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  • Tribu, la marca de ropa infantil sin género que revoluciona la moda desde Rosario

    » La Capital

    Fecha: 02/02/2025 18:37

    Se trata de Tribu, un proyecto que crea prendas sin género. La historia de dos emprendedoras que buscan cambiar el rumbo de la moda infantil. “La gente cree que somos una marca de Buenos Aires”, dice riendo Melisa Benevides, creadora junto a Lia Vites del proyecto de moda infantil sin género, Tribu. Desde el 2018 la diseñadora gráfica y la diseñadora de indumentaria, respectivamente, crean y producen sus prendas para comercializar a través de su página web. El 70% de sus clientes está entre provincia y ciudad de Buenos Aires. “Cuando empezamos este proyecto, hicimos una investigación y vimos que no había marcas para infancias que fuesen unisex. En ese momento entrabas a un negocio y lo primero que te preguntaban era si buscabas ropa para un nene o una nena ”, rememora Lia. Era momento de actuar: “La iniciativa del diseñador siempre es crear cosas nuevas o responder a una necesidad que no está cubierta”, agrega Melisa. El dúo ya tenía amplia experiencia en la industria de la moda. Por casi una década, ambas habían trabajado en una reconocida empresa textil. Allí habían logrado un aprendizaje muy grande en la industria, su comunicación y ventas. Cuando sintieron que ya no tenían más nada para dar allí, se unieron para continuar juntas en algo propio: “Quisimos ir por lo infantil porque podés innovar y jugar más. Es un mundo más creativo y desafiante. La ropa de adulto, en cambio, sigue una tendencia o una moda, donde se prioriza una línea planteada”, explica Lia. En Tribu las emprendedoras pudieron volcar no solo su visión sobre la crianza respetuosa, sino principios de igualdad. “ No es solo un speech de marca, es una verdadera creencia. Personalmente también lo veo como una forma de militar el feminismo desde nuestro trabajo, incitar a la idea de la igualdad desde pequeños”, opina Lia y Melisa agrega: “Vestimos a los pequeños que van a cambiar el mundo porque creemos que cuando sean adultos, será distinto y más igualitario. Si bien ahora no tenemos hijos, sí estamos conectadas con ese universo por sobrinos y son valores que les queremos transmitir”. Ropa infantil para padres millennials “Nuestros principales clientes son las madres millennials de 30 a 45 años, aproximadamente”, repasa Melisa con una minuciosa planilla de excel abierta. Todo lo que saben de sus ellos está calculado al detalle: “Son personas que además valoran comprarle a una empresa pequeña y acompañar esta misión”, agrega. Tribu ropa 2.jpeg La ropa la utilizan tanto niños como niñas porque así está pensada desde su origen. Foto: gentileza Tribu La marca, que por ahora solo funciona en formato e-commerce, propone productos atemporales, sin seguir la lógica de la campaña por épocas, como se estila en el rubro: “No trabajamos con estructura de colección, sino que vamos sacando mini cápsulas todo el tiempo”, comentan. Los valores de los productos comienzan en $22.000 una remera y llegan hasta $60.000 los sets de remera y malla para pileta o playa. Su mayor público se encuentra en Buenos Aires con un 70% de las ventas mensuales, seguido por Santa Fe con un 20% y el resto de las ventas se distribuyen entre Córdoba y otros puntos del país: “Vendemos un promedio de 150 productos al mes con un ticket promedio de entre 2 y 6 productos”, explica Melisa. Estrategia de marketing a medida Una de las características que se resalta en las redes sociales de Tribu es su inagotable fuente fotográfica, con infancias modelando las prendas que parecen estar en distintos lugares del mundo. Podría creerse que las creadoras de la marca invierten en costosas producciones fotográficas, pero no: “Tenemos una estrategia de influencer marketing en la que nos contactamos con mamás que sean medianamente conocidas en redes y que estén alineadas a nosotras conceptualmente, idealmente y con su estilo de vida”, explica Melisa. A ellas les proponen intercambiar producto por sesiones de contenido reales, hechas a partir de fotos y videos que los mismos padres le toman a sus hijos en situaciones casuales: “Queremos capturar lo genuino del uso de las prendas en el día a día. Niños y niñas activos, jugando y disfrutando las prendas. El material lo usan ellas en sus redes, pero también nos lo dan a nosotras para usar en las nuestras”, agrega Melisa quien es la principal encargada de este segmento del negocio. Tribu ropa 4.jpeg Desde su e-commerce llegan a todo el país y a nivel local son muy fuertes las ferias que hacen cuando terminan las temporadas. Foto: gentileza Tribu. Feria virtual para que nadie se quede sin Tribu Desde el comienzo del proyecto, las emprendedoras buscaron ofrecer un producto de alta calidad, por lo que el control es minucioso: “Sabemos que tenemos prendas de costo mediano, alto, así que siempre que un artículo tiene una mínima falla, aunque no se note y la veamos solo nosotras, lo apartamos pero lo sumamos a la feria virtual”, explica Lia. La feria es de lo más esperado en cada temporada por el público, comenta Melisa que “los chicos destruyen la ropa jugando, entonces las madres a veces no quieren gastar tanto en una prenda que va a quedar arruinada. Nos dicen ‘no me da para comprar el buzo de la temporada, pero lo compro en la feria porque es prácticamente de primera’”. La feria es para verdaderos fanáticos de la marca y es todo un evento. En cada ocasión, usualmente al final de cada temporada invernal o estival, las diseñadoras cierran la tienda por unos días y solo se puede ingresar a través de un código que se solicita en sus redes sociales o Whatsapp. Una vez dentro de la web, pueden ver productos remanentes de otras temporadas o los que tiene fallas, a los cuales les incluyen fotografías que las muestran puntualmente. Luego, avanzan con su proceso de compra tradicional. Frente a la consulta de si no les pesa resignar ventas de primera línea durante ese periodo, dicen que es un sacrificio para que sus seguidores puedan acceder a esa feria. Ese trabajo les lleva muchísimo tiempo: “Tenemos que relevar todos los productos, hacerles sesión de fotos, cargarlos en la web, poner las descripciones, pero vale la pena porque la gente accede a cosas que en otros momentos, con muchos gastos, no priorizaría comprar”, concluye sonriente Lia.

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