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Valle María » Vallemarianoticias
Fecha: 31/01/2025 17:22
Federico Sturzenegger quiere que compitan con los bienes de capital de fabricación nacional. Ni Cavallo se animó a tanto. El riesgo del lavado de dinero. En un contexto en el que la actividad cayó 10,7%, Javier Milei y el ministro Federico Sturzenegger ponen a la industria al borde del knock out. Avanzan en una medida para permitir la importación de maquinarias usadas para competir con los bienes de capital de fabricación nacional en los sectores agrícola, energético, aparatología de salud, construcción y transporte. El secretario coordinador de Producción, Pablo Lavigne, que responde a Toto Caputo, está estudiando una posible reforma o derogación de la resolución 909/94 que dictó Domingo Cavallo durante la gestión menemista y que prohíbe este tipo de importaciones. Lavigne evalúa los pasos a seguir junto a Maximiliano Fariña, secretario de Transformación del Estado e integrante del equipo de Sturzenegger. Importaciones de chatarra y lavado de dinero La medida en estudio busca eliminar la prohibición y permitir el ingreso de maquinaria usada importada. Cavallo impuso este mecanismo de protección a la fabricación local, al tiempo que impulsaba -junto al cordobés Juan Schiaretti como secretario de Industria- una apertura comercial, con aranceles cero, en la Argentina de los 90. Antes de esta resolución se importaban hasta bicicletas y motos usadas. Muchas de las máquinas que ingresaban eran chatarra, ahí estaba la trampa. El entonces superministro comprobó que la importación libre de bienes usados era un mecanismo que servía para maniobras de elusión al fisco. “Sobrefacturaban lo que importaban y lavaban guita, quién sabe el precio real de un kit importado”, explicóun economista que asesora a la industria. “No se agrega competitividad a la industria importando una máquina usada con diez años de antigüedad”, advirtió. Toto Caputo y la competencia desleal La Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) está desarrollando un plan de control de daños. Le envió una carta a Lavigne para intentar “consensuar los cambios y evitar” que se autoricen este tipo de importaciones de maquinarias usadas. La entidad fabril considera que es “competencia desleal” y advirtió que la industria nacional queda “en desventaja total” ante ingreso al país de maquinaria usada. “Pedimos que no se derogue el régimen, pero estamos para trabajar en posibles cambios que mejoren el sistema”, explicaron fuente de en Adimra y alertaron: “Permitir la importación de bienes de capital usados, desalienta la inversión en tecnología de fabricación nacional, nos pega a las empresas locales y también supone un impacto grave en materia de seguridad y calidad para quienes adquieran estos productos”. El régimen de protección que la administración libertaria busca eliminar contempla también otro conjunto de productos usados (posiciones arancelarias) que, para poder ingresarlos, hay que pagar derecho de importación. Esto implica que se necesita tramitar el Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU) que incluye una consulta, de parte del Estado, a la industria nacional, sobre si se fabrican estos bienes en el país. Empresarios y especialistas que consultados aseguraron que el gobierno mileísta impulsa la importación de bienes usados “porque desconoce a la industria nacional y no tiene quién le explique. Tampoco saben de historia. En los 90 se hizo y fue un desastre, el propio Cavallo frenó la fiesta”. Quién impulsa la importación libre El impulsor de la importación libre es Fariña, el economista cordobés que fue funcionario de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad, pero que en el gobierno anarcocapitalista ya mostró su capacidad de trabajo: ayudó a Martín Menem en el Congreso para juntar los votos de apoyo a la ley Bases y estuvo entre quienes diseñaron el blanqueo de capitales. “Estamos trabajando con Lavigne, para revisar el régimen y para eliminar este esquema y para hacer algo mucho más sensato; y si un productor quiere comprar una cosechadora autopropulsada, con dos o tres años de antigüedad, que no es chatarra, que el Estado no se lo pueda prohibir”, dijo Fariña en declaraciones a Radio Rivadavia. Expertos en desarrollo industrial califican de “un crimen que ya se perpetró” que Argentina resigne su proceso de fabricación de bienes de capital, de máquinas para industrializar sus materias primas, aun cuando se pueda evitar la elusión al fisco y el lavado de dinero. Qué dice la industria nacional La industria nacional soporta una recesión de sus rubros que lleva más de un año con cuatro de cada diez máquinas apagadas y en medio de la apertura comercial que impulsan Javier Milei y Federico Sturzenegger. Ahora la