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  • Las vacunas genéticas y personalizadas contra el cáncer están cada vez más cerca: la IA redefine la frontera de la oncología

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 04/02/2025 03:08

    Las terapias basadas en ARN mensajero han demostrado eficacia en distintos tipos de cáncer (Imagen Ilustrativa Infobae) En los laboratorios más avanzados del mundo, la oncología está a las puertas de una transformación sin precedentes: las vacunas genómicas prometen cambiar drásticamente el curso de la lucha contra el cáncer. A partir del análisis del perfil genético de cada paciente, estas terapias podrían entrenar al sistema inmunológico para reconocer y destruir tumores con precisión milimétrica. La inteligencia artificial, aplicada a la secuenciación genética, acelera el desarrollo de estas soluciones personalizadas, reduciendo los tiempos de diagnóstico y optimizando los tratamientos. En ese contexto, el presidente Donald Trump anunció, apenas asumir nuevamente el cargo, la semana pasada, un ambicioso proyecto de inteligencia artificial que busca consolidar a Estados Unidos como líder global indiscutico en esa tecnología avanzada. Con una inversión anunciada en unos 500.000 millones de dólares, esta iniciativa, liderada por OpenAI, Oracle y SoftBank, apunta a transformar sectores como la atención médica, y a fortalecer la infraestructura digital del país, a la vez que genera millares de empleos y marcaría un hito en el desarrollo tecnológico global. Durante el anuncio realizado en la Casa Blanca, estuvieron presentes el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman; el presidente de Oracle, Larry Ellison; y el director ejecutivo de SoftBank, Masayoshi Son. Trump afirmó que Stargate será el “mayor proyecto de infraestructura de IA de la historia”. Según se detalló, 100.000 millones de dólares ya fueron comprometidos por los inversores para la implementación inicial, mientras que el resto se destinará en los próximos cuatro años. El primer centro de datos ya está en construcción en Texas. En total, se construirán 20 centros similares. Estos servirán como base para una inteligencia artificial avanzada capaz de analizar historiales médicos electrónicos y asistir a médicos en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. El proyecto Stargate, anunciado en la Casa Blanca, busca consolidar a Estados Unidos como líder en inteligencia artificial. Sam Altman, Larry Ellison y Masayoshi Son respaldan la iniciativa que promete revolucionar sectores como la salud, impulsando la detección temprana y nuevos tratamientos oncológicos (REUTERS/Carlos Barria) El papel de la IA en la lucha contra el cáncer Larry Ellison, en su discurso de la Casa Blanca, destacó el potencial transformador de la inteligencia artificial en la atención médica, especialmente en la detección temprana y el tratamiento del cáncer. Durante la conferencia, explicó que fragmentos diminutos de tumores pueden ser detectados en la sangre mediante análisis específicos. La IA, según el directivo, puede analizar estas muestras para identificar el cáncer en etapas iniciales. Una vez secuenciado el gen del tumor, sería posible desarrollar vacunas de ARNm personalizadas para cada paciente. El presidente de Oracle detalló que este tipo de vacuna podría ser producida de manera robótica en tan solo 48 horas, lo que ofrecería un tratamiento rápido y adaptado a las necesidades individuales de los pacientes. Este avance representa una oportunidad para revolucionar la oncología, mediante la detección temprana y la creación de soluciones personalizadas en tiempo récord. Durante la misma conferencia, Altman, por su parte, calificó la iniciativa como “el proyecto más importante de esta era” y subrayó que esta colaboración entre el sector público y privado será fundamental para desarrollar tecnología innovadora. Por su parte, Masayoshi Son destacó que Stargate también incluye la generación de electricidad para abastecer las necesidades energéticas de los centros de datos. La medicina personalizada y las vacunas contra el cáncer La inteligencia artificial aplicada a la oncología permite