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  • ” Negocios Inmobiliarios”: Trump busca quedarse con Gaza, echar a los palestinos y que sea la “Riviera de Oriente Medio”

    » El siglo web

    Fecha: 05/02/2025 12:47

    El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, subrayó, tras su encuentro en la Casa Blanca, que Israel acabará la guerra con Hamás y que su victoria será también estadounidense. e esperaba que la primera reunión entre el recién retornado presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, diera que hablar, pero pocos imaginaban en qué magnitud. El magnate afirmó este martes, sentado junto al líder de Israel, su voluntad de que Estados Unidos tome el control de la Franja de Gaza y se encargue de su reconstrucción, expulsando durante el proceso a toda la población palestina que habita la zona. “Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza y haremos un gran trabajo allí. Será nuestra responsabilidad desmantelar todas las bombas sin explotar, nivelar el terreno, deshacernos de los edificios destruidos y allanar el área para impulsar un desarrollo económico que genere una cantidad ilimitada de empleos y viviendas para la población”, declaró Trump en una rueda de prensa junto al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Preguntado sobre qué forma tendría esa ocupación y si sería permanente, Trump respondió afirmativamente y dijo que contempla una “posición de propiedad a largo plazo” sobre la Franja de Gaza para convertirla en la nueva “Riviera de Oriente Medio”. También aseguró que ya ha hablado sobre esta idea con otras partes, aunque no precisó cuáles, y afirmó que “ellos aman la idea de que Estados Unidos posea esa parte de tierra”. Trump consideró que esta reurbanización de la Franja de Gaza, que los palestinos reclaman como parte de un futuro Estado junto con Cisjordania y Jerusalén Este, “podría ser el inicio de una paz más amplia y duradera que ponga fin de una vez por todas al derramamiento de sangre y la violencia”. Preguntado al respecto y sobre si sigue comprometido con la “solución de dos Estados”, evitó pronunciarse y reiteró la necesidad de que la población de Gaza se reasiente en otros países, mientras que Estados Unidos tome el control del área. Desde su regreso al poder el pasado 20 de enero, Trump ha insistido en varias ocasiones que Jordania y Egipto deberían aceptar más refugiados palestinos procedentes de Gaza, una idea rechazada de plano por esos dos países, así como por Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Arabia Saudí, la Autoridad Palestina y la Liga Árabe. Trump afirmó que los alrededor de dos millones de palestinos que habitan en la Franja no tienen más alternativa que irse porque el lugar es inhabitable. “Están ahí porque no tienen alternativa. ¿Qué tienen? Es un gran montón de escombros en este momento”, dijo desde el Despacho Oval. Esta es, sin embargo, la primera vez que el mandatario estadounidense plantea el reasentamiento como una solución permanente, en lugar de temporal. Hamás ha condenado estas afirmaciones, asegurando que no permitirán que se cumplan los planes anunciados por Trump. “Rechazamos las declaraciones de Trump y las consideramos una receta para crear caos y tensión en la región”, dijo este miércoles Sami Abu Zuhri, un alto dirigente del grupo. Por su parte, Netanyahu, defendió ante el presidente estadounidense, que Israel acabará la guerra con Hamás mediante su triunfo en ese conflicto y subrayó que la victoria de Israel será también estadounidense. “Israel pondrá fin a la guerra ganándola. La victoria de Israel será la victoria de Estados Unidos. No solo ganaremos la guerra trabajando juntos, sino que ganaremos la paz con su liderazgo, señor presidente, y nuestra asociación”, le dijo al líder republicano en una conferencia de prensa conjunta al término de su reunión en la Casa Blanca. Además, el primer ministro israelí sostuvo que para asegurar su futuro y lograr la paz en la región “hay que terminar el trabajo en Gaza”. “Israel tiene tres objetivos: destruir las capacidades militares y de gobierno de Hamás, asegurar la liberación de todos nuestros rehenes y garantizar que Gaza nunca más represente una amenaza para Israel”. “Su voluntad de pensar de manera innovadora con ideas nuevas nos ayudará a lograr todos estos objetivos”, dijo Netanyahu sobre Trump, añadiendo que este último “ve un futuro diferente” para ese “trozo de tierra que ha sido el foco de tanto terrorismo”. Contradicción andante Aunque a estas alturas nadie debería subestimar la voluntad de Trump de ir más lejos que nadie, su propuesta resulta difícil de tomar en serio. Más allá de que sería difícil encontrar un solo gazatí contento con el plan, este no tiene base legal: la anexión unilateral de territorio y la expulsión forzada de una población violan el derecho internacional y podrían ser consideradas como limpieza étnica. Además, el reasentamiento de dos millones de palestinos sería una pesadilla logística, política y humanitaria, especialmente cuando países como Jordania, Egipto y Arabia Saudí no quieren tener nada que ver al respecto. Militarmente, requeriría una enorme presencia de tropas estadounidenses para ocupar Gaza y garantizar la seguridad en un entorno altamente volátil, dado que Hamás y otras facciones armadas, aunque debilitadas, no aceptarían pasivamente una ocupación estadounidense. Y desde el punto de vista financiero, el costo de una reconstrucción a gran escala eclipsaría los gastos de otras intervenciones estadounidenses del pasado, como la reconstrucción de Irak. Pero quizás lo más sorprendente de las afirmaciones de Trump es el giro drástico que suponen respecto a su primer mandato, cuando se presentó a las elecciones de 2016 prometiendo retirar a Estados Unidos de Oriente Medio tras las guerras de Irak y Afganistán y criticando los planes de “construcción de naciones” llevados a cabo por sus predecesores. Ahora, plantea la ocupación y reconstrucción de Gaza como un megaproyecto estadounidense, lo que implicaría un compromiso militar y financiero en la región mucho mayor que el que antes rechazaba. Las declaraciones de Trump llegaron tras firmar una orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y continuar con la suspensión de fondos para la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés). Durante su reunión con Netanyahu, el primer ministro israelí se mostró exultante, consciente del margen de maniobra que ahora tiene para afianzar su gobierno. En Israel, miembros de su gabinete celebraron públicamente la declaración de Trump sobre el control de Gaza y el reasentamiento de la población palestina. Ministros como Miri Regev calificaron el encuentro como un hito entre “dos líderes valientes”, mientras que el titular de Energía, Eli Cohen, lo describió como una “mañana histórica para Israel, Oriente Medio y el mundo”. El presidente del Parlamento, Amir Ohana, habló del “amanecer de un nuevo día”, y el ministro de Cultura y Deportes, Miki Zohar, calificó la alianza con Trump como “un milagro”. Incluso el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, hizo su propia versión del lema trumpista: “Juntos, haremos que el mundo vuelva a ser grandioso”. fuente:elconfidencial

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