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  • “Los jueces son usados como excusa de errores y explicación de adversidades, pero hay algunos que se esmeran”

    Chajari » Chajari al dia

    Fecha: 31/01/2025 19:43

    Por el Loco del Tablón “Es complicado ser el juez en un partido de fútbol. Y lo es porque cada hincha ve la jugada con la camiseta de sus amores ante los ojos. Todos los silban al juez, nadie lo aplaude a ese tipo que, pito en la boca y corriendo permanentemente, hace lo posible para no equivocarse. Es el mismo que, odiado por todos, debe sacar una tarjeta que según el color puede significar ´cuidado mi viejo´ o bien, como decía Eduardo Galeano, condenar a un jugador al exilio, al menos en ese partido y tal vez de algunos que sigan en la lista. Es complicado ser el juez en un partido de fútbol, como lo es también en la vida. Es que como digo siempre, el fútbol es un reflejo de la vida, es el espejo de la sociedad de la que formamos parte. Y una vez finalizado el partido, los jueces son la excusa de todos los errores y la explicación de todas las adversidades. Claro que hay algunos que se esmeran para que se acuerden mal de su pobre vieja, quien no está dentro de la cancha y jamás fue a un partido de fútbol, pero en un partido más de una vez se acuerdan mal de ella”, dijo el Abuelo. Prendió un cigarrillo soportando sin decir nada el reproche de la Porota, quien le pide que deje ese hábito que le hace daño. Claro que el veterano escucha a su amiga, le agradece y le da la razón, pero a los cinco minutos prende otro cigarrillo. “¿Ven?.. La Porota es un juez. Llega e impone pautas. Yo soy como los hinchas de cualquier equipo: escucho y obro sin razonar. No me voy a enojar con ella porque somos amigos de toda la vida, pero en una cancha de fútbol sí se enojan unos y otros. Pero como decía antes, hay algunos árbitros que se esmeran para que le digan de todo. Fíjense en lo que hizo un juez español hace algunos años. Cristian Nemes es su nombre. Jugaban Los Yébenes San Bruno y el Alcobendas Sport; un partido de tercera división. El Alcobendas empezó ganando, pero después el árbitro hizo de las suyas. Llegó el empate, y tras ello expulsó a un jugador visitantes por una falta que nadie vio. Todos protestaron, pero el juez no cambió en nada. Para colmo, cuando llegaba el final del primer tiempo anuló un gol lícito de la visita. Así que con un jugador menos y un gol mal anulado los hinchas del Alcobendas querían prender fuego al estadio. Pero iban 1-1 a pesar de todo y así llegaron hasta cumplirse los 90 minutos reglamentarios. ¿Qué hizo el juez?… Adicionó tres minutos. Y eso no fue todo, ya que un corner a favor del local terminó con el árbitro marcando gol cuando la pelota no había cruzado la línea de fondo. Lo que se dice comúnmente, un afano… Pero aún hubo más: los dueños de casa festejaban y el árbitro le dio la mano a uno de los jugadores. Allí se desató una batahola que no inmutó al juez: tranquilo el tipo, buscó en su bolsillo, sacó la tarjeta roja y expulsó a otro jugador del equipo visitante… ¡Cosa de locos!”, indicó. Saboreó un mate y dijo sonriente: “Cuando leí esto recordé lo que charlábamos días atrás sobre el partido en el que Guillermo Nimo le regaló un campeonato a Vélez, afanándoselo a River. Fue en 1968. O sea que hace casi 50 años. Nimo, quien después se destacó como comentarista en televisión donde aparecía con una larga boquilla y cerraba su comentario diciendo ´por lo menos, así lo veo yo´, aquél día no vio nada, o hizo como que no vio. Pero lo cierto es que Luis Gallo, jugador de Vélez, salvó a su equipo parando la pelota con su mano. Así fue la historia: jugaban Vélez y River; éste último tenía que ganar para ser campeón y al momento de la ´ceguera´ de Nimo el partido estaba 1-1, así que con el penal la lógica indicaba que River ganaría 2-1 y sería campeón. Increíble… La pelota se metía en el arco hasta que Luis Gallo la sacó como si fuera el arquero, pero era defensor. Todo el mundo pidió penal, pero Nimo dijo que no vio nada y además cobró una falta inventada a favor de Vélez. Nimo dirigió así su último partido. River esperó hasta el 75 para ser campeón. Estuvo 18 años sin serlo”. “Y recuerdo también la de Castrilli en 1976. Copa de Oro en Mar del Plata. Boca enfrentaba a Independiente. La cosa venía mal y no pocos se acordaban de la madre del árbitro. A los 26, Acosta presionó a Desio con infracción, el juez dijo ´siga, siga´ y la pelota terminó en la red. Gol y la bronca subía. El colmo fue cuando Acosta paró un pase con la mano, lo bajaron en el área y el juez marcó penal. Se armó una trifulca que ni les cuento. Los jugadores de Independiente se pararon en la línea para impedir la ejecución y finalmente abandonaron el campo de juego. A los de Avellaneda le dieron por perdido el partido y la Copa fue para Boca. Pero hay otras, por supuesto; aquí y afuera”, indicó el veterano. “Por eso digo que los jueces son la excusa de todos los errores y la explicación de todas las adversidades, pero hay algunos que se esmeran para ocupar ese puesto… Esto sucede en el fútbol, pero también en la vida, y no es raro porque los árbitros, los jueces, los hinchas, los jugadores, los chorros, todos forman parte de la misma sociedad. En cada vereda hay buenos y también hay de los otros… ¿O no es así?”, dijo finalmente.

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