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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 31/01/2025 08:39
En esta imagen, distribuida por la Guardia Costera de Estados Unidos, se muestran los restos de un avión siniestrado en el río Potomac, cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, el 30 de enero de 2025 en Washington. (Oficial de 2d clase Taylor Bacon, Guardia Costera de Estados Unidos, vía AP) Los equipos de rescate continúan trabajando en la recuperación de víctimas tras la colisión de un avión comercial Bombardier CRJ-700 y un helicóptero militar UH-60 Black Hawk sobre el río Potomac la noche del miércoles, cerca del aeropuerto Reagan de Washington DC. Hasta el momento, han sido recuperados 40 cuerpos de las 67 víctimas fatales, mientras que 14 personas continúan desaparecidas, según fuentes citadas por CNN. Las labores de búsqueda se suspendieron temporalmente durante la noche debido a las difíciles condiciones en la zona del siniestro. Las autoridades han descartado la posibilidad de encontrar sobrevivientes, convirtiendo este siniestro en el accidente aéreo más mortífero en Estados Unidos desde 2001. A pesar de que el fuselaje del avión descansa en aguas poco profundas, los equipos de rescate enfrentan baja visibilidad y lodo espeso, lo que dificulta las operaciones bajo el agua. Butch Hendrick, experto en rescates acuáticos y fundador del programa Lifeguard Systems, explicó a CNN que los buzos avanzan prácticamente a ciegas dentro de la aeronave siniestrada. “Es como leer en braille. La falta de visibilidad extrema obliga a los rescatistas a identificar obstáculos y posibles víctimas solo con el tacto, mientras maniobran entre restos de fuselaje y asientos destrozados,” detalló Hendrick. Botes de la policía y de la Guardia Costera navegan cerca de los restos de un avión y un helicóptero que cayeron al río Potomac, en una toma desde el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington, el jueves 30 de enero de 2025, en Arlington, Virginia. (AP Foto/José Luis Magaña) Además, destacó que el lodo acumulado representa un riesgo constante, ya que puede atrapar objetos y cuerpos, ralentizando la operación. Otro problema es la posible contaminación del agua, debido al derrame de combustible y los restos de la aeronave. Según Hendrick, un factor adicional a considerar es el tipo de cinturones de seguridad en el avión. A diferencia de los automóviles, donde los ocupantes llevan arneses con correas de hombro, en los aviones regionales como el CRJ-700 los cinturones son de cadera, lo que significa que muchos pasajeros pudieron haber salido despedidos de sus asientos tras el impacto. Identificación de víctimas Hasta el momento, entre los fallecidos confirmados se encuentran dos ciudadanos chinos, según informó la Embajada de China en EEUU, así como un padre y su hijo argentino, quienes habían viajado a Washington tras participar en una competencia de patinaje artístico. Entre las víctimas figuran también los patinadores estadounidenses Jinna Han y Spencer Lane, junto con los entrenadores rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, campeones mundiales en 1994 en la modalidad de parejas. Asimismo, se confirmó la muerte de Michael “Mikey” Stovall y Jesse Pitcher, quienes regresaban junto a un grupo de amigos de su viaje anual de caza en Kansas, según informaron sus familias a CNN. El accidente ocurrió el miércoles a las 20:48 hora local (01:48 GMT del jueves), cuando el vuelo N530EA, operado por PSA Airlines, filial regional de American Airlines, se aproximaba al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington tras partir de Wichita, Kansas. En ese momento, colisionó con un helicóptero UH-60 Black Hawk del Ejército de EEUU, que realizaba un vuelo de entrenamiento con tres tripulantes a bordo. El incidente ocurrió durante la noche del miércoles El impacto provocó que ambas aeronaves cayeran en el río Potomac, lo que complicó las labores de rescate desde el primer momento debido a las bajas temperaturas del agua y la corriente del río. Las autoridades han señalado que aún no se han determinado las causas exactas del choque, pero la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha recuperado las cajas negras del avión, incluidas la grabadora de datos de vuelo y la grabadora de voz de la cabina. Estos dispositivos han sido trasladados a un laboratorio ubicado a menos de dos kilómetros del lugar del accidente, donde serán analizados para esclarecer los momentos previos a la colisión. La Administración Federal de Aviación (FAA) también ha iniciado su propia investigación para determinar si hubo fallos en el control del tráfico aéreo, problemas mecánicos o errores humanos en la aproximación del avión al aeropuerto. El Aeropuerto Nacional Ronald Reagan suspendió temporalmente sus operaciones tras el siniestro, pero reabrió el jueves a las 11:00 hora local (16:00 GMT). Mientras tanto, familiares de las víctimas han comenzado a llegar a Washington en busca de información sobre sus seres queridos, mientras equipos de atención psicológica han sido desplegados para brindar apoyo. El impacto de la tragedia ha resonado en la comunidad aérea y militar, dada la importancia del Black Hawk como helicóptero de combate y del CRJ-700 como aeronave comercial regional. Especialistas en seguridad han advertido sobre la necesidad de revisar los protocolos de vuelo en las inmediaciones del aeropuerto, especialmente en relación con la coexistencia de operaciones militares y comerciales en el mismo espacio aéreo. Las operaciones de rescate continúan mientras las autoridades trabajan en la localización de los desaparecidos, en lo que ya es considerado uno de los accidentes aéreos más trágicos en la historia reciente de Estados Unidos. (Con información de EFE)
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