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  • Hallaron rastros de celebraciones culinarias en el Brasil precolonial: qué comían y bebían hace más de 2 mil años

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 07/02/2025 02:35

    La autora principal del estudio, la doctora Marjolein Admiraal Los pueblos precoloniales del sur de Brasil podrían haberse reunido en los meses de verano para organizar festines que incluían la ingesta de peces migratorios y bebidas fermentadas. Esto fue lo que planteó una investigación realizada por un equipo internacional de científicos de la Universidad de York (Reino Unido), la Universitat Autònoma de Barcelona (España) y la Universidade Federal de Pelotas (Brasil). “¿Tal vez estamos ante los orígenes del célebre carnaval de Brasil?”, se preguntaron en un comunicado de la Universitat Autònoma de Barcelona. “Algunas de las cerámicas costeras más antiguas de América del Sur se encuentran en la región pampeana del sur de Brasil, Uruguay y Argentina. En los extensos sistemas estuarinos de la región, los grupos indígenas precoloniales construyeron montículos de tierra, conocidos como Cerritos, desde aproximadamente el 4700 a. C. Los Cerritos tienen propósitos multifuncionales y, si bien la cerámica se usó ampliamente, su papel en la vida económica o ritual de los constructores de montículos sigue siendo incierto”, escribieron en el trabajo, que fue publicado en PLOS ONE. Y ampliaron: “Curiosamente, la caracterización molecular e isotópica de los residuos de alimentos de la cerámica de Cerritos muestra que las vasijas se usaban para cocinar pescado estuarino o productos vegetales. Los lípidos derivados de microbios se asociaron predominantemente con estos últimos, lo que sugiere que las plantas se fermentaban, presumiblemente para hacer bebidas alcohólicas. Sugerimos que las comunidades dispersas se sentían atraídas por los montículos estacionalmente para explotar y celebrar el regreso de los peces migratorios. Este hallazgo está respaldado por la diversidad de valores de isótopos estables de restos humanos recuperados en Cerritos y arroja nueva luz sobre las formas de vida de estos grupos precoloniales”. Imagen aérea que muestra la ubicación de la inundación de los Cerritos de Pelotas, al sur de Brasil (Rafael Milheira) El estudio analizó, entre otras cosas, fragmentos de cerámica de entre 2.300 y 1.200 años de antigüedad encontrados en las cercanías de la laguna de Patos. En las orillas de la laguna se encuentran montículos de tierra conocidos como Cerritos, construidos según los expertos por los ancestros precoloniales de los grupos Charrúa y Minuano, siempre de acuerdo a este planteo científico. Estas estructuras tenían múltiples funciones y podrían haber servido como marcadores territoriales, monumentos, sitios de entierro y espacios de reunión. Los investigadores identificaron evidencias de producción de bebidas alcohólicas en la región. Un análisis detallado de los fragmentos cerámicos reveló rastros de bebidas elaboradas con vegetales, probablemente tubérculos, maíz dulce y palma. Otros recipientes mostraron evidencia del procesamiento de pescado, lo que sugiere que estos encuentros se organizaban en torno a la pesca estacional. Los hallazgos, según los autores, refuerzan la hipótesis de que las comunidades precoloniales se congregaban en los Cerritos para celebrar la llegada de los peces migratorios. La doctora Marjolein Admiraal, autora principal del estudio, explicó que estos encuentros tenían un gran significado social y requerían un esfuerzo colectivo. “Vemos ejemplos de estas prácticas en todo el mundo, a menudo relacionadas con la abundancia estacional de especies migratorias. Estos eventos brindan una excelente oportunidad para actividades sociales, como funerales y bodas, y tienen un gran significado cultural”, afirmó. El estudio combinó enfoques biomoleculares e isotópicos para el análisis de residuos orgánicos, lo que permitió obtener evidencia sobre el uso de bebidas fermentadas en estas comunidades antiguas. “Nuestros hallazgos muestran que la cerámica jugó un papel crucial en las fiestas y las actividades sociales”, añadió Admiraal. La investigación sobre los Cerritos del sur de Brasil combinó técnicas biomoleculares e isotópicas para el análisis de residuos orgánicos lo que permitió identificar restos de alimentos y bebidas fermentadas además de aportar nuevas evidencias sobre las costumbres culinarias de los pueblos precoloniales de la región (Imagen incluida en el comunicado de UAB Barcelona) El profesor Oliver Craig, de la Universidad de York, destacó la importancia del análisis químico en la comprensión de las prácticas alimentarias de las sociedades precoloniales. “Pudimos determinar qué productos estaban presentes en las vasijas de cerámica de Cerritos, pero también cómo la gente preparaba estos productos, mediante el calentamiento, el almacenamiento y posiblemente la fermentación. Esto nos acerca un paso más a la comprensión del papel culinario de los diferentes alimentos en las sociedades del pasado”, postuló. Los investigadores también señalaron que los Cerritos cumplían funciones tanto rituales como domésticas. Rafael Milheira, de la Universidade Federal de Pelotas, explicó que su diseño elevado pudo haber respondido a la necesidad de protegerlos de la erosión causada por crecidas estacionales: “Los Cerritos son una combinación de lugares rituales y domésticos, y su diseño elevado puede haber sido influenciado por el entorno local; estos lugares probablemente eran importantes para la gente y elevarlos por encima de la posible erosión por las crecidas estacionales los habría protegido”. Además, Milheira sugirió que la producción de cerámica en la región pudo haber estado relacionada con la organización de estas reuniones: “Sabemos que las grandes reuniones y fiestas eran eventos culturales importantes en el pasado (y en la actualidad) en todo el mundo. Y creemos que los habitantes prehistóricos de la zona habrían invertido en la producción de cerámica en previsión de estas reuniones que atraían a la gente a la laguna de Patos para darse un festín con los recursos acuáticos estacionales”. En tanto, el arqueólogo André Colonese, de la Universitat Autònoma de Barcelona, subrayó el valor de la arqueología molecular para desentrañar información sobre la vida de estas comunidades. “Este estudio refuerza el poder de la arqueología molecular para desbloquear información de artefactos comunes, como fragmentos de cerámica, que anteriormente era inaccesible a través de los métodos arqueológicos convencionales”. Además, Colonese advirtió sobre la importancia de preservar estos sitios arqueológicos. “Un mensaje clave del documento es que preservar los Cerritos como patrimonio cultural pampeano único es de alta prioridad si queremos aprender de las sociedades pasadas cómo vivir de manera sustentable en un entorno tan dinámico”.

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