administración libertaria puso al empresariado al borde de un ataque de nervios con su idea de permitir la importación de maquinarias usadas. “Argentina tiene una industria desarrollada y esta es su característica en Latinoamérica, pero resulta que lo vamos a perder por ahorrar comprando bienes usados y con la diferencia de precios nos vamos una semana a Brasil”, dijo con ironía Pablo Rufino, presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinarias y Equipos para la Industria (Cafmei). El empresario que representa al sector petróleo y gas se opone a la medida que estudia la administración libertaria y que hasta ahora prohibida la importación de productos usados para los rubros de maquinaria agrícola, energético, aparatología de salud, construcción y transporte. Tanto Maximiliano Fariña, funcionario del Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, como la industria confirmaron que el gobierno mileísta trabaja en la eliminación de las restricciones para importar bienes de capital usados. “Nunca me pasó en la historia de no vender nada como este año y ahora la situación se agrava aún más con la importación de bienes usados, nos van a hundir aún más, una empresa que cierra no se abre nunca más”, afirmó Rufino y detalló: “En poco tiempo ya no se necesitará importar máquinas usadas, porque nadie va a fabricar nada”. La cadena de valor del oil and gas es histórica en Argentina. Nació con YPF a principios del siglo XX, incluye a 150 empresas y genera más de 100 mil puestos de trabajo. “Instalar una válvula usada en un campo de petróleo o en una refinería es una locura y tiene muchos riesgos. Pasó incluso con codos de caños nuevos brasileños de baja calidad que fallaron en un gasoducto hace muy poco. Vamos a terminar importando chatarra y esto se presta para cualquier tipo de negocios”, advirtió Rufino. “Tenemos una industria de maquinaria agrícola modelo, con grandes inversiones, empleo calificado y tecnológico. Así la van a tirar a la basura, una locura”, lamentó el referente industrial. El presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Enrique Bertini, adelantó que ya se reunieron con asesores del secretario de Coordinación Productiva, Pablo Lavigne, para manifestarle su disconformidad e intentar que la medida no se haga efectiva. “Si entra maquinaria, por ejemplo de Estados Unidos o de Europa del Este, es la ruina de nuestra industria y también rompe el sistema comercial interno del usado que existe en todos los pueblos. La importación de maquinaria ya posibilitó la sobrefacturación y la fuga de divisas en el país”, planteó. El empresario aseguró que si “quieren bajar los precios que adecuen el sistema impositivo y laboral. Tenemos condiciones muy desfavorables para fabricar en Argentina respecto de China u otros países”. La maquinaria agrícola ocupa a más de 30.000 puestos laborales directos. Bertini advirtió también que los bienes usados importados tienen la dificultad “para verificar si quién los adquiere es el consumidor final o si la importación se destina a una actividad de reventa. También está el riesgo de que una máquina usada en otro país puede traer consigo una plaga para nuestros cultivos que no exista en el país”. “La media que impulsa el gobierno libertario muestra una guerra de pobres contra pobres. Los contratistas del campo que no tienen rentabilidad y quieren maquinaria más barata; y nosotros que no podemos vender cosechadoras por la crisis. Es una situación mundial signada por la baja de los precios internacionales de los granos”, graficó el titular de CAFMA. “En principio puede ser bueno que nos permitan acceder a mejor tecnología, pero al mismo tiempo abrieron la importación de productos terminados de países, con menos carga impositiva y otras leyes laborales, que nos compiten directamente”, dijo el empresario del sector pymes que fabrica máquinas para tratamientos de residuos en el interior bonaerense y monta estructuras industriales. “Esta historia ya se vivió. Terminamos todos fundidos. El costo de fabricación de la prensa industrial que hacemos en nuestra empresa, es el precio de venta de la misma prensa en Brasil. Nos dicen que podemos importar la máquina que queramos, pero nuestros costos son altísimos. Hay que cuidar el mercado interno que componen los propios trabajadores que pueden quedar sin trabajo”, advirtió. El empresario pyme detalló que está montando una estructura industrial en el conurbano provincial y reconoció que “le vendría bien comprar una grúa usada específica que ahora tenemos que alquilar”. “Hay que ver cómo implementan la medida y qué van a hacer en Argentina mientras el mundo se desglobaliza y se cierra para proteger el trabajo nacional. Ahí está Donald Trump en Estados Unidos”, ejemplificó. Letra P
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