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» LT10 Digital
Fecha: 13/02/2025 00:57
De manera sorpresiva, la única empresa que se presentó fue la belga Dredging (del grupo Deme), la más crítica del proceso con acciones judiciales y administrativas. El Ministerio de Economía había advertido que el proceso no seguía si había un solo interesado. El gobierno dio de baja este miércoles la licitación de la hidrovía al presentarse una sola dragadora interesada en administrar la vía navegable, ya que el Ministerio de Economía de la Nación había advertido que no continuaría el proceso si había un solo oferente. La empresa belga del grupo Dredging (grupo Deme) fue la única que presentó oferta, pese a que había sido la empresa que más había cuestionado el proceso denunciando en sede judicial y administrativa que la licitación estaba direccionada para el triunfo de la actual contratista de las tareas de dragado, y ex concesionaria del sistema troncal de navegación, la belga Jan de Nul. Incluso, había barajado la posibilidad de no presentarse en la compulsa para dejar en soledad y expuesta a Jan de Nul (y el gobierno), sobre todo luego de que no prosperara su avanzada en la Justicia pidiendo que se suspenda la licitación hasta que se cambien las condiciones. Pero, en lo que fue la gran sorpresa de la jornada porque ocurrió contra todo los pronósticos y sin que nadie la tenga en el radar, fue la que protagonizó Jan de Nul la que no se presentó. Investigar a los "saboteadores" “El gobierno siempre remarcó la necesidad de contar con un operador capacitado bajo los más altos estándares internacionales y el mejor precio. Y además se comprometió a realizar una licitación transparente y competitiva. La única oferta presentada fue la de Deme, que se ocupó de teñir el proceso de denuncias de faltas de transparencia, demandas ante la Justicia y otras acciones, que desistieron pocos días antes” de la presentación de ofertas, dijo Manuel Adorni, vocero presidencial, en una conferencia de prensa en Casa Rosada. "Durante todo el proceso hubo presiones de sectores políticos, empresariales y mediáticos para modificar los requisitos técnicos del pliego y acusaciones contra el Gobierno por presunto direccionamiento a favor de Jan de Nul, actual concesionaria de la Hidrovía, que finalmente no presentó oferta. El Gobierno respondió las impugnaciones de los potenciales oferentes y la Justicia validó en tres instancias la legalidad del proceso licitatorio. No obstante, y para sorpesa de todos, la única oferta recibida fue la de DEME, empresa que había presentado denuncias previas sobre supuesta falta de transparencia y desistió antes de presentarse como único competidor", denunció el vocero. Adorni también subrayó que, pese a la inscripción de 11 empresas en el proceso y la existencia de consultas formales e informales sobre la participación de más compañías, ninguna otra presentó oferta. Ante esto, el Gobierno ordenó una investigación para determinar si DEME ejerció presiones sobre otros competidores o si hubo una posible asociación ilícita en perjuicio del Estado y los productores argentinos. El vocero aseguró que la investigación buscará “aclarar los acontecimientos ocurridos en el marco de esta licitación” y establecer responsabilidades penales en caso de intento de fraude Reacción empresaria Luego de que el voceo presidencial confirmara las novedades, la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidad que reúne a los más grandes operadores del mercado de granos, salieron a decir que "suspender la licitación de la Vía Navegable Troncal debe permitir fortalecer el proceso para lograr una concesión sólida que permita un dragado y balizado que nos conduzca a tener una Hidrovía competitiva, con un calado navegable de 40 pies en los próximos años, y una tarifa competitiva y menor a la actual". En ese mensaje, los principales usuarios de la hidrovía ya dejaron expuesta su agenda de cara a la nueva licitación. "Seguiremos trabajando como usuarios directos de la Vía Navegable para acercar propuestas y solicitar que este año se lleve a cabo la adjudicación sin aval del Estado y a riesgo empresarial", agregó Ciara-CEC. ¿Jugada maestra? Ayer, la Procuración de Investigaciones Administrativas (PIA), una fiscalía autónoma que depende del Ministerio Público, emitió un informe en el que advertía "serias y evidentes irregularidades en la redacción de los pliegos del procedimiento. Lo cual, en lógica consecuencia, conducirá inevitablemente a un procedimiento y posible adjudicación pasibles de reproches