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  • Incendio en El Bolsón: la lluvia trajo algo de alivio tras un día de fuego descontrolado y sigue el trabajo de los Bomberos

    » Clarin

    Fecha: 11/02/2025 01:16

    "¡Cuchillo, cuchillo! ¡Embudo, embudo!", las órdenes por duplicado se escuchan en medio de la noche en un camino rural de montaña en el Mallín Ahogado, cuando las ráfagas reavivaron al fuego entre las chacras de El Bolsón, en Río Negro. Los gritos no son de los brigadistas del SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales) sino los vecinos auto convocados que convirtieron sus camionetas en mini autobombas. Necesitan volcar nafta en las bombas para tener presión y así sacar agua para combatir las llamas. Video Uno por uno, cuáles son los focos de incendio activos en la Patagonia Todo es un caos, pero cada uno tiene una tarea. Las chacras tienen las tranqueras abiertas y en la que el fuego empieza a devorar los pinos, entran de a cinco o seis voluntarios subidos a las cajas de las camionetas a toda velocidad. Palas, mantas, mangueras. Todo sirve. En medio de la oscuridad, los faros de las camionetas forman haces de luces que permiten ver cómo se levanta el polvo del camino de ripio. En el más angosto, el paso de dos camionetas es milimétrico y se hace en medio de gritos y apuros. Clarín estuvo siete horas junto a los brigadistas en la primera línea de fuego hasta que a la medianoche llegó la primera sonrisa: "¡Agüita!", exclamó un brigadistas con la cara llena de tierra y los brazos extendidos para recibir la llovizna que aplacó bastante el incendio, que aún sigue activo. Video El Bolsón: a los gritos, los vecinos organizados intentan apagar el incendio El incendio forestal en EL Bolsón se desbocó el domingo, hasta que por la noche, la lluvia llevó algo de alivio. Foto: Euge Neme El pronóstico del clima se retrasó y las fuertes ráfagas aparecieron recién a las 19 del domingo. Durante todo el sábado autoridades, brigadistas y pobladores se prepararon para lo peor. Llenaron piletas pelopinchos, mojaron pastos y podaron ramas bajas en las chacras. Bajo un sol naranja por el humo, el aire se tornó cada vez más denso y el viento se arremolinó. No se podía respirar y había que ponerse lo que sea para tapar boca y nariz, mientras las cenizas picaban sobre la piel. El paso a toda velocidad del camión de los brigadistas y la sirena prendida anticipó la mala noticia: el fuego se descontroló y cruzó el Río Azul. Durante todo el sábado y parte del domingo, autoridades, brigadistas pero especialmente los pobladores se organizaron con sus propios vehículos. Esperaban lo peor pero encima llegó al anochecer. El incendio forestal en El Bolsón tomó la Loma del Medio, donde hay chacras. Foto: Euge Neme "La noche complica todo. Hay que ir rápido, no se ve por el humo y el polvo del ripio", comenta a Clarín un trabajador de Vialidad Nacional que aparece como un salvador en la noche. Detrás carga 16 mil litros de agua con la que alimenta otros camiones de 4.000 que tienen mangueras para llegar hasta el fuego. En la expresión de cada voluntario solo se vía desesperación y apuro por llenar los tanques, atacar los focos nuevos. Se comunicaban con handies en medio de un sonido ambiente invadido por motosierras para cortar lo que haya por delante para que la manguera llegue hasta el fuego. El otro sonido sostenido era el de las bombas para darle presión al agua. Cada camioneta tiene un tótem y arriba una bomba. Brigadistas y vecinos organizados intentan apagar el incendio en la Loma del Medio, El Bolsón. Foto: Euge Neme La velocidad con la que los voluntarios armaban y desarmaban las mangueras, volcaban combustible en los motores prácticamente sin luz y con cenizas en el aire, le puede competir a los pits stops de la Fórmula 1. En la noche, cada tanto un color naranja iluminaba las caras. Cuando el fuego suelta los cipreses y agarra los pinos, la llamarada se siente en la piel aún a varios metros de distancia. Durante muchas horas brigadistas, bomberos y voluntarios lucharon en la primera línea contra el fuego que tomó la Loma del Medio. Pasadas las 20, las autoridades evacuaron más barrios. El fuego destruyó otras dos casas y ya son más de 120 las afectadas en la zona de Mallín Ahogado. Combate contra el fuego en El Bolson. Vecinos y brigadistas combaten las llamas en las chacras de la costa del Río Azul. Foto: Euge Neme En el camino rural que surca la montaña entre la Loma del Medio y el Río Azul, a las 23.57 dos bomberos se miraron extrañados porque arreglaron una manguera pinchada pero seguían mojándose. Se veía la luna y el cielo despejado pero había empezado la lluvia. Hasta al menos las 2.30 de la mañana llovió en toda la zona. "La lluvia aplacó el incendio pero no está controlado, sigue activo. Hay más humedad, lo que nos da la posiblidad de atacar la primera línea de fuego", le dice a Clarín Orlando Báez, jefe del SPLIF. Por primera vez en los últimos días, El Bolsón amaneció sin humo y se puede apreciar la belleza del cerro Piltriquitrón. A las 8 de la mañana los brigadistas salieron a intentar controlar el fuego y una hora más tarde voló el primer avión hidrante. Muchos de los evacuados volvieron a ver cómo estaban sus hogares. Los vecinos convirtieron sus camionetas en pequeñas autobombas para combatir el incendio. Foto: Euge Neme La lluvia fue un alivio. Y este lunes, las ráfagas de viento de entre 60 y 80 kilómetros por hora que estaban pronosticadas no reavivaron las llamas de una manera preocupante. El fuego se sigue combatiendo porque está vivo. Todas las brigadas siguen trabajando. Desde la Gobernación confían en que podrían llegar a apagar los focos en una semana, si las condiciones del tiempo se mantienen.

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