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Chajari » actualidadadiario
Fecha: 18/02/2025 18:02
La demora en la actualización del IPC trae complicaciones para comprobar la evolución real de los salarios, al punto que lo que se muestra oficialmente como una mejora pasaría a ser un deterioro La presentación oficial de una mejora en el salario real de los trabajadores privados y públicos es motivo de cuestionamientos tanto de gremialistas como de economistas, ya que para su medición se utiliza una estructura de gastos de hace veinte años que no guarda relación con los que se realizan en la actualidad. Tanto es así que lo que se muestra como una mejora real -es decir, salarios que nominalmente crecen más que la inflación- podría transformarse en una caída si se escogiera la Encuesta Nacional de Gastos de Hogares (Engho) del período 2017-2018, más representativa de los niveles actuales que la de 2004-2005. Más que una cuestión técnica Lo que puede parecer una cuestión meramente técnica es en realidad central para una correcta -o al menos actualizada- medición de diferentes variables en términos reales, como la recaudación tributaria, los ingresos y gastos de la Administración Pública Nacional o las ventas en supermercados, shoppings y autoservicios mayoristas. Al punto que un reciente análisis de la consultora Invecq dejó en evidencia que, entre noviembre de 2023 y diciembre de 2024, lo que se presenta como una mejora de 0,7% en el salario real de los trabajadores privados registrados, pasaría a ser un deterioro del 5,7% si se aplicara la nueva metodología. Los empleados del sector público llevarían la peor parte, con una profundización de la caída de sus salarios reales, que con el cambio de encuesta de gastos mostraría una desmejora real del 20,7% en el mismo periodo, en vez del 15,4% que surge de la comparación con la metodología vigente. El Índice de Precios al Consumidor Los organismos de Estadística de todo el planeta utilizan, con las variaciones y actualizaciones correspondientes, una metodología básica cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIX, conocido como “índice Laspeyres”, en homenaje a su creador, el alemán Ettiene Laspeyres. A grandes rasgos, el método consiste en un promedio ponderado de variaciones de precios en base a los consumos de una muestra de la población, en el caso argentino la mencionada Engho. Esa metodología es modificada periódicamente, para reflejar los cambios en los consumos de la población y en el caso del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y su antecesor, la Dirección General de Estadística, ya se llevaron a cabo once modificaciones desde 1933. Demoras en la actualización En ese contexto, el director del Indec, Marco Lavagna, anunció en septiembre del año pasado que el organismo estaba “en las pruebas finales” para la actualización del IPC, que podría estar saliendo “en los próximos dos meses”, es decir a mediados de noviembre de 2024. Sin embargo, esa actualización aún está pendiente, a pesar de ya estar disponible la Engho de 2017-2018 que, si persisten las demoras, ya quedará desactualizada para su implementación. Debe tenerse en cuenta que los gastos de una familia en 2004-2005 fueron sustancialmente diferentes a los de la actualidad, tanto por los adelantos tecnológicos que ocurrieron desde entonces, como por las modalidades de compra y los cambios en los hábitos de consumo. Pero el cambio principal pasa por los gastos destinados al pago de los servicios, que hace dos décadas estaba fuertemente subsidiados y representaban una proporción menor a la de estos días. Más servicios, menos bienes Al respecto, Invecq destacó en su análisis que, con una inflación del 117,8% en 2024, los servicios tuvieron un aumento del 189%, contra 96% de los bienes. “Por ejemplo, ‘Alimentos y bebidas no alcohólicas’, que actualmente representa el 27% del índice, pasaría a significar el 22,7%. En cambio, ‘Vivienda, agua y electricidad’ cambiaría de 9,4% a 14,5%, ‘Transporte’ de 11,0% a 14,3%, y ‘Comunicación’ de 2,8% a 5,2%”, señaló la entidad presidida por Esteban Domecq. En consecuencia, añadió, “utilizando los nuevos ponderadores, la situación de los salarios cambia bastante: los del sector privado pasan de crecer 0,7% (diciembre 2024 vs. Noviembre 2023) a caer 5,7%, y los del público de contraerse 15,4% a 20,7%”. Esta actualización del IPC no solo llevaría a revisar todas las evoluciones reales -en tanto el insumo de todas las comparaciones es un índice diferente- sino que, además, generaría una serie de reclamos gremiales, fundamentados en lo que reflejarían las estadísticas actualizadas. Cuál sería la inflación de 2024 El econometrista Martín González Rozada, de la Universidad Torcuato Di Tella, sostuvo que si se hubiera actualizado el año base del IPC, la inflación anunciada en 2024 habría sido mayor al 117,8%, en un rango que va -según el año elegido como base- del 123,5% al 133,6%. Con la salvedad señalada por González Rozada que el trabajo de actualización es solo una aproximación, ya que “para hacer el cambio de base se necesitan los precios de los productos y no son públicos”, la diferencia llega hasta casi 16 puntos porcentuales y marca la importancia de contar con un nuevo IPC que refleje los gastos de los hogares del presente, a dos décadas de la penúltima encuesta.
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