desarrollar vacunas personalizadas basadas en el perfil genético de cada paciente (Imagen Ilustrativa Infobae) La medicina de precisión ha transformado radicalmente el tratamiento del cáncer y marcado un antes y un después en la historia de la oncología. Este enfoque, basado en el análisis genético, el historial médico y el estilo de vida de cada paciente, permite desarrollar terapias dirigidas que optimizan los resultados terapéuticos y mejoran la calidad de vida. Tal tomo explicó en una nota para Infobae el doctor Rodrigo Santa Cruz Guindalini, oncólogo y genetista, asesor de Riesgo de Cáncer en la Clínica OncoStar Rede D’or, en Brasil, “podemos analizar el material genético de un tumor para identificar modificaciones únicas y dirigir terapias específicas que son más eficaces y menos tóxicas”. Un ejemplo reciente es la terapia agnóstica, aprobada en Argentina por la ANMAT, que selecciona tratamientos basados en mutaciones genéticas específicas, independientemente de la ubicación del tumor. Esta técnica ha demostrado su eficacia en 17 tipos de cáncer, incluyendo mama, colon, pulmón y páncreas, utilizando inhibidores dirigidos contra mutaciones como NTRK. “Cuando identificamos la mutación, podemos detener su progreso con medicación específica, sin importar dónde haya surgido el tumor”, afirmó Guindalini. Esta innovación resalta cómo los avances en genética están redefiniendo las posibilidades de tratamiento. Además, las biopsias líquidas han simplificado el monitoreo del cáncer de forma menos invasiva. Esta técnica utiliza muestras de líquidos corporales, como sangre, para rastrear biomarcadores relacionados con el cáncer. Guindalini explicó que “es posible identificar cambios genéticos que impulsan el cáncer y detener su progreso mediante medicaciones dirigidas”. Estas herramientas no solo reducen la necesidad de procedimientos invasivos, sino que también facilitan un seguimiento más preciso del tratamiento en tiempo real. Ampliar la efectividad de la inmunoterapia Los investigadores del Instituto de Ciencias Weizmann diseñó un anticuerpo que conecta las células T con las células dendríticas, creando una poderosa respuesta inmunitaria contra los tumores Otro avance prometedor se conoció en septiembre pasado de la mano de los investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel. Como anticipó Infobae, un equipo de científicos desarrolló un anticuerpo innovador que podría mejorar la eficacia de la inmunoterapia contra el cáncer. A diferencia de los tratamientos actuales, que bloquean los puntos de control inmunitarios para activar las células T, este nuevo enfoque se basa en conectar estas células con las dendríticas, fundamentales para una respuesta inmune eficiente. Según el estudio publicado en 2024 en la revista Cell, este avance podría ampliar la efectividad de la inmunoterapia a más tipos de tumores. El anticuerpo BiCE fue diseñado para mejorar la respuesta del sistema inmunológico contra el cáncer. Funciona con un doble mecanismo: por un lado, activa las células T, encargadas de atacar los tumores, y por otro, recluta células dendríticas, que les proporcionan información clave para potenciar su acción. En pruebas con modelos de cáncer de piel, pulmón y mama, esta combinación demostró ser más efectiva que los tratamientos actuales para frenar el crecimiento tumoral. Los investigadores comprobaron que, sin las células dendríticas, la terapia pierde eficacia, lo que resalta su papel esencial en la inmunoterapia. En experimentos con ratones, el anticuerpo fortaleció la comunicación entre células inmunitarias, mejorando la defensa del organismo. Además, no solo redujo los tumores, sino que ayudó a prevenir su reaparición al generar una memoria inmunológica capaz de evitar el desarrollo de nuevas metástasis. También investigaciones en América Latina avanzan en la creación de vacunas terapéuticas contra el cáncer, como el desarrollo de Vaccimel en Argentina para tratar el melanoma cutáneo (Imagen Ilustrativa Infobae) Los investigadores destacan que este enfoque no solo permite potenciar la inmunoterapia, sino que abre la puerta a terapias más precisas, capaces de modular la respuesta