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» El Ciudadano
Fecha: 11/02/2025 20:22
Miguel Passarini El amor es un intangible, es algo inexplicable, inasible y, sin embargo, a raíz de la efervescencia que provoca en los seres humanos sin importar géneros ni edades, es la materia de millones de escritos, páginas y más páginas, pilas de libros, películas, canciones y, obviamente, obras de teatro. En tiempos donde reina el odio con sus discursos desgarbados, sesgados, oscuros y discriminatorios, en una época en la que el término “libertad” fue desapropiado de su verdadero sentido, Bondi Colectivo Teatral, en una jugada claramente política, poética y muy lúdica, decidió hablar del amor, zambullirse en su frondoso archivo y hurgar allí hasta disparar nuevos sentidos con una mirada propia y personal. Fue así que estrenó en septiembre del año pasado Amor. Nada que entender, un collage de escenas, de pequeños momentos o secuencias montadas a partir de una lógica dramatúrgica que surge de un proceso de investigación donde, en esta década de recorrido del grupo, también aparecen una versión fundacional de Antígona Vélez, de Leopoldo Marechal, y un montaje acerca del imaginario de los personajes de Armando Discépolo denominado Grotesca. Suite criolla, donde ya aparecían muchas de las lógicas que aquí se ven cristalizadas. De este modo, tras un largo proceso de investigación creativa, el equipo de estudio y montaje teatral que surgió a instancias de la Escuela de Actores de La Comedia de Hacer Arte, que coordinan Hernán Peña y Cielo Pignatta, pone nuevamente en escena a un elenco numeroso de actores y actrices, integrado por Dannae Abdalla, Angie Ambrogi, Karina Ayerza, Claudio Benítez, Facundo Fernández, Julia Logiódice, Vicky Olgado, Franco Perozzi, José Pierini, Nicolás Terzaghi, Mónica Toquero y Natalia Zatta, que este viernes 14 de febrero, en el Día de San Valentín o de los Enamorados, se presenta con una única función en la Sala Lavardén. ¿Hay cosas para decir del amor que no se conozcan? Seguramente. Pero quizás lo más interesante de esta propuesta esté asociado al campo de lo formal, porque el amor es el amor en todas las épocas, en todos los contextos y en todas sus formas o diversidades, y por una razón biológica pero también filosófica puede haber tantas formas de amor como seres humanos que se vean interpelados por un sentimiento tan bello como, en circunstancias, doloroso. De este modo, los talentosos realizadores escénicos proponen una especie de epifanía amorosa en la que actores y actrices, también en algunos de los casos, músicos y cantantes, prestan sus cuerpos y sus energías abriendo el juego a ese campo en el que, como se escucha por ahí, “todos creemos entender algo sobre el amor, sin embargo sigue siendo una materia oscura, el reino de la confusión y lo enigmático”. Lo vulgar, lo banal, lo kitsch, lo oculto, lo bello, lo doloroso, lo académico, la contracara del amor, lo que deriva del amor, lo que el amor puede, lo que el amor debe, con algo de su lógica y de su costado más inexplicable va tomando cuerpo en esas presencias que transitan la escena en un rojo fulgurante, como si estuviesen encendidas y en la parte más alta del arcoíris, la del rojo profundo, en ese mismo tono que identifica al corazón, la sangre, el vino, el fuego y la pasión. Lo más interesante en todo ese magma de diversidad amorosa es la subtrama propuesta por ambos directores a partir del trabajo con los actores y actrices desde la improvisación, dado que devenidos además en dramaturgistas, encuentran las estrategias para poder hilvanar una escena, que también es una idea o concepto, con la siguiente, sin que eso se vuelva una ruptura en la lógica dramática propuesta. Lejos de cualquier temor a los lugares comunes y las repeticiones, libres, sin ataduras, acaso en un guiño a lo absurdo que puede volverse el tránsito por ese estado, el equipo se juega por una especie de revolución colorada, donde lo amoroso no se reduce a un simple sujeto o situación sintomática sino que, por el contrario, se transita como un contagio saludable a la hora de entregarse para llegar a abordar hasta el ridículo de lo que, obviamente, también se vuelve. A ese juego incansable de personajes que se cruzan en instancias amorosas, Bondi le suma un ingenioso dispositivo donde la luz tiene un peso específico y donde, si bien no llega a ser una escenografía, hay lugares o espacios que adquieren sentido en la medida en que son usados u ocupados, apelando a recursos conocidos pero que el grupo trabaja siempre de un modo muy ingenioso donde, incluso, abundan las sorpresas. Del bolero al tango, de allí a la desaforada electrónica e incluso hasta un clásico de Leo Mattioli, y quizás de allí al texto de una carta de amor declamada o, en un salto al vacío, hasta caer en una bella versión de “Tentempié”, de Ana Prada y su frase demoledora que dice: “Lo bueno de tenerte siempre ahí es como sentir que te me estas yendo”, el material, lleno de un humor simple pero eficaz y sobre todo inteligente, surgido siempre del trabajo en escena es, al mismo tiempo, un viaje por un río frondoso, con sus vaivenes, sus profundidades, su remansos y sus remolinos peligros. También son materia una serie de reflexiones de alto impacto como las que devienen de la teoría Queer de Paul B. Preciado cuando llama a “destrozar la ficción normativa del amor”, en un mundo donde, por más que insistan, la supuesta “normalidad” no existe. Como todo lo dicho, donde el deseo aparece en forma de declaraciones, confesiones, incluso algunas dolorosas; llamadas telefónicas, esperas interminables y alusiones inusitadas, son esos mismos personajes, como en Fragmentos de un discurso amoroso, el diccionario imprescindible de Roland Barthes sobre la cuestión, los protagonistas de un collage que es la vida, un gran cabaret al rojo vivo, una coreografía y una cartografía de los amores posibles e imposibles que se vuelve un hecho imperdible, saludable y reconfortante en una época donde el odio está dando una guerra con varias batallas ya ganadas. Para agendar Amor. Nada que entender, nuevo trabajo de Bondi Colectivo Teatral, se presentará este viernes 14 de febrero, Día de los Enamorados, a las 21, en la Sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza). Las anticipadas están disponibles en www.entradaslavarden.com o en boletería del teatro. IG: https://www.instagram.com/bondicolectivoteatral/
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