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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/01/2025 22:45
El descubrimiento funciona con objetos pequeños En el mundo de la ciencia, los grandes avances a menudo ocurren por casualidad. Así fue como, en un laboratorio de la Universidad de Tufts, un equipo de investigadores liderado por Marco Lo Presti descubrió accidentalmente un material capaz de formar fibras sintéticas extremadamente adhesivas, evocando las telarañas del icónico superhéroe Spider-Man. Este hallazgo representa un avance en los materiales sintéticos y abre nuevas posibilidades en campos como la biotecnología, la robótica y la exploración remota. Cómo fue el hallazgo para hacer realizar la telaraña de Spider-Man El descubrimiento se produjo cuando Lo Presti, investigador de biotecnología, trabajaba en adhesivos subacuáticos inspirados en la forma en que los mejillones se adhieren a superficies rocosas bajo el agua. Su enfoque inicial era estudiar una combinación de seda y dopamina, materiales conocidos por sus propiedades adhesivas en entornos húmedos. Sin embargo, lo inesperado ocurrió mientras el investigador limpiaba cristalería de laboratorio con acetona. Observó que la sustancia que manipulaba comenzaba a transformarse en finas fibras similares a telarañas. Investigadores de la Universidad de Tufts descubrieron un material sintético inspirado en las telarañas de Spider-Man. (Universidad de Tufts) “Me di cuenta de que se formaba un material parecido a una telaraña en el fondo del vaso”, explicó el científico, según un comunicado de la Universidad de Tufts. Convencido de que había encontrado algo fuera de lo común, compartió su hallazgo con Fiorenzo Omenetto, profesor de ingeniería en Tufts y director del laboratorio Silklab. Omenetto encontró paralelismos con la tecnología ficticia de Spiderman y propuso explorar la posibilidad de crear un adhesivo capaz de capturar objetos a distancia. Cómo funciona la telaraña artificial A partir de esta observación inicial, el equipo del Silklab llevó a cabo una serie de experimentos para perfeccionar la formación de las fibras sintéticas. En primer lugar, refinaron la mezcla base utilizando fibroína de seda —una proteína obtenida de los capullos de polillas de seda japonesas— y dopamina, lo que ya garantizaba una estructura flexible y adhesiva. Posteriormente, desarrollaron un sistema de inyección con una aguja especial que mezclaba la solución de seda y dopamina con acetona en su capa exterior. A medida que la acetona se evaporaba en el aire, la dopamina aceleraba la solidificación del material, permitiendo que la fibra emergiera en el aire y se adhiriera a diversas superficies. Las fibras sintéticas pueden capturar objetos a 35 centímetros y soportar pesos de hasta 20 gramos. (Universidad de Tufts) Para mejorar la resistencia y la adhesión de las fibras, los científicos añadieron quitosano, un material derivado de los exoesqueletos de insectos, y tampón de borato, que multiplicó por 200 la resistencia a la tracción y aumentó 18 veces la capacidad adhesiva del material. El resultado fue una fibra sintética con una capacidad de adhesión extraordinaria, capaz de capturar objetos a distancias de hasta 35 centímetros y levantar pesos de hasta 15 o 20 gramos. Según explicó Lo Presti, durante las pruebas en laboratorio se logró manipular exitosamente desde tubos de ensayo flotando en agua hasta bisturíes parcialmente enterrados en arena, lo que demuestra su versatilidad en distintos entornos. Para qué se puede usar la telaraña sintética A pesar de que la fibra artificial no permite a los humanos columpiarse entre edificios, como en los cómics, su potencial es inmenso. Una de sus aplicaciones más inmediatas podría ser la recuperación de objetos en entornos difíciles, como la extracción de herramientas en espacios reducidos o la recolección de muestras en entornos acuáticos. Investigadores exploran la posibilidad de aplicar estas fibras en medicina y biotecnología. (Sony) El equipo de Silklab también ha considerado su uso en drones para capturar elementos a distancia, lo que podría revolucionar la manera en que se manipulan objetos en lugares inaccesibles para los humanos. Asimismo, el material podría aplicarse en el ámbito médico, facilitando la recuperación de instrumentos quirúrgicos en salas de operaciones o incluso diseñando adhesivos especializados para tejidos biológicos. A pesar del éxito inicial, los investigadores reconocen que la telaraña sintética aún tiene camino por recorrer antes de alcanzar todo su potencial. La seda de araña natural sigue siendo mil veces más resistente que esta fibra artificial, por lo que uno de los objetivos del equipo es mejorar su resistencia sin comprometer su flexibilidad y adhesión. En palabras de Omenetto, el verdadero límite de esta tecnología aún no ha sido definido. “Probablemente podríamos levantar un objeto muy pesado”, sugirió, “pero esa es una de las grandes preguntas: ¿qué podemos levantar? ¿Podemos arrastrar algo a distancia? La seda es muy, muy fuerte, puede levantar pesos increíbles, pero aún estamos explorando hasta dónde podemos llegar”.
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