inmunitaria sin afectar otras funciones del organismo. En el camino de la innovación médica, la combinación de terapias tradicionales con tratamientos innovadores, como la inmunoterapia y las terapias génicas, está extendiendo significativamente la esperanza de vida de pacientes con cánceres previamente letales. Este cambio de paradigma al que se están sumando tecnologías de avanzada como la IA redefinen el futuro de la oncología. Uno de los tipos de cáncer que más avances en este sentido está experimentando es el de mama uno de los de mayor incidencia, con 2,3 millones de casos diagnosticados en el mundo, en 2022. Según la Organización Mundial de la Salud, representa el tipo de cáncer más frecuente en mujeres. Frente a esta realidad, los avances en genética han abierto una puerta crucial para la detección temprana y la prevención, especialmente mediante la identificación de mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2. Según la American Cancer Society, estas mutaciones genéticas hereditarias pueden aumentar hasta en un 70% el riesgo de desarrollar la enfermedad durante la vida de una mujer, un dato que destaca la importancia de las herramientas moleculares en la medicina preventiva. Estados Unidos construirá 20 centros de datos con inteligencia artificial avanzada para procesar historiales médicos y mejorar el tratamiento del cáncer (Imagen ilustrativa Infobae) La capacidad de anticipar riesgos a través de estudios genómicos permite a los pacientes tomar decisiones informadas sobre medidas preventivas o intervenciones médicas. Como explicó a Infobae la doctora Victoria Cólica, directora médica de Genix en Argentina, los estudios moleculares “permiten determinar, con mayor precisión, el riesgo individual y establecer medidas de vigilancia y seguimiento adecuadas”. Esto mejora las tasas de detección temprana y optimiza la respuesta terapéutica a través de un enfoque personalizado que considera la genética del tumor y el historial médico del paciente. A pesar de estos avances, el acceso a las pruebas genéticas sigue siendo limitado. Según un estudio publicado en la Journal of Clinical Oncology, solo el 75% de las pacientes elegibles para pruebas genéticas tras un diagnóstico de cáncer de mama las realizan, mientras que en el caso de las sobrevivientes, poco más de la mitad accede a estas herramientas durante el seguimiento médico. El investigador Steven Katz, de la Universidad de Michigan, subrayó la necesidad de simplificar las directrices clínicas para que estas pruebas sean más accesibles y efectivas en la prevención y tratamiento. El impacto de la genética en la medicina de precisión va más allá de la prevención. La identificación de mutaciones permite desarrollar tratamientos específicos que atacan directamente las alteraciones genéticas responsables del cáncer. Esto ha transformado la práctica médica, facilitando la adopción de terapias personalizadas que aumentan la tasa de supervivencia, a la vez que reducen los efectos secundarios asociados con los tratamientos tradicionales. En palabras de la doctora Jane Figueiredo, investigadora del Cedars Sinai de Los Ángeles, “los avances en métodos de detección y las nuevas terapias han mejorado significativamente las tasas de supervivencia, incluso en cánceres altamente letales”. Avances similares han tenido en los últimos años el tratamiento del melanoma cutáneo, uno de los cánceres de piel más agresivos y que ha encontrado en la inmunoterapia una respuesta prometedora. Uno ejemplo avanzado de estas técnicas innovadoras lo representa el equipo a cargo del doctor José Mordoh, un profesional que, tras más de 30 años de investigación en el Conicet y la Fundación Instituto Leloir, desarrolló Vaccimel, la primera vacuna terapéutica basada en células de América Latina, diseñada para activar el sistema inmunológico y combatir las células tumorales. Según Mordoh le dijo a Infobae, este tratamiento “representa una estrategia innovadora que multiplica la capacidad del sistema inmune para identificar y atacar antígenos presentes en el melanoma”. Biopsias líquidas, inmunoterapia y terapias génicas emergen como herramientas clave para monitorear la