administrativos y/o penales". Si bien el informe no era vinculante, hizo serios cuestionamientos y se trató del primer revés oficial al proceso, ya que hasta ahora las cautelares presentadas contra la licitación habían sido rechazadas. Además, sobre ese informe se armó un intenso sprint final de los interesados en bajar el proceso, con Deme a la cabeza y también lobbistas cercanos al exministro de Transporte, Guillermo Dietrich. Se especula que por esa avanzada Jan de Nul decidió no presentarse y así no quedar envuelto en el escándalo de las investigaciones judiciales. Al presentarse, también dejaba la posibilidad de que Deme -que había adelantado al gobierno que se presentaría - impugne el proceso y lo trabe desde adentro. Por eso, al no presentarse (y si se cae el proceso, como admitió el gobierno) Jan de Nul queda fuera del escándalo, se saca de encima los cuestionamientos por direccionamiento y evita complicaciones judiciales, pero no del negocio: seguirá siendo la contratista que draga la hidrovía administrada por el Estado hasta que se realice una nueva licitación en busca de un nuevo operador privado. Es más, siguiendo esa línea de hipótesis, en un nuevo llamado a licitación -por más que haya cambios que la emprolijen, pero no la pongan cien por ciento a punto, como pedían los críticos- las empresas dragadoras que hasta ahora se quejaban tendrán mucho menos margen para cascotear el proceso; lo que seguiría dejando en buena posición a Jan de Nul. Mas aún luego de que el gobierno anunciara que investigará "con todo el peso de la ley a quienes intentaron sabotear el proceso", apuntando contra Deme como el principal instigador del vaciamiento, de ofertas. Semejante jugada como la que se relata supone no solo un muy alto riesgo para Jan de Nul (el gobierno podría decidir avanzar igual con Deme o presentarse otra firma, como Boskalis) sino también un nivel de contacto con otros jugadores (la holandesa Van Oord había dejado trascender que se presentaría y al final no lo hizo) que empaña también el proceso porque supondría un nivel de acuerdo entre privados que supuestamente tienen que competir. Y, precisamente, si hay algo que el gobierno siempre dijo batallar es contra las licitaciones "habladas" entre oferentes. No en vano, Milei se refiere por ese supuesto nivel de entendimiento como "la Cámara Argentina de la Corrupción" a los contratistas de obra pública. Mientras tanto, y con muy bajo perfil, la empresa Emepa -a la que contrataron para el servicio de balizamiento- también queda bien parada porque estira el negocio, ya que -por las características de la licitación- había quedado afuera de la puja por la concesión del sistema troncal de navegación. Impacto político No obstante, la caída del proceso también tiene otro ganador: la burocracia estatal y sindical que maneja la hidrovía desde que fue estatizada -un conglomerado que es transversal a los grupos políticos- que podrá seguir en funciones porque la gestión de la vía navegable se mantendrá más tiempo en el gobierno. Si bien el presidente Javier Milei pasó la motosierra (con centenares de despidos) por esa área, e incluso eliminó la Administración General de Puertos (AGP), buena parte de esa estructura sigue en funciones (sobre todo los caciques gremiales) acobachada en la nueva Administración Nacional de Puertos. Y que el Estado siga a cargo de la hidrovía le permite a esa estructura tener una razón de ser que perdía si pasaba el manejo a un privado. Precisamente -y en tren de recolectar versiones sobre lo sucedido- están los que incluso sostienen que el armado de los pliegos fue pensado para que se cayera al acumular inconsistencias como las señaladas por la Procuración, ya que su redacción corrió por cuenta, en gran parte, de la propia AGP. Lo cierto es que como ocurre cada vez que caen este tipo de procesos, las versiones se disparan por todos lados, y cada una tiene su margen de asidero ante el escenario del derrumbe. En ese sentido, Milei sufre un fuerte traspié en lo que se presentaba como su primera gran privatización; y ese hecho también empezó a ser devorado por el juego político de la oposición para sacar provecho. Y no solo por los opositores: también de los aliados, como el macrismo, que ahora son usina de críticas a la gestión y reclamos por despidos de los funcionarios ligados al proceso, como el titular de la Agencia Nacional de Puertos Iñakii Arreseygor, todo un tiro por elevación a Nicolás Caputo, ya que es un funcionario que él promocionó.
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