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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/02/2025 02:59
Los psicodélicos tienen potencial para tratar la depresión y la ansiedad, pero su desarrollo en medicamentos es limitado por el desconocimiento de su funcionamiento (Imagen ilustrativa Infobae) *Este contenido fue producido por expertos del Instituto Weizmann de Ciencias, uno de los centros más importantes del mundo de investigación básica multidisciplinaria en el campo de las ciencias naturales y exactas, situado en la ciudad de Rejovot, Israel. Los psicodélicos son un tema candente en los laboratorios de todo el mundo porque tienen un gran potencial para aliviar los síntomas de la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y otros trastornos relacionados con el estado de ánimo. Sin embargo, existe un gran obstáculo para desarrollar estas sustancias en medicamentos seguros y efectivos: se sabe muy poco sobre cómo funcionan las drogas psicodélicas. En un estudio publicado en Molecular Psychiatry, un equipo dirigido por el Dr. Takashi Kawashima en el Instituto de Ciencias Weizmann ha desarrollado un nuevo enfoque que permite observar cómo los psicodélicos influyen en el comportamiento y cómo afectan a las células individuales del cerebro. El método combina una potente microscopía óptica, un análisis avanzado de imágenes y la inteligencia artificial, y utiliza como modelo animal larvas inmaduras de pez cebra. Focalizar la serotonina en la salud mental Los psicodélicos han estado con nosotros durante miles de años, desde los antiguos rituales chamánicos hasta las fiestas desenfrenadas de la actualidad. Fueron prohibidos para el estudio científico por la Ley Integral de Prevención y Control del Abuso de Drogas de 1970, que inauguró la “guerra contra las drogas” de los Estados Unidos. Sin embargo, recientemente los psicodélicos han llegado al lado correcto de la ley. La psilocibina es un compuesto psicodélico derivado de hongos que está en prueba para tratar la depresión resistente a otros medicamentos (Imagen Ilustrativa Infobae) Según Kawashima, que además de neurocientífico investigador, es médico, los psicodélicos están ahora en condiciones de hacer algo verdaderamente prometedor: mejorar el estado de la técnica en el tratamiento de trastornos psiquiátricos relacionados con el estado de ánimo. En particular, se están investigando varios psicodélicos por sus efectos sobre la serotonina, una sustancia química que, entre sus muchas otras funciones, transporta mensajes por todo el cerebro y el sistema nervioso, regulando el estado de ánimo. Kawashima señala, sin embargo, que es problemático probar psicodélicos en humanos debido a sus efectos secundarios alucinógenos, y es difícil saber exactamente qué hacen en el cerebro porque pueden dirigirse a circuitos en las regiones profundas del cerebro, donde la actividad neuronal es difícil de observar. “Las larvas de pez cebra, por otro lado, son transparentes, lo que permite monitorear el impacto de las drogas en células cerebrales específicas y correlacionarlo con el comportamiento”. Imagen fluorescente de seis neuronas generadoras de serotonina en el cerebro de un pez cebra (Gentileza: Instituto Weizmann) El presente estudio se inició a instancias del Dr. Dotan Braun, un psiquiatra que se incorporó al laboratorio de Kawashima en el Departamento de Ciencias del Cerebro de Weizmann como científico visitante. Inspirado por la tecnología de Kawashima para obtener imágenes de la actividad cerebral en el pez cebra y sus investigaciones sobre el sistema de la serotonina, Braun propuso un proyecto que ayudaría a aclarar los efectos precisos de los psicodélicos sobre la serotonina. Esto, a su vez, podría contribuir al desarrollo de posibles alternativas psicodélicas a la clase de antidepresivos ampliamente recetados conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o ISRS, que incluyen medicamentos como el Cipralex y el Prozac. “Los ISRS elevan los niveles de serotonina en todo el cerebro”, afirma Braun. “Los psicodélicos, en cambio, afectan a los receptores de serotonina a través de un mecanismo diferente, mucho más rápido, y parecen actuar sobre las zonas del cerebro de una forma más específica. Una mejor comprensión de su mecanismo de acción y un mapeo de su influencia en el cerebro pueden conducir a fármacos más eficaces, con menos efectos secundarios”. Pescado drogado Durante miles de años los psicodélicos se usaron en rituales, pero fueron prohibidos en 1970 con la Ley Integral de Prevención y Control del Abuso de Drogas Los científicos diseñaron un experimento que les permitió “meterse en la cabeza” de un pez cebra sumergido en una solución que contenía psilocibina, un compuesto psicodélico derivado de un hongo que se está probando para su uso contra la depresión que no se alivia con otros medicamentos. Después de un “baño” de psilocibina de cuatro horas, el pez se sumergió en la arena de Kawashima para los experimentos de comportamiento: una piscina poco profunda con patrones visuales que llaman la atención proyectados sobre su fondo de cristal. Después de exponer a los peces a una situación estresante (una caída repentina y temporal de la temperatura del agua), los investigadores compararon sus comportamientos con los de los peces que no se habían