evolución del cáncer de manera menos invasiva y más efectiva (Imagen Ilustrativa Infobae) La vacuna consiste en 13 dosis administradas durante dos años, con el objetivo de despertar y sostener una respuesta inmune prolongada. “El sistema inmunológico genera clones de linfocitos que patrullan y atacan micrometástasis antes de que se conviertan en tumores avanzados”, explicó Mordoh. La eficacia de Vaccimel quedó demostrada en estudios clínicos, donde se observó un porcentaje de curación cercano al 70% en pacientes tratados en estadios tempranos de la enfermedad. La investigación detrás de Vaccimel se fundamenta en las contribuciones de los Nobel César Milstein y Ralph Steinman, quienes sentaron las bases de la inmunoterapia moderna. Mordoh destacó que este enfoque “es posible gracias a una vacuna poli-antigénica, que impide que el tumor desarrolle resistencia contra todos los antígenos suministrados”. Además, el tratamiento presenta una ventaja significativa al carecer de efectos adversos severos: “Hasta la fecha, más de 1.000 aplicaciones han demostrado seguridad y eficacia sin que ningún paciente haya abandonado el tratamiento por efectos colaterales”, señaló. El desarrollo de Vaccimel es un logro científico e industrial. El laboratorio Cassará de Argentina, que adquirió la licencia de la vacuna, llevó a cabo los ensayos de Fase II y III y la registró ante el ente regulatorio ANMAT en 2021. Jorge Cassará, director de la farmacéutica, describió para Infobae el proceso como un desafío monumental: “Tuvimos que escalar la tecnología a calidad farmacéutica, algo que parecía ciencia ficción en su momento, pero hoy es una realidad gracias al esfuerzo conjunto entre ciencia e industria”. El impacto de Vaccimel va más allá del melanoma. Mordoh aseguró que su equipo ya está trabajando en la adaptación de esta estrategia para otros tipos de cáncer, como el de mama triple negativo y el de páncreas, dos de las patologías más desafiantes en oncología. “El éxito de Vaccimel nos da una base sólida para explorar nuevas soluciones terapéuticas que puedan transformar el pronóstico de cánceres altamente letales”, concluyó. El cáncer de mama, con 2,3 millones de casos en 2022, es uno de los focos principales de los avances en genético, mejorando la detección temprana y la prevención (Imagen Ilustrativa Infobae) Los tratamientos innovadores contra el cáncer en América Latina El cáncer refleja profundas desigualdades en América Latina, donde los sistemas de salud enfrentan carencias estructurales. A pesar de los avances en la ciencia y la aparición de terapias innovadoras como inmunoterapias y tratamientos basados en ARN mensajero, la región evidencia brechas en el acceso a diagnósticos y tratamientos oportunos. Según un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), estas disparidades afectan especialmente a poblaciones vulnerables de forma tal que exacerban las tasas de mortalidad y limitan las oportunidades de tratamiento eficaz. En términos epidemiológicos, los tipos de cáncer más frecuentes en la región son el de próstata y mama, seguidos por el colorrectal y el de pulmón. Sin embargo, la posibilidad de combatir estas enfermedades depende en gran medida del acceso a sistemas de salud con infraestructura adecuada. “La infraestructura sanitaria, la disponibilidad de tratamientos y las capacidades de diagnóstico varían considerablemente según el país y el nivel socioeconómico del paciente”, señala el reporte, ilustrando las desigualdades entre y dentro de los países. Especialistas advierten que la equidad en el acceso a pruebas genéticas y tratamientos personalizados sigue siendo un desafío clave para América Latina (Imagen Ilustrativa Infobae) Uno de los factores más alarmantes es el aumento del cáncer en menores de 50 años, una tendencia destacada por estudios internacionales como el publicado en The Lancet Public Health. En palabras de Hyuna Sung, autora principal de esta investigación, “los resultados se suman a las pruebas del aumento del riesgo de cáncer en las generaciones posteriores al ‘baby boom’”. Este fenómeno implica un desafío adicional para los sistemas sanitarios de América Latina, que no solo