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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 31/01/2025 20:37
Los hongos entomopatógenos pueden manipular el comportamiento de sus hospedadores, afectando su actividad y facilitando la dispersión de sus esporas (CABI/Evans et. al 2025) Los hongos entomopatógenos han sido objeto de estudio durante décadas por su capacidad para infectar y, en algunos casos, manipular el comportamiento de sus hospedadores. En este contexto, un equipo de investigadores identificó una nueva especie del género Gibellula, un organismo especializado en parasitAR arañas. Gibellula attenboroughii, descrita en un estudio publicado en Fungal Systematics and Evolution, fue descubierta en Metellina merianae y Meta menardi, dos especies de arácnidos cavernícolas en las Islas Británicas. El hallazgo ocurrió de manera fortuita durante la filmación de la serie Winterwatch de la BBC en 2021. En el techo de un antiguo almacén de pólvora en Irlanda del Norte, el equipo de grabación notó una araña muerta cubierta por una densa estructura fúngica. Tras el envío de imágenes a los especialistas, se sospechó que podría tratarse de una especie desconocida, lo que motivó una investigación más profunda. Descubrimiento e identificación de Gibellula attenboroughii Gibellula attenboroughii fue identificada en Metellina merianae y Meta menardi, dos especies de arañas que habitan en entornos subterráneos húmedos y oscuros (CABI/Evans et. al 2025) El primer ejemplar infectado correspondía a una Metellina merianae, una araña que habita en ambientes oscuros y húmedos, generalmente en las entradas de cuevas. Posteriormente, se realizaron exploraciones en otras cavidades subterráneas de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, donde se encontraron más ejemplares parasitados, incluyendo individuos de Meta menardi, una especie emparentada, pero que prefiere las zonas más profundas de las cavernas. Los especímenes recolectados fueron analizados con técnicas morfológicas y filogenéticas. El hongo mostró características distintivas dentro del género Gibellula, con sinemas cilíndricos que emergen del cuerpo de la araña y una disposición peculiar de los conidióforos, que forman columnas compactas de esporas en la parte terminal. A través del análisis de ADN, se confirmó su diferenciación con respecto a otros del mismo grupo. La investigación destaca que la nueva especie pertenece al complejo G. pulchra, aunque sus relaciones filogenéticas con algunas cercanas aún no están completamente establecidas. Según los investigadores, “nuestra nueva especie se encuentra firmemente respaldada y cae dentro del complejo G. pulchra, pero su relación con especies cercanas como G. flava sigue siendo especulativa“. Alteración del comportamiento en arañas infectadas Las arañas infectadas por Gibellula attenboroughii fueron halladas en posiciones inusuales, alejadas de sus telarañas y situadas en superficies expuestas (CABI/Evans et. al 2025) Uno de los aspectos más notables de Gibellula attenboroughii es la aparente modificación del comportamiento de sus hospedadores. Las arañas infectadas fueron encontradas en posiciones inusuales, alejadas de sus telarañas o refugios habituales, situadas en superficies expuestas en las paredes y techos de las cuevas. Este patrón sugiere que el hongo induce cambios en la conducta de los arácnidos antes de su muerte, lo que podría facilitar la dispersión de sus esporas. El análisis destaca diferencias en la distribución de las arañas afectadas. Metellina merianae suele habitar las zonas de umbral de las cuevas, donde hay mayor incidencia de luz y flujo de aire, mientras que Meta menardi prefiere las profundidades. La presencia del patógeno fúngico en ambas especies sugiere que desarrolló adaptaciones para prosperar en diferentes microhábitats dentro del ecosistema subterráneo. Los autores indican la posible implicación de compuestos fúngicos en la manipulación de la actitud de los arácnidos. Aunque el mecanismo exacto es desconocido, en otros hongos entomopatógenos se identificaron metabolitos capaces de alterar la actividad de sus hospedadores. La presencia del hongo en arañas de diferentes hábitats subterráneos indica que podría desempeñar un papel importante en la dinámica de poblaciones arácnidas (CABI/Evans et. al 2025) Según los investigadores, “su papel en la dinámica de las poblaciones de arañas merece un estudio más profundo, al igual que los metabolitos que producen y que les permiten explotar un nicho ecológico tan específico”. Diversidad oculta del género Gibellula en las Islas Británicas Además de describir la nueva especie, el estudio llevó a cabo una revisión de los registros históricos de Gibellula en las Islas Británicas. Hasta ahora, solo se había documentado G. aranearum en la región, pero los análisis sugieren que la diversidad del género ha sido subestimada. Los investigadores encontraron más arañas infectadas en cavernas de Irlanda, lo que indica que el hongo afecta a múltiples especies en distintos microhábitats (CABI/Evans et. al 2025) Los científicos también realizaron una reclasificación taxonómica basada en los principios de nomenclatura fúngica de “un hongo-un nombre”. Como resultado, dos especies previamente asignadas al género Torrubiella fueron transferidas a Gibellula: Gibellula albolanata y Gibellula aranicida. Este cambio taxonómico refleja una mejor comprensión de las relaciones evolutivas dentro del grupo y contribuye a clarificar la clasificación de los hongos entomopatógenos que afectan a las arañas. El descubrimiento de Gibellula attenboroughii no solo amplía el conocimiento sobre los hongos araneopatógenos, sino que también plantea interrogantes sobre su impacto ecológico. Su presencia en múltiples taxones de arañas y su aparente capacidad para alterar su comportamiento sugiere que podría desempeñar un papel significativo en la regulación de poblaciones arácnidas en entornos subterráneos. Como reconocimiento a la trayectoria de Sir David Attenborough en la divulgación científica, la nueva especie lleva su nombre, y se suma a otras que fueron bautizadas en su honor. Con la aplicación de nuevas técnicas de muestreo y análisis molecular, es posible que en los próximos años se continúe con la identificación de nuevos ejemplares dentro del género Gibellula, lo que revelaría más detalles sobre su biología y su relación con sus hospedadores.
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