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» La Capital
Fecha: 06/02/2025 20:58
Valentino Barjacoba, de 23 años, aceptó en un juicio abreviado haber integrado la banda del narco Alan Funes. La pena se unificó con una condena anterior por venta de droga Dorrego al 1100. En un piso 10 fue detenido uno de los sindicados como tiratiros de Alan Funes. Un joven sindicado como gatillero de la banda de Alan Funes aceptó una condena a once años de cárcel como miembro de asociación ilícita . Se trata de Valentino Barjacoba, de 23 años, quien acordó la pena mediante un juicio abreviado propuesto por el fiscal Pablo Socca, aceptado por la defensa y homologado este jueves por el juez Facundo Becerra. Barjacoba, cuya detención en un departamento del macrocentro llamó la atención en su momento , aceptó la responsabilidad por diversos hechos por los cuales le habían imputado delitos como “amenazas calificadas por el propósito de que las víctimas abandonen su lugar de residencia habitual , por ser anónimas, por ser cometidas con armas de fuego y por la participación de menor de edad”, así como la portación de armas de fuego de guerra. La pena por estas acusaciones fue de ocho años y la condena a once años resulta de la unificación con una sentencia anterior a seis años resuelta en junio pasado por la Justicia Federal en una causa por infracción a la ley de drogas. Barjacoba estaba acusado de formar parte de una asociación ilícita que, bajo el liderazgo de Funes desde la cárcel, cometió distintos delitos violentos. “Esta organización criminal procuró ocupar y dominar sectores y barrios de la ciudad de Rosario y excluir de allí a bandas antagónicas con el fin de obtener beneficios económicos producto de diversas actividades ilícitas. P ara llevar a cabo ese objetivo, los integrantes de la asociación cometieron diversos delitos, entre otros, homicidios, lesiones, robos, encubrimientos, amenazas, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas de fuego y venta ilegal de estupefacientes, siendo esta numeración meramente enumerativa y no taxativa ”, resumieron desde la Fiscalía Regional sobre el funcionamiento del grupo que funcionó “al menos desde el 29 de septiembre de 2021”. >>Leer más: Quiénes son los presos de alto perfil que fueron reubicados en la cárcel de Piñero Los voceros consultados destacaron que, como parte del funcionamiento de la organización, se incluía entre sus miembros a adolescentes a quienes “se les encomendaban tareas específicas sabiendo que son beneficiarios de un régimen de persecución penal diferenciado por ser menores de edad”. En ese marco Barjacoba estaba apuntado como quien ejecutaba balaceras contra vivienda por orden de Alan Funes. Además le endilgaron llevar y traer armas que a veces guardaba en su casa. “En algunas oportunidades aporta armas de fuego propias para la comisión de los distintos hechos. Se encarga de brindar auxilio a otros miembros de la banda cuando resultan heridos en los distintos delitos que van a cometer”, señalaron desde la Fiscalía. También se le achacó a Barjacoba, apodado “Valen”, atender personalmente el búnker de drogas de Chacabuco al 4100 donde, entre otras cosas, se dedicaba a vender estupefacientes. Gatillero Las acusaciones de las que se hizo cargo el joven incluyen hechos puntuales como uno ocurrido la noche del 6 de octubre de 2021. En esa oportunidad, sobre las 23.20, fue a bordo de una moto hasta una casa de Oroño al 4300, en la zona sur, para concretar una balacera. Como acompañante en el rodado iba una adolescente que se encargó de registrar la agresión con su teléfono celular. Luego se constató que el hecho había sido encargado por Funes mediante mensajes de Whatsapp que le enviaba a la chica. También se le achacó la portación ilegal de una pistola calibre 7.65 que hallaron entre sus pertenencias cuando lo detuvieron luego de una persecución la noche del 17 de enero de 2022 el extremo oeste de la ciudad. Fue minutos después de las 22 cuando personal policial lo detectó circulando por Wilde y Navarro en una moto Honda Wave sin patente visible y cuando le dieron la voz de alto para identificarlo se dio a la fuga. Finalmente fue apresado minutos después en Los Gallegos al 1100, aunque luego fue liberado porque no tenía antecedentes. Búnker céntrico Sin embargo Barjacoba volvió a caer preso dos meses después, el 23 de marzo de 2022. Tal como publicara entonces este diario dos cuestiones llamaron la atención: su arresto en un departamento en el décimo piso de un edificio de Dorrego al 1100 donde tenía una especie de búnker y su origen familiar, ya que es hijo de profesionales, un rasgo poco habitual entre los soldaditos de las bandas narco rosarinas. Los investigadores llegaron al joven de entonces 20 años porque era frecuentemente nombrado en conversaciones por la hermana adolescente de Alan Funes, por entonces menor de edad. En las charlas aparecía como un activo tiratiros de la organización que siempre asomaba como opción para ir a cometer balaceras. Una vez identificado se determinó que tenía dos domicilios en el centro: además del departamento calle Dorrego solía estar en otro de Mitre al 1500. >>Leer más: Vivía en un aguantadero en el centro y trabajaba de tiratiros para Alan Funes Cuando allanaron el domicilio de Dorrego al 1100 los pesquisas lo encontraron en el hall del edificio. Al ser aprehendido le secuestraron su celular, una billetera con mil pesos y unas llaves del edificio. Luego fueron hasta el departamento del piso 10 y al llegar notaron que un joven salía corriendo por las escaleras. Era Lucas Manuel S., quien alcanzó a bajar siete pisos hasta que lo apresaron con una mochila que conteía cinco bolsas con cocaína, cuatro con marihuana, dos balanzas de precisión, un celular y 31.400 pesos. En tanto, adentro del departamento allanado había otras cinco personas, entre ellas un niño de dos años. En esa vivienda se encontró, entre otras cosas, una suma cercana a los 300 mil pesos y 400 dólares. “El departamento de él es exactamente igual a un búnker”, describió entonces a La Capital una persona que participó del operativo y detalló que se encontraron restos de cocaína por todo el departamento, que presentaba muy poco higiene y tenía una de sus habitaciones destinadas a un cultivo indoor de marihuana. También resaltaron por esos días, que uno de los celulares secuestrados en ese departamento no dejaba de sonar con mensajes de clientes que “pedían que bajaran merca”.
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