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» Diario Cordoba
Fecha: 04/02/2025 07:02
Merece la pena sentarse un ratito al fondo de la última habitación de la sala Vimcorsa donde se ofrece una muestra de la arquitectura privada de Rafael de la Hoz Arderius. E incluso puede que sea una de las mejores maneras de iniciar un recorrido por las dos exposiciones que estos días conmemoran el centenario de su nacimiento. Allí en una pequeña pantalla y apenas doce minutos (a uno por microespacio), más una breve locución añadida, el visitante puede acceder a muchas de las claves de los trabajos con los que adentró a Córdoba en la modernidad (leit motiv escogido para el aniversario). Tanto en Vimcorsa como en la Diputación los textos que acompañan a planos y maquetas son fundamentales. La arquitectura es para vivirla, pero también para comprenderla. El azar ha querido que este complemento informativo audiovisual se encuentre situado casi al lado de la foto que recoge los alzados del edificio diseñado por De la Hoz, Chastang y Olivares, al que en 1975 se trasladó este periódico desde su vieja sede en la Plaza del Cardenal Toledo, donde hoy un pequeño azulejo recuerda su presencia. En pocos días se cumplirán pues 50 años de aquel 11 de febrero en que diario, edificio, diseño y contenidos también empezaron a incorporarse a la modernidad del momento y del futuro. Aunque tecnológicamente hubiera de conformarse con los viejos procesos del plomo en vez de con la prometida incorporación al offset. El edificio racionalmente concebido para las actividades que debía acoger, incluida la emisora de radio de la Cadena, que en última instancia no se trasladó a él, responde, en palabras de Francisco Daroca, viejo amigo y comisario de las exposiciones, a la corriente brutalista, caracterizada por construcciones, muy expresivas de las funciones a desempeñar en su interior, que muestran los materiales empleados y priman los elementos estructurales sobre los decorativos. Su querencia más acentuada es el hormigón visto, aunque también en muchos casos, como el que nos ocupa, prefiera el ladrillo. Quizá porque La Hoz visitó y tomó como referencia, para imbuirse de todo el proceso de elaboración de un periódico, el edificio de los servicios centrales de la entonces Prensa del Movimiento. Un traslado que también puede encerrar para el comisario una ancestral vocación y evocación familiar ya que Alejandro Daroca de Val fue redactor jefe de Córdoba antes de pasar a dirigir Odiel de Huelva y La Voz del Sur de Jerez. No es extraño pues que la información esté particularmente bien cuidada y estructurada. Desde la anécdota al análisis y la reflexión. Curiosamente todo lo anterior viene a coincidir en las pantallas cordobesas con The brutalist, el film de Brady Corbet con diez nominaciones al Oscar, cuya acción gira en torno a un arquitecto ficticio, Lászlo Tóth, que huyendo del nazismo busca desarrollar en los EEUU conceptos de construcción como los apuntados. Las crónicas recogen también, con cierto humor, que hubo un Tóth real, geólogo, conocido por liarse a martillazos con la Piedad de Miguel Angel en 1972. Una brutalidad sin duda…pero de otra clase. En cualquier caso la cinta se presta a consideraciones a veces casi metafísicas sobre la arquitectura que también suscitó en Cannes, la Megalópolis de Francis Ford Coppola. Volviendo al ámbito doméstico quienes vivimos aquel traslado sin duda podemos afirmar que cumplió con el espíritu de La Hoz de ordenar el espacio al bienestar de sus moradores y a las funciones a realizar. Algo ya impensable en la anterior sede. Aunque siempre añoremos el alma cordobesa de la -por entonces- recoleta Plaza de las Dueñas. *Periodista
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