enfrentan carencias materiales, sino también la necesidad de actualizar sus estrategias de prevención y tratamiento. Las brechas entre áreas urbanas y rurales también son significativas. En zonas alejadas de los grandes centros urbanos, los pacientes deben recorrer largas distancias para acceder a especialistas, lo que incrementa los costos y dificulta el tratamiento temprano. Según la doctora Yéssika Moreno, directora médica para Pfizer, “es importante la inversión en capacitación de personal especializado en oncología para que América Latina pueda hacer frente al aumento previsto de la demanda provocado por la carga del cáncer en la próxima década”. Ante esto, los avances en medicina de precisión y la inteligencia artificial abren una puerta a la esperanza al permitir el uso de herramientas para un tratamiento personalizado basado en el perfil genético del paciente. Sin embargo, como advirtió Ahmedin Jemal, vicepresidente de ciencias de la vigilancia de la Sociedad Americana contra el Cáncer, “sin intervenciones efectivas, podría aumentar la carga total de cáncer”. En este contexto, América Latina enfrenta el desafío de integrar estos avances en sistemas de salud históricamente desiguales, donde la equidad en el acceso a la atención sigue siendo la clave para combatir una de las principales causas de muerte en la región. Qué dice Katalin Karikó, Premio Nobel de Medicina sobre los tratamientos personalizados La Premio Nobel Katalin Karikó destaca el potencial del ARN mensajero para desarrollar terapias innovadoras contra enfermedades oncológicas y neurodegenerativas (Mikaela Landestrom/TT News Agency/via REUTERS) La mundialmente prestigiosa e influyente bioquímica húngara, ganadora del Premio Nobel de Medicina 2023, revolucionó la biotecnología moderna al desarrollar la plataforma de ARN mensajero (ARNm), base de las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer y Moderna. Este logro marcó un hito histórico en la lucha contra la pandemia del coronavirus y también en el desarrollo de terapias personalizadas para enfermedades como el cáncer y las afecciones cardíacas. Desde sus primeras investigaciones, Karikó intuyó que el ARNm podía ser clave para el desarrollo de terapias revolucionarias. Esta molécula, encargada de llevar las instrucciones genéticas del ADN a las células para sintetizar proteínas, es esencial para la biología celular. Karikó trabajó en optimizar el uso del ARNm para inducir a las células humanas a producir proteínas terapéuticas. Este enfoque fue clave para las vacunas de COVID-19, que utilizan ARNm para enseñar al cuerpo a identificar y combatir el virus SARS-CoV-2. En una entrevista con Infobae en 2022, Karikó describió su entusiasmo por las aplicaciones del ARNm más allá de las vacunas: “Quiero centrarme en diseñar un ARN mensajero que codifique proteínas terapéuticas para sanar heridas, reparar huesos y tratar cánceres”. Un ejemplo notable de este enfoque es un ensayo clínico para el cáncer de páncreas, donde una vacuna basada en ARNm evitó recaídas en la mitad de los pacientes durante 18 meses. El impacto del ARNm no se limita al COVID-19. Karikó ha señalado que la tecnología tiene aplicaciones potenciales en el tratamiento de enfermedades raras, neurodegenerativas y cardiovasculares. En una entrevista, destacó que “estamos solo al principio de entender cómo el ARNm puede transformar la medicina. Estas moléculas permiten que las células produzcan proteínas específicas, creando terapias personalizadas con menos efectos secundarios y mayor accesibilidad”. Una de sus prioridades actuales es desarrollar vacunas para tipos de cáncer agresivos, como el de páncreas, y enfermedades incurables como el Alzheimer. En palabras de Karikó: “El ARN mensajero es la herramienta que permitirá al paciente convertirse en el productor de las proteínas terapéuticas que necesita, revolucionando el tratamiento médico tal como lo conocemos”. Para Karikó, el futuro del ARNm es ilimitado: “Estas moléculas no solo nos salvaron de una pandemia, sino que están sentando las bases para curar enfermedades que antes eran sentencias de muerte”.

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