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Evangelio de hoy – Pildorasdefe.net Lunes, 10 de febrero, 2025 Lecturas completas: Clic aquí y reflexiona Maria, Comparte el Evangelio a través de los botones de compartir y que el amor de Dios llegue a más personas. Dios te pague Facebook Twitter Telegram Whatsapp Oración de preparación Maria, disfruta de un tiempo de paz en la mañana con la Oración del Día, para ponerte en la Presencia de Dios. Haz clic en el siguiente botón: Clic aquí para Orar Celebración de hoy Santa Escolástica, Hermana de San Benito: Virgen y Mística Santa Escolástica fue una religiosa mística, hermana de San Benito, Fundadora del monasterio y la orden de monjas benedictinas, Invocada para atraer lluvia Coronilla a la Misericordia Coronilla a la Divina Misericordia de Hoy Lunes y Consagración Invocamos al Espíritu Santo para que nos guíe con sabiduría. Oramos por las Almas del Purgatorio y por todas tus intenciones Lecturas del día Maria, hoy observamos que cuando Jesús y sus discípulos llegan a Genesaret, la gente lo reconoce y de inmediato corre a buscar a los enfermos para que sean sanados. Este gesto nos enseña que, cuando conocemos verdaderamente a Jesús, no podemos quedarnos indiferentes. La fe nos impulsa a buscarlo, a acercarnos a Él y a llevar a otros hacia su amor sanador. Presta atención a las lecturas de hoy. Génesis 1,1-19. Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios aleteaba sobre las aguas. Entonces Dios dijo: «Que exista la luz». Y la luz existió. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día. Dios dijo: «Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas». Y así sucedió. Dios hizo el firmamento, y este separó las aguas que están debajo de él, de las que están encima de él; y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día. Dios dijo: «Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme». Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces dijo: «Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro». Y así sucedió. La tierra hizo brotar vegetales, hierba que da semilla según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el tercer día. Dios dijo: «Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años, y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra». Y así sucedió. Dios hizo los dos grandes astros, el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche, y también hizo las estrellas. Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para presidir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el cuarto día. Salmo 104(103): Que el Señor se alegre en sus obras. (R). Bendice, alma mía, a Señor. ¡Oh Señor, Dios mío, tú eres grande! Estás revestido de majestad y de gloria, revestido de luz como con un manto. /R. Tú fijaste la tierra sobre sus cimientos, para que no se moviera eternamente; con el océano, como con un manto, la cubriste; sobre los montes se detuvieron las aguas. /R. Haces brotar manantiales en los cursos de agua que serpentean entre los montes. Junto a ellos habitan las aves del cielo; de entre las ramas emiten su canto. /R. ¡Cuán múltiples son tus obras, Señor! Con sabiduría las has hecho todas, la tierra está llena de tus criaturas; ¡Bendice al Señor, alma mía! Aleluya. /R. Marcos 6,53-56. En aquel tiempo, después de atravesar el lago, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron allí. Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él estaba. En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan solo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados. Palabra del Señor.
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