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  • La Policía Nacional desmonta por cuarta vez desde 2021 la banda de sextorsionadores de El Faku

    » Diario Cordoba

    Fecha: 12/02/2025 15:52

    El Faku, líder de la mayor organización española dedicada a las sextorsiones, esto es, a chantajear a puteros virtuales a través de distintas páginas y plataformas que ofrecen sexo a cambio de dinero, ya está otra vez en una celda. El grupo de Secuestros y Extorsiones de la UDEV central y los especialistas de Ciberdelincuencia de Valencia, las dos bestias negras del joven uruguayo que se ha hecho fuerte en este floreciente negocio desde que 'se independizó' en 2020, han vuelto a detenerlo, junto con 29 personas más, por lo mismo que ya fue arrestado en 2019, en 2021, en 2022, en 2023... En todas, acabó en prisión. Y en todas ha logrado salir al cabo de un tiempo. El último golpe a la banda de El Faku, que se jactaba en sus redes sociales de ganar 50.000 euros al día o de disparar armas de guerra desde su coche en marcha, en la versión española de 'gangsta' malote recorriendo las calles de L.A. o de 'marero' chuleando a ritmo de trap, comenzó a primera hora de la mañana de ayer en Valencia, la Pobla de Vallbona y en Benissa, donde el ciberdelincuente, que tiene más de 20 reclamaciones en vigor, una decena de ellas, judiciales, había montado su nuevo cuartel general. El dispositivo policial, en el que han participado como apoyo más de cien agentes de los grupos operativos especiales de seguridad (GOES), de la unidad de intervención policial (UIP) y de la unidad de prevención y respuesta (UPR), ha sido cuidadosamente planificado para evitar que Facundo B. S. H. pudiese eludir la acción policial. De hecho, para arrestarlo, los agentes de la UDEV central han contado con la ayuda del Grupo Especial de Operaciones (GEO), la unidad de asalto de élite de la Policía Nacional, que se ha desplazado desde su sede, en Guadalajara, al chalé de Benissa donde se había refugiado el ciberdelincuente y desde donde dirigía la organización, perfectamente estructurada en distintos niveles y totalmente jerarquizada. Un 'call center', otra vez Como en las ocasiones anteriores, había montado un auténtico 'call center', con operadores a doble turno de mañana y tarde, desde donde se orquestaban las ciberextorsiones. La organización tenía exactamente el mismo funcionamiento de los grupos anteriores y casi los mismos miembros, y el 'work', como le gustaba llamar a su modus operandi (en realidad, el mismo de todas las sextorsiones), lo había aprendido de sus 'maestros', Ismael B., alias Salva, y Massinissa F., Erik, líderes de la trama desmantelada por la Guardia Civil en 2019 en Teruel y Valencia en la operación Lubido-Hezurra, en la que, entre otros muchos, fue detenido y encarcelado, aunque la causa acabó archivada para él, el ex jugador del Levante UD Antonio García, Toño. Entre los 30 detenidos -la mayoría en Valencia-, por ahora, por la Policía Nacional en la operación de este martes, hay un número elevado de 'mulas', cuya función era abrir cuentas para recibir los pagos de los extorsionados y desviarlo enseguida a las designadas por los 'coordinadores'. El dinero saltaba de cuenta en cuenta con rapidez para dificultar que la Policía pudiera seguirle el rastro, en caso de que el putero de turno acabase denunciando, como así ha sido. El 'work', una imitación Desde el 'call center' de Benissa se atendían las llamadas de las supuestas mujeres prostituidas, que respondían desde números de teléfono que la red insertaba en las principales páginas de promoción del sexo virtual pagado. Una vez que los puteros llamaban, captaban su número de teléfono y a partir de ahí empezaba el acoso y la coacción. Las primeras veces, la amenaza era difundir esa visita en su círculo de confianza y, si no pagaba, subían el tono hasta llegar a las amenazas de muerte. En una de las ocasiones, la que puso en marcha la operación Mijail con 57 detenidos, incluso simulaban ser criminales de una mafia del Este -insertaban en su perfil de Whatsapp fotos de hombres muy musculados y con la piel llena de tatuajes, tal como informó entonces la Policía Nacional en una nota de prensa- para aterrorizar aún más a los extorsionados y convencerles de que en el impago les iba la vida. O, como poco, la integridad física. Las mulas percibían el 'salario' estándar, apenas 50 euros por cada 'servicio' de captación de los pagos, que iban desde los 100 euros hasta cantidades mucho más elevadas: de varias decenas de miles de euros en algún caso. De momento, a los 30 detenidos este martes les han sido ocupados 70.000 euros en metálico y su presunto jefe vuelve a estar entre rejas. La pregunta es, ¿hasta cuándo?

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