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  • PERONISMO: Los pasos sin PASO

    La Paz » Politica con vos

    Fecha: 12/02/2025 01:35

    Con la eliminación de las PASO, se recargan las tensiones en los espacios políticos sin una conducción con una hegemonía clara. El peronismo, una olla a presión. El espejo santafesino en el que podría mirarse el PJ. La eliminación de las PASO era algo que se daba por hecho en algunos sectores del peronismo entrerriano desde el año pasado. En los círculos políticos, cuando surgía la pregunta de cómo se armarían las listas, la respuesta de un dirigente de primera línea era contundente: “Va a ser un quilombo”. La implicancia de la eliminación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias es que ya no habrá una instancia para dirimir internas en caso de que no se encuentren consensos entre los distintos sectores que integran la vida política de los partidos. Era una válvula de escape útil para descomprimir tensiones y permitia que cada expresión tenga un “valor” claro reflejado en votos para negociar la unidad en las generales. A todo esto hay que agregarle: sin costo para los partidos, detalle no menor para los tiempos que corren. Podrá argumentarse que el peronismo no solía hacer uso de esta instancia, y es cierto. Sin embargo, en aquel momento, la conducción del movimiento estaba clara a nivel nacional y bien definida a nivel provincial. Cristina Kirchner ejercía el liderazgo del peronismo a nivel nacional con cuestionamientos relativamente marginales, mientras que Gustavo Bordet, con su estilo y el poder de la lapicera gubernamental, hacía lo propio en Entre Ríos. Para el peronismo hoy las cosas son muy distintas. A nivel nacional, pese a que Cristina se quedó con el PJ por asalto, su conducción es abiertamente discutida. Uno de sus hijos políticos, Axel Kicillof, es el canal hacia donde desembocan todos los actores y sectores que se oponen a que la ex presidenta siga siendo el vértice de las decisiones. Ahí confluyen kirchneristas díscolos, enemigos declarados de la cámpora, gobernadores e intendentes que creen que Cristina obstaculiza un proceso de oxigenación interno y que su presencia solo beneficia a los planes de Javier Milei. A esos sectores hoy los junta más el espanto hacia CFK que el entusiasmo por el gobernador de Buenos Aires, pese a que le reconocen su gestión en un contexto muy adverso en el que es blanco de todos los ataques del gobierno nacional. Aliado a Cristina y enfrente de Kicillof -aunque evitando confrontar- está Massa. El excandidato a presidente entiende que aún no es el momento para levantar el perfil, tampoco para criticar a Milei ni a Kicillof. Al primero lo evita por su buena imagen y al segundo porque comparten electorado y entiende que confrontar con la gestión provincial podría erosionar su propia posición. En Entre Ríos el panorama es igual de complejo. A está altura no hay dudas de que el armado de consenso con el que se renovaron las autoridades partidarias del PJ no garantiza consensos para la conformación de listas, y las tensiones internas crecen día a día. En la provincia no solo no hay alguien que conduzca, sino que tampoco existe un ámbito de conducción. Lo que se presenta son dirigentes preponderantes que trabajan aislados por un lado y por el otro grupos divergentes y emergentes que buscan ganar lugar y crecer en el río revuelto. En el primer grupo, además de los intendentes de las ciudades más importantes que gobierna el peronismo: Rosario Romero (Paraná) y Eduardo Laurito (Concepción del Uruguay) se le suman por distintos factores el ex director de Aduanas, Guillermo Michel; el ex intendente de Paraná, Adán Bahl y –aunque golpeado por el caso Kueider y por las cuentas que tiene pendiente en la justicia– el exgobernador Gustavo Bordet. Por el otro lado y también cada uno por su lado están actores como el intendente de Santa Elena, Daniel Rossi; la diputada nacional Blanca Osuna y el ex legislador nacional Julio Solanas; el mandamás de UPCN y cercano a Frigerio, José Angel Allende y otros dirigentes de la provincia. Se trata de actores con peso e historia, pero que hoy señalan y critican a los dirigentes del “mainstream” del peronismo entrerriano. Para completar el panorama, están los sectores emergentes, que se presentan principalmente como un espacio que representa recambio generacional con críticas a la forma de construcción que el peronismo ha mantenido en las últimas décadas. Gustavo Bastián, Damian Arevalo y Mauro Diaz Chavéz son los intendentes de San José, Feliciano y Aldea San Antonio. Han coordinado encuentros y planteado discusiones desde la óptica de la renovación de dirigentes y formas. Con malicia, algunos señalan que detrás del grupo está el gobernador Bordet. En Paraná se mueve Kinoto Vázquez, con un estilo frontal y un discurso de base juntó voluntades y forzó una lista de unidad que lo llevó a conducir la departamental del PJ. El titular de la departamental señala que ser subestimado por la dirigencia tradicional ha sido una fortaleza para crecer en política. Este en lo acertado o no, el resto de actores lo mira de reojo. El 15 de febrero organiza un encuentro de la militancia en Concordia, junto a otro emergente que se quedó con la departamental del ex bastión del peronismo en la provincia: Facundo Ruiz Díaz. Esta descripción incompleta pero ilustrativa del panorama nacional y provincial deja en claro la complejidad de armar sin PASO y sin conducción las listas legislativas. Pensar en internas partidarias es no conocer el estado financiero del PJ. Correrán con ventajas los dueños del partido en cada distrito, pero ¿qué pasa con los que se quedan afuera? Algunos podrán resignarse cristianamente, pero hay otros que podrían replicar lo sucedido en Santa Fe, donde el peronismo va a elecciones fracturado en varios espacios que van por fuera del PJ. Tal como se vislumbran las cosas Frigerio y Milei se frotan las manos. (Escena Política)

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