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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/02/2025 20:41
Yoyo Maldonado fue sobreseído Se acabó lo que se daba. Falta casi un paso, pero es apenas una formalidad. La causa más grande que hubo por asociación ilícita entre una barra brava y un club, se acaba de caer. Porque en un fallo previsible después de tantos avatares, la jueza Mariela Bonafine dictó el sobreseimiento del ex secretario general de Independiente, Héctor Yoyo Maldonado, como uno de los organizadores de la alianza dirigencia-barra. Para ello se amparó en un fallo de la Cámara de Casación de la Provincia que dictó la nulidad de las declaraciones que hicieron los barras bajo la figura de imputado colaborador, tal como se le dice al que se presenta como arrepentido. Y a partir de ese hecho, toda la arquitectura del caso que se había construido con distintos tipos de pruebas se cayó como un castillo de naipes. El fallo que libra de culpa y cargo a Maldonado en realidad tiene una lectura superior: será inminente que ocurra lo mismo para Pablo Moyano, alias El Salvaje para los barras, cuyo trámite está aún pendiente de decisión en la Sala Dos de la Cámara pero que no podrá tomar otra decisión más que sobreseerlo definitivamente tras la decisión de Casación y de la jueza de Instrucción. Así, lo que amenazaba ser la piedra angular para dejar al descubierto y con penas importantes el apoyo dirigencial a los dueños del tablón, queda en la nada. Lo que trae además otra paradoja: los únicos que aceptaron sus responsabilidades y acordaron en un juicio abreviado su pena de tres años de cumplimiento efectivo fueron los líderes de la barra, entre ellos Pablo Bebote Álvarez. El mensaje es evidente: si hablás para arriba, el único perjudicado serás vos. Cierto, la causa tenía muchos vaivenes y había estado condimentada desde un principio por intereses políticos cruzados que terminaron en algún momento incluyendo la participación de ambos costados de agentes de inteligencia de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). En materia de salud investigativa y transparencia judicial, no fue justamente un proceso modelo pero había suficientes motivos para que se discutiera la responsabilidad de cada acusado en un juicio oral, algo que ahora será una utopía. Para entender cómo se llegó a esta situación hay que remitirse al comienzo de la historia. En noviembre de 2017 el juez Gabriel Vitali y la fiscal Viviana Giorgi abrieron una investigación y metieron preso a Bebote Álvarez por asociación ilícita. El ex líder de la barra ya lo estaba por haber extorsionado al técnico Ariel Holan en su paso por el club, y con la convicción de que la familia Moyano que dirigía el club le había soltado la mano, prendió el ventilador. Y contó varias cosas que complicaban a la comisión directiva en su apoyo a la barra. A partir de ahí empezaron los allanamientos, la prisión para el resto de la cúpula de Los Diablos Rojos, entre los que se encontraban el Polaco Roberto Petrov, custodio de Hugo Moyano, Italo Romeo, mano derecha de Bebote, Carlos Zambrana, alias Carlín, capo de la facción La Pepsi de la barra, Damián Langaronne, que era el que se ocupaba de las relaciones institucionales que le delegaba Bebote y varios violentos más. Y sobre la dirigencia la lupa se puso en cabeza del secretario general del club, Héctor Yoyo Maldonado, el omnipresente Noray Nakis y Pablo Moyano. Bebote Álvarez, ex líder de la barra del Rojo (Foto: Lihue Althabe) Con el transcurso del tiempo fueron cambiando los acusadores y el que tomó la posta fue el fiscal Sebastián Scalera y conjuntamente primero con el juez Luis Carzoglio, que denunció que la AFI lo “apretaba” para que metiera preso a Moyano, y después cuando Carzoglio terminó destituido por maltrato laboral y la realización de actos de parcialidad manifiesta, llegó la jueza Brenda Madrid. Lo cierto es que Scalera les ofreció a los barras ser arrepentidos y éstos dieron datos concretos sobre cuántas entradas recibían de reventa, dónde las retiraban, cómo les pagaban a 80 barras habitaciones de 110 dólares cada vez que el Rojo jugaba en el exterior, quién ponía la plata para los traslados y cómo se les habilitaban 2500 carnets sin tener que poner un peso. Con esas declaraciones Scalera fue por más y pidió la elevación a juicio de los dirigentes y les ofreció a los barras, por su colaboración, un juicio abreviado. Y éstos aceptaron: admitieron que eran parte de una asociación ilícita a cambio de una pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo que para esa época ya había pasado por lo que quedaron inmediatamente en libertad. Las defensas plantearon que en realidad el fiscal había cambiado la libertad de los barras por las declaraciones y que era todo nulo y que además, la figura del imputado colaborador existía en la Justicia Federal pero no en la Provincial. Mientras, la jueza Brenda Madrid procesaba a Maldonado y Nakis pero sobreseía a Moyano, lo que generó un escándalo. Para ella, la relación con los barras se cortaba a nivel de estos dos dirigentes y el también líder del sindicato de los Camioneros no estaba al tanto de nada. El fiscal apeló, la Cámara le dio la razón y le dijo a la jueza que dictara un nuevo fallo y Madrid volvió a sobreseerlo, por lo que el fiscal volvió a apelar y ese trámite está en la Cámara. Pero por cuerda separada, y mientras Nakis aceptaba un abreviado para terminar la historia, Maldonado que juraba inocencia cambió de abogado, contrató a Gastón Marano, y Casación, tercera instancia judicial en Provincia, dictó el fallo que empezó a provocar que la causa se diluyera como arena entre los dedos: con los votos de los jueces Héctor Violini y Daniel Carral (el tercer miembro, Ricardo Borinsky, votó en contra) se anularon las declaraciones de los barras por lo cual no podían ser tomadas como prueba. Es más, Violini argumentó que toda la causa era política para perjudicar a Moyano, aunque esa parte no fue acompañada por sus pares. Y se le pidió a la jueza que dicte un nuevo fallo. Que salió a fines de diciembre pasado pero que ahora, con el fin de la feria judicial, tomó notoriedad: el sobreseimiento definitivo para Héctor Yoyo Maldonado. Si lo que originó la causa es nulo, es nulo todo lo demás. El nuevo fiscal del caso, Jorge Grieco, apeló pero la jueza Bonafine declaró inadmisible el recurso diciendo que no sustentaba ninguna nueva prueba y que lo único que hacía era ratificar el trabajo previo y lo ya declarado nulo por el superior. Y si bien el fiscal fue en queja a la Cámara, el final ya está escrito. Y lo que vale para Maldonado, vale para todos por lo que es cuestión de horas o días si se demoran demasiado, para resolver lo mismo sobre Pablo Moyano. Y aquí, después de siete años de proceso y mientras en la actualidad se verifica otra connivencia entre barras y dirigentes del club, no ha pasado nada.
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