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» Diario Cordoba
Fecha: 08/02/2025 01:13
En menos de nueve meses Vox ha promovido dos cumbres con líderes de ultraderecha en Madrid consolidando, entre otras cosas, la proyección internacional de Santiago Abascal. Es uno de los objetivos que tiene el partido en España desde hace aproximadamente un año y medio, convencido de que jugar ese papel puede ser el trampolín definitivo para acercarse a la fuerza que otras formaciones homólogas ya tienen en sus respectivos países. Muchos gobiernan o están a las puertas. Si en mayo del año pasado Abascal contó con la presencia de muchos dirigentes europeos y la del argentino Javier Milei, referente indiscutible de la nueva derecha alternativa que intenta dirigir el mundo, este fin de semana será el turno de los integrantes de Patriots, grupo al que Vox pertenece en el Parlamento Europeo y que tiene al frente al propio Abascal con 86 euodiputados. Este viernes ya celebraron una primera reunión de trabajo -privada y sin presencia de periodistas- con todos los asistentes para coordinar las políticas nacionales y conjuntas a nivel europeo, sobre todo de carácter ideológico, la batalla que realmente juega este grupo en Bruselas. Después se celebró una cena con Abascal como anfitrión, en la que se dirigió a todos los invitados: "Hoy están con nosotros los representantes del partido más votado en Holanda; en Hungría; los que van a ser más votados en la República Checa; el partido más votado en Francia; el partido de gobierno en Italia; el partido más votado en Austria… Es decir, hoy está aquí el futuro de Europa”, zanjó el dirigente de ultraderecha, pidiendo “no buscar salvadores en naciones ajenas, sino buscar compañeros de armas" para "la revolución del sentido común que está empezando a triunfar en todo el mundo", declaró. Ya el sábado llegará el gran mitin, que va a contar con 2.000 personas y para el que se han acreditado casi 200 medios de comunicación de distintos países. La expectación vuelve a ser máxima en un momento en el que todas estas fuerzas políticas están en auge mientras Europa afronta el gran debate encima de la mesa: cómo hacer frente y qué postura tomar ante la nueva era de Donald Trump. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, parece decidido a encabezar una oposición a muchas de las políticas y los desiderátums lanzados por el presidente estadounidense, apostando por que la UE impulse una agenda propia. El plan de Trump para Gaza como una “futura Riviera de Oriente medio” para extranjeros y algún palestino, según sus propias palabras, instando a un desplazamiento masivo de los gazatíes hacia otros países árabes, fue rechazado por España, pero también por la ministra de Asuntos Exteriores alemana, que se ha alineado claramente con Sánchez. Alemania celebra unas elecciones clave el 23 de febrero. En el mitin del sábado están previstas las intervenciones de todos los líderes: Martín Helme (Estonia), Afroditi Latinopoulou (Grecia), Petr Macinka (República Checa), Krzysztof Bosak (Polonia) y Geert Wilders (Países Bajos). El plato fuerte llegará después con el italiano Matteo Salvini, la francesa Marine Le Pen, el primer ministro húngaro, Viktor Orban y el cierre a cargo de Abascal. Después todos compartirán un almuerzo. La cumbre pretende visibilizar el poder que han ido atesorando todos estos partidos, que buscan agobiar al PP europeo y empujarles hacia un nuevo camino. Hay diferencias notables entre todos estos partidos, en función del país que representan, pero les une la defensa de una visión soberanista y antiglobalista, y el rechazo absoluto al acuerdo entre populares y socialdemócratas en las instituciones europeas. La alternativa a ese “consenso” es una prioridad y la enmienda absoluta a dos aspectos clave: la inmigración (en concreto la política de “puertas abiertas a la inmigración masiva” como dicen) y la política verde (para estos partidos “fanatismo climático”). Ahora se añade un nuevo punto de unión: la defensa férrea a Trump y sus propuestas, incluso las más polémicas. Este encuentro se ciñe al grupo europeo de Abascal y, por eso, no estarán otros dirigentes políticos con los que el líder de Vox también tiene interlocución. El trasfondo, en realidad, es otro. Lo que buscan los partidos de la ultraderecha es avanzar en nuevo frente y seguir apostando por la visibilidad de sus formaciones en todo el continente, transmitiendo la posibilidad de que muchos de ellos lleguen a gobernar. Abascal tiene otra obsesión y es la de conseguir unir a los tres grupos que están a la derecha del PP en el Parlamento Europeo y que tras las elecciones de junio del año pasado fue imposible llegar a un acuerdo. Vox promovió la idea casi hasta el final de que podían lograrlo, pero no fue así. Abascal es quizá uno de los pocos líderes que mantiene una relación estrecha con Giorgia Meloni y amiga aventajada de Trump, a pesar de que la primera ministra italiana decidió permanecer -y encabezar- el Grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR). En Patriots, sin embargo, está Matteo Salvini, que forma parte del gobierno italiano a pesar de su conocida rivalidad con la propia Meloni. El tercer grupo de este espectro es el Grupo de las Naciones Soberanas (ESN) donde sobresale Alternativa Para Alemania (AfD), el partido al que Elon Musk ha dado su total apoyo, y que fue expulsado de su anterior familia europea por las declaraciones de uno de sus principales dirigentes asegurando que no todos los miembros de las SS nazi eran criminales de guerra. Esas palabras incomodaron muchísimo a otros partidos de extrema derecha, que hacen muy difícil la convivencia con la AfD. Abascal sí ha asegurado que celebraría un ascenso de esta fuerza en las próximas elecciones alemanas. El líder de Vox, en todo caso, es partidario de que los tres grupos se unifiquen y en su entorno no esconden que sigue trabajando con ese cometido.
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