dado un baño preparatorio. “Queríamos ver cómo los psicodélicos afectan la respuesta de los peces al estrés”, dice Kawashima, y añade con una sonrisa: “Descubrimos que, de manera similar a lo que puede suceder con los humanos, cuando uno se prepara para una situación estresante, tomar un baño prolongado puede ayudar”. De hecho, el baño psicodélico redujo las conductas relacionadas con el estrés de dos maneras. Después de la exposición al estrés, los peces previamente sumergidos tenían más probabilidades de explorar el tanque, aventurándose incluso en sus dominios más oscuros, en comparación con los peces que no habían tomado drogas. Los peces “drogados” también se movían más rápido que los “sobrios”. Estas diferencias sugerían que la psilocibina producía un efecto estimulante. La microscopía óptica personalizada y de última generación permitió al Dr. Kawashima ver la totalidad de los cerebros transparentes de los peces cebra y capturar la dinámica de la actividad en vivo de las neuronas estimuladas por psilocibina, una droga psicodélica (Gentileza: Instituto Weizmann) Además, la psilocibina redujo la ansiedad post-estrés. “Los peces que no se habían bañado en psilocibina reaccionaron a la caída repentina de temperatura nadando irregularmente en zigzag”, dice Ayelet Rosenberg, estudiante de investigación en el laboratorio de Kawashima que, junto con Braun, es la primera coautora del artículo de investigación. “Pero los peces que habían sido tratados previamente con la droga psicodélica se mantuvieron tranquilos; parecieron tomarse este estrés adicional con calma”. Los científicos pudieron detectar estas diferencias de comportamiento al documentar con todo detalle la natación libre de peces cebra individuales con la ayuda de una cámara de alta velocidad que produjo 270.000 imágenes por cada experimento de 15 minutos. Un subconjunto de esta riqueza de imágenes se anotó manualmente para diez partes del cuerpo del pez cebra, incluidos los ojos, la fosa nasal, el tronco y seis puntos a lo largo de la cola, y se utilizó para entrenar una red neuronal profunda (un algoritmo avanzado de inteligencia artificial) para identificar los matices de los patrones de natación del pez. Una vez entrenado, el algoritmo pudo identificar trayectorias de natación complejas y trazar un mapa de cómo cambiaba el comportamiento de los peces bajo la influencia de psicodélicos. La investigación utiliza microscopía óptica, análisis de imágenes e inteligencia artificial para observar el impacto de los psicodélicos en el pez cebra (UNED) Los científicos pudieron entonces vincular estos efectos conductuales a patrones específicos de activación neuronal. Para ello, se basaron en un método, desarrollado previamente por Kawashima y sus colegas, que implicaba el marcado fluorescente de neuronas y circuitos neuronales individuales del pez cebra, lo que hace que se iluminen cuando se activan. Como las larvas del pez cebra son transparentes, los científicos pudieron utilizar un potente microscopio óptico para obtener imágenes directas de esta activación, lo que les permitió identificar cambios específicos en las neuronas y circuitos relacionados con la serotonina. “Nuestras imágenes ópticas han revelado patrones de actividad neuronal en peces empapados en psilocibina que eran similares a los observados en otros laboratorios en el cerebro de mamíferos expuestos a psicodélicos”, dice Kawashima. “Esto indica que la psilocibina ejerce su influencia en el comportamiento a través de mecanismos neuronales en áreas profundas del cerebro que se han conservado en la evolución y que también se encuentran en mamíferos, incluidos los humanos”. Un “viaje” hacia un mejor tratamiento psiquiátrico (de izq. a der., en el sentido de las agujas del reloj) Dr. Dotan Braun, Dr. Takashi Kawashima, Elad Rabaniam y Ayelet Rosenberg (Gentileza: Instituto Weizmann) La metodología y los hallazgos del equipo de Kawashima podrían ayudar a avanzar en el desarrollo de psicodélicos como terapias para trastornos relacionados con el estado de ánimo. Kawashima advierte que estudiar los psicodélicos en peces tiene sus límites: a pesar de la naturaleza fascinante de la cuestión, no está claro, por ejemplo, si los peces cebra experimentan “viajes” alucinatorios en el curso de estas investigaciones. Aun así, su método puede ayudar a avanzar en la investigación terapéutica en psiquiatría. “La importancia práctica de nuestro trabajo es que demuestra una herramienta de detección basada en peces para el descubrimiento de fármacos”, afirma. “Los investigadores pueden utilizar nuestro método para probar nuevos compuestos farmacológicos o comparar la utilidad relativa de los fármacos dirigidos a la serotonina que ya se utilizan. Esto podría conducir a descubrimientos sobre la mecánica de los trastornos relacionados con la serotonina, algo que podría generar enfoques completamente nuevos para el tratamiento de la depresión, la ansiedad, el TOC, el TEPT y la adicción. El Dr. Takashi Kawashima es el titular de la Cátedra de Desarrollo Profesional de la Familia Birnbach. Su investigación cuenta con el apoyo del Centro de Investigación sobre Percepción y Acción de la Sociedad Suiza y del Centro Jared M. Drescher de Investigación sobre Salud Mental y Emocional.
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