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Concordia » Hora Digital
Fecha: 11/02/2025 00:45
La forma en que muchos dueños humanizan a sus mascotas llama la atención de los veterianos que alertan sobre las implicancias de estos tratos: "Hay que darles las condiciones necesarias y son seres sintientes, pero tienen que hacer vida de animal porque sino estaríamos maltratando lo que ellos son". La tendencia de humanizar a las mascotas puede provocar serias consecuencias en la vida y comportamiento de los animales, pero esta forma de crianza de los compañeros del hogar se ve cada vez más normalizada. La presidenta del Colegio Médico de Veterinarios de la Provincia de Córdoba, Natalia Eltsner, señaló que, si bien ya era un fenómeno que preocupaba a los veterinarios, este se incrementó especialmente tras la pandemia. “La gente se sintió sola, sin poder interactuar, y muchos adquirieron mascotas en ese momento”, explicó la veterinaria sobre cómo en muchos casos el aislamiento y sentimiento de soledad de la pandemia llevó a los dueños a volcar toda su atención en las mascotas como compañía. Sin embargo, otro motivo es que formar una familia tradicional muchas veces se ve imposibilitado por diferentes cuestiones, o también el hecho de que muchos jóvenes directamente no lo consideran una prioridad. En este escenario, se configuran nuevas formas de construir familia con las mascotas en el centro de atención, “ahí aparece esto del gatijo o perrijo”, comentó. “Obviamente que son un integrante más de la familia, quienes tenemos mascotas los consideramos así”, aclaró Eltsner sobre la importancia de las mascotas, aunque esto no signifique que la humanización sea algo deseable, ya que puede generar distintas conductas anormales en los animales. El principal efecto que se evidencia en mascotas de estas características son los problemas de conducta vinculados con ese estilo de crianza. Según describió, muchas veces los perros cuando duermen en las camas se comportan agresivos si alguien se acerca, algo que muchas veces se malinterpreta como un acto de protección al dueño, pero esto sería porque “el perro protege su territorio, no necesariamente a la persona”. Otro gran problema son las enfermedades mentales de los perros. Los etólogos, que “serían los psicológos y psiquiatras de humanos en animales”, suelen detectar graves casos de trastornos de ansiedad y estrés en las mascotas por la excesiva humanización, lo que luego repercute en el comportamiento físico del animal. También se evidencian consecuencias físicas en los perros, y la profesional lo ilustra con el cambio de pelaje de los perros: “Antes los perros mudaban el pelo cuatro veces al año, en primavera, verano, otoño e invierno. Hoy la gente pregunta por qué se les cae el pelo todo el año y es porque están en una temperatura constante. Lo tienen que cambiar al pelo porque viven adentro de la casa y están con aire acondicionado o calefacción. Entonces la misma biología del perro no sabe cuándo mudar el pelo y pierde pelo todo el año”. Eltsner destaca una serie de cuestiones que hacen al cuidado normal de una mascota para no caer en la humanización, de modo que los animales puedan tener una vida de calidad sin ser expuestos a problemas: Los límites resultan cruciales en la forma de relacionarse con la mascota, ya que un perro busca equipararse a su familia según el trato que se le da. “El perro que pide comida cuando estamos comiendo, es una manera de jerarquizar y decir ‘estoy comiendo lo mismo que ellos, soy igual a ellos’. Si bien son parte de la familia, la mejor manera de educarlos es que el animal sepa que es el último eslabón de esa familia”, concluyó.
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