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  • Iba a caballo y lo atropelló un rastrojero: la misteriosa muerte del folclorista que cantó una zamba prohibida por la dictadura

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/02/2025 02:54

    Jorge Cafrune, el cantante que presentó a Mercedes Sosa en Cosquín Jorge Cafrune subió al escenario Atahualpa Yupanqui dispuesto a brindarse a su público. Hacía cinco años que no se presentaba en el Festival de Cosquín. Y en ese verano de 1978, no estaba dispuesto a defraudar a sus fieles seguidores. Sabía que, en el palco oficial de la Plaza Próspero Molina, estaba el por entonces general Luciano Benjamín Menéndez, luego condenado por numerosos crímenes de lesa humanidad cometidos en la Argentina. Y también sabía que la dictadura había prohibido varios temas de los que conformaban su cancionero habitual. Pero no le importó. Cometió el “delito” de interpretar Zamba de mi esperanza, una de las canciones que habían sido incluidas en la “lista negra” de los militares. Y, días más tarde, exactamente el 31 de enero de ese año, murió en un misterioso accidente mientras andaba a caballo por la Ruta 27. Tenía apenas 40 años, pero un largo camino recorrido. Nacido el 8 de agosto de 1937 en Jujuy, Cafrune había crecido en una familia con ancestros árabes, por lo cual lo apodaron El Turco. Había empezado a tocar la guitarra cuando estaba cursando el colegio secundario en su provincia natal, pero comenzó su carrera profesional en Salta luego de fundar el grupo Las Voces del Hayra. Con él grabó su primer disco en 1957. Pero su convocatoria al servicio militar interrumpió su ascenso artístico. Tiempo después, formó el conjunto Los cantores del Alba con la intención de continuar su camino. Aunque, entrados los años ‘60, entendió que lo mejor para él era seguir como solista. No se equivocó. Se consagró en Cosquín en 1962. Y, en 1965, se dio el lujo de ser el padrino de la Inolvidable Negra en ese mismo escenario. “Yo me voy a atrever, porque es un atrevimiento lo que voy a hacer ahora, y voy a recibir un tirón de orejas de la comisión (organizadora del festival). ¿Pero qué le vamos a hacer, siempre he sido así, galopeador contra el viento? Les voy a ofrecer el canto de una mujer purísima, que no ha tenido oportunidad de darlo y que, como les digo, aunque se arme bronca, les voy a dejar con ustedes a una tucumana: Mercedes Sosa”, dijo aquel día antes de presentarla. El folclorista, nacido en Jujuy, en sus comienzos Desde el año 1973, Cafrune se había consagrado como un artista de proyección internacional. Había tocado en escenarios de la talla del Carnegie Hall y el Lincoln Center de Nueva York. Y había logrado el reconocimiento del público europeo. De hecho, ya hacía un tiempo que había elegido a España como su lugar de residencia junto a su pareja de entonces, Lourdes López Garzón. Había llegado a Córdoba unos días antes del comienzo del festival del verano del ‘78 como para poder prepararse. Y ya había tenido una muestra de lo que le podía pasar por desafiar las absurdas reglas de entonces, cuando se animó a cantar El orejano, otro de los temas censurados por los militares, en un festival del Paseo Sobremonte al que había sido invitado. Sin embargo, después de pasar algunas horas demorado por la policía, se fue a comer un asado con amigos. Y volvió a entonar otra canción prohibida: Hombre con H. Definitivamente, el folclorista no estaba dispuesto a acatar ninguna orden. Y ese 24 de enero, en la primera noche de Cosquín, abrió su presentación con Luna Cautiva. Pero luego todo se descontroló. “Aunque no está en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar”, dijo mientras el público clamaba por esa zamba cuyo origen no tenía que ver con cuestiones sociopolíticas pero que, al llevar la palabra “esperanza” en su título, había sido resignificada por la gente. “Veo que alguien viene corriendo hacia mí. En esos momentos, no me daba cuenta quién era. Después me di cuenta que era un tipo de seguridad. Me dice: ‘¡Apague todo!’. Y corto el sonido. Los de seguridad subieron al escenario. Se llevaron detenido a Cafrune. Fue un escándalo”, recordó luego Luis Nogués, el sonidista que estaba a cargo de la consola en ese momento. No obstante, también hay testimonios contrapuestos que aseguran que el folclorista nunca abandonó el escenario. Pero que sí dejó la ciudad de Cosquín sabiendo que lo estaban buscando. A pesar de todo, el hombre no se amedrentó. “Fue como volver a la casa de mis viejos. Es el lugar donde me hice”, dijo en una nota posterior al festival. Lo que pasó después, en tanto, nunca pudo clarificarse. Según la versión oficial, el 31 de enero, mientras cabalgaba a la altura de Benavídez en dirección a Yapeyú, Corrientes, junto a su amigo Chiquito Gutiérrez, fue embestido por una camioneta Rastrojero que conducía un joven de unos 20 años, llamado Héctor Emilio Díaz. A raíz del hecho que fue catalogado como un “accidente”, Cafrune sufrió graves heridas, ya que el caballo cayó sobre él causándole la fractura de varias costillas y politraumatismos en el cráneo y tórax. Falleció durante la madrugada del día siguiente en el Hospital Municipal de Tigre. Jorge Cafrune rumbo a la ciudad correntina de Yapeyú Pero están, por supuesto, quienes dudan de esta teoría. Y motivos no les faltan, ya que el artista siempre se había mostrado muy comprometido con la realidad política y social del país y con sus actos de “rebeldía” no dejaba de incomodar. Primero contrarió a la Triple A, que había comenzado con la persecución de artistas en 1975 durante la presidencia de Isabel Perón, y después a quienes habían perpetrado el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. “Me amenazaron diciéndome que si hago el viaje moriré. Dicen que un zurdo no puede mancillar la tierra de José de San Martín”, le confesó Cafrune al periodista Héctor Ramos pocos días antes de emprender su última cabalgata. Su intención era llevar un cofre con tierra de Boulogne Sur Mer, lugar del fallecimiento del prócer, desde la Plaza de Mayo hasta su ciudad de origen en conmemoración por el bicentenario de su nacimiento. Pero no lo logró. “A éste hay que matarlo porque no podemos dejar que esto se expanda, que empiecen a cantar canciones prohibidas”, cuentan que le habrían escuchado decir al ex teniente luego condenado por tormentos seguidos de muerte, Carlos Enrique Villanueva, dos sobrevivientes del centro de detención clandestino La Perla durante el juicio a la Junta Militar. Y a José López Rega, mano derecha de Juan Perón durante su gobierno de la década del ‘70, en tanto, se le adjudica la frase: “Cafrune es más peligroso con una guitarra que un ejército con armas”. El folclorista dejó seis hijos: Yamila, Victoria, Zorayda Delfina y Eva Encarnación, de su primer matrimonio con Marcelina Amalia Gallardo, y Facundo y Macarena de su última pareja. La mayor de ellos, cantante al igual que su padre, fue terminante al asegurar: “Se dijo que fue un atentado. Yo sostengo que fue sólo un accidente de tránsito, pero los militares lo usaron para vanagloriarse de su poder”.

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