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» Diario Cordoba
Fecha: 13/02/2025 12:22
Dos toneladas de leña de olivo calientan cuatro alambiques de cobre tan antiguos como grandes. Durante un día entero, una mezcla de agua, alcohol de remolacha y matalahúva es destilada a la vieja usanza. La base anisada se macera con hierbas, bellotas, guindas y café. El resultado, un elixir con el que se abastece a las licorerías más prestigiosas. Así trabajan en la Destilería Museo de Anís Machaquito de Rute, uno de los tres lugares de Córdoba incluidos en la Guía de Turismo Industrial de España. En Córdoba, solo dos pueblos figuran en una de las publicaciones de referencia de una alternativa turística cada vez más en boga. Tres 'monumentos' de la provincia destacan entre los 18 de Andalucía recogidos por la Asociación de Operadores de Turismo Industrial (AOTI) en la cuarta edición (2024) de la guía para fomentar una formar de viajar fuera de lo común. Un patrimonio infravalorado No son monumentos ni suelen aparecer en las típicas guías turísticas, pero hay arte y mucha historia tras algunos de los escenarios de la revolución industrial que, desde hace unas décadas, distintas personas y entidades tratan de promocionar en España. El movimiento tardó en llegar al país. Primero se extendió por el norte de Europa, pero España tiene mucho que decir. En la Península Ibérica han aflorado históricamente industrias muy diversas que se han convertido en motores de las provincias, auténticos movimientos sociales que han servido a los españoles para ganarse la vida. Instalaciones de la Destilería Museo de Anís Machaquito. / Turismo de la Subbética Algunas de ellas, ya extintas, se han reconvertido en museos gigantes. Otras, vivas y exitosas, permiten descubrir los procesos tras los cuales ven la luz productos populares que llegan hasta nosotros. Fábricas, explotaciones agroalimentarias, minas... El interés que generan estos lugares es muy transversal y amplio. Cualquier centro productivo puede ser susceptible de formar parte del patrimonio turístico industrial de una región, aunque, como señala Eusebi Casarelles Rahola, expresidente de la Industrial and Engineeering Heritage Committee (ERIH), red de difusión del turismo industrial de Europa, son recursos poco valorados. "Solo hace falta leer cualquier guía turística para darse cuenta", critica. Dos pueblos cordobeses En Córdoba, dos pueblos destacan sobre los demás y figuran, en exclusiva, como destinos para quienes buscan conocer la provincia más allá del arte que colma el patrimonio cordobés. Uno de ellos es Rute, que cuenta con la destilería más antigua de España. El anís es uno de los productos estrella de esta localidad de la Subbética desde hace unos siglos. Cinco generaciones familiares se han ocupado de la fábrica desde que, en 1860, Rafael Reyes Rodríguez comenzará su exitosa actividad. En 1876, fue fundada oficialmente bajo el apodo del famoso torero Machaquito. La destilería es capaz de embotellar 2.800 unidades por hora. Y promete que, adentrarse en ella, supone una experiencia total para los sentidos. De la Subbética hay que desplazarse al valle del Guadiato para participar en un auténtico viaje a la revolución industrial. Con una envergadura inigualable en Andalucía, el Cerco Industrial de Peñarroya-Pueblonuevo, construido por la Sociedad Minero-Metalúrgica de Peñarroya (SMMP), guarda la memoria de un pasado de esplendor ligado a la minería. Una locomotora, en el Almacén Central de Peñarroya-Pueblonuevo. / Ayuntamiento de Peñarroya Un viaje a la revolución industrial Se extiende por 660.000 metros cuadrados, pero su alma ocupa 14.000 de estos. Se trata del Almacén Central, la joya arquitectónica diseñada por Gustave Eiffel (sí, el mismo que hizo la Torre Eiffel). Hasta allí llegaban los trenes a vapor que cargaban las mercancías con que se abastecían las fábricas. Esas locomotoras hoy en día pueden todavía verse en una exposición permanente completada con utensilios, equipo de la época y la reproducción de una galería minera. El mayor centro siderúrgico andaluz del siglo XIX acoge también los edificios de otras fábricas, los hornos en los que se fundía el plomo y el hierro, una mina o los talleres generales. Fachada de la Fábrica de Harinas Santa María, en Peñarroya-Pueblonuevo. / Ayuntamiento de Peñarroya No hay que salir de Peñarroya-Pueblonuevo para conocer el tercer 'monumento' de Córdoba en la lista patrimonial de la Guía de Turismo Industrial de España. Su origen se remonta a principios del siglo XX; hasta finales del mismo, mantuvo una actividad incesante de producción de harina. La Fábrica de Harinas Santa María está dividida en varias plantas y conserva la antigua maquinaria suiza que era utilizada para convertir el trigo harina, salvado o harinilla. Maquinaria antigua de la Fábrica de Harinas Santa María, en Peñarroya-Pueblonuevo. / Ayuntamiento de Peñarroya El producto no solo se distribuía por España, sino que se exportaba a países como Rusia, Siria o Egipto. Las instalaciones ocupan una hectárea, que va desde los almacenes hasta la panadería, pasando por jardines, aparcamiento de camiones, chimeneas... De estas últimas, se conserva una que pertenecía a la panadería. Las máquinas primero funcionaban a vapor, pero después fueron alimentadas por electricidad. Una deschinadora, la línea de molturado o los molinos son algunos de los recuerdos de aquella importante actividad que se ejercía en una fábrica fundada por la SMMP que acabó en manos del Ayuntamiento gracias a la cesión de Antonio Espadas Pérez. El Consistorio restauró las instalaciones y las abrió al público permitiendo sumar otro lugar de referencia del turismo industrial local y provincial.
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