a él las marcas se la tiran por la cabeza (la ropa) y entonces hay cosas que a mi me dicen “ay, todavía no entró” y después él tiene la foto y yo digo “¿pero por qué?”...yo lo entiendo, pero mandá dos... -¿Vos hablás a menudo con Leo? -Todos los días. -¿Y de la ropa no se habla? -No, no. -¿Pero hay confianza? -Mucha. -Que loca esa amistad, ahora lo debés naturalizar, es tu amigo, tu compañero, ganaron todo juntos. Pero me imagino como era hace seis años, cinco, Messi allá arriba... -Lo naturalizás, él te lleva a naturalizarlo, por cómo es. Te lleva a eso, a entender. En realidad no naturalizar, sino que entendés que es un pibe normal. Igual nunca terminás de naturalizarlo, viví situaciones muy fuertes con él. Lo que genera en la gente...hablo de todos, desde los más picantes, los nenitos, todo el mundo. Con los colores de Racing en el Cilindro de Avellaneda. Lo visitó en diciembre pasado junto a sus hijos -¿Se siente como un aura? -Sí, en los túneles, cuando salimos a jugar un partido con las otras selecciones, que tienen monstruos y vos ves como se giran para verlo venir...te genera algo, y nosotros ahí atrás, se nos infla el pecho. -Hay un video, creo que es de un partido en el Mundial, que él está en medio de ustedes en la fila, que parece la película Gladiador... -Eso lo hacemos siempre, porque ya salimos así. Lo esperamos. Que él venga, que salga primero. Eso surgió de la nada. O sea, se dio así. Después, obviamente, empieza esto que yo llamo “mecanismos de seguridad”, que ya entonces él siempre adelante. Fijate que atrás siempre vamos más o menos todos casi iguales, estábamos parados así para la salida. Está armadito y no es que lo hablamos antes de salir. -¿Cómo es la logística con tus hijos, con Cami, la mamá de tus hijos? -Vienen bastante, también yo voy mucho con la Selección. Ellos pasan mucho tiempo también en la casa de mi mamá, de su abuela, entonces también vienen acá con ella, se va viendo. También me tengo que organizar de que no tenga partidos entre semana porque si no casi que ni estoy, porque entre que concentro, viajo y todo eso, estoy poco en casa, pero también estamos con el teléfono, con las videollamadas. Eso va bien, pero obviamente que hay momentos que los extraño un montón y ellos a mí. Pero bueno, también entienden que este es el trabajo de papá y que también es para llevar la vida que llevan. Que su papá tiene que hacer este esfuerzo. De Paul jugó varios años en Udinese (Foto Tano Pecoraro/LaPresse via AP) -¿Sos un papá baboso? -Sí, soy muy cariñoso. Ellos también sacan en mí esa parte lúdica, esa parte de niño que yo creo que tengo también. Yo estoy todo el día con ellos. Ellos se divierten mucho porque podemos estar juntos, podemos jugar a las escondidas, lo que sea, es como que yo soy uno más. -Imagino que con esto que me estás contando y cosas que yo sé, te habrá jodido mucho cuando algunas personas decían que vos era mal padre... -Sí, me jodía. En algún punto sí me jodía. Siempre traté de entender que era una opinión vacía porque no me conocen como papá. Eso es lo que seguramente servía o vendía. Siempre existió eso de tener un malo en la historia o en la película. Me jodía, obvio, pero a mí se me pasaba todo cuando los veía a los ojos a ellos y entendía cómo me miraban. -¿Qué extrañas de Argentina? -Obviamente a mi familia, a mis amigos, a la gente que quiero. No tenerlos en la diaria. Hay algo que es verdad y que es una frase un poco repetida, pero es muy sabia, que lo único que no se recupera es el tiempo. Yo hace muchísimos años que no paso cumpleaños de mi mamá, de mis hermanos, de mis amigos y eso lo extraño. Extraño bastante, la verdad. Después te acostumbras con el tiempo, pero Argentina tiene una energía, un olor, que es muy de las raíces nuestras y que siempre uno quiere volver, por más que esté como esté. Querés pasar un rato, te recargás, te llenas de energía positiva. Eso a mí me gusta un montón. Un pequeño De Paul junto a su abuelo Osvaldo, una figura muy importante en su vida -Para vos tu abuelo fue una figura importante, ¿no? -Él fue como mi papá. De chico yo era muy quilombero, vivía en la calle, y me peleaba mucho. Y mi abuelo en un montón de esas situaciones también me cubría. De chico me llevaban a jugar al fútbol por plata y él se enteraba, pero no contaba. Me iba a buscar él, preocupado porque sabía que yo estaba en las inferiores de Racing y bueno, me cubrió de un montón de situaciones y siempre me acompañaba a los entrenamientos. Mi vieja trabajaba, entonces yo me iba a la casa de él, me quedaba con él y con mi abuela y todos los días, todas las tardes íbamos para el club. En algún punto yo era como la oveja negra, el rebelde de la familia. Mis hermanos todos estudiaron, siempre fueron muy disciplinados. Yo veía en mi abuelo al tipo que confiaba en mí, que era el único que confiaba en mí. Entonces eso me gustaba un montón. Después lamentablemente no me pudo ver ni debutar siquiera. Imaginate si podía haber visto todo el recorrido. Bueno, supongo que en algún lugar está orgulloso. -¿Qué opinás de las declaraciones de Cristiano Ronaldo, diciendo que es el mejor de la historia? -Supongo que lo debo decir desde algún lugar políticamente correcto, porque no quiero quilombos, pero yo siento que el que vio un poco de fútbol o entiende un poquitito sabe que como el Diez (Messi) no va a haber nadie, lo que hizo, lo que logró, sobre todo lo que generó en la gente. No hablemos ni de títulos ni de cosas, porque lo que generó... la gente paga cualquier cosa por verlo a él, para ver cómo se saca un tipo de encima, cómo mete un pase gol. Leo es arte. El otro es un animal competitivo, es un terrible goleador. Pero el Diez es arte. La entrevista completa con Rodrigo De Paul: La entrevista completa con De Paul

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