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Chajari » Chajari al dia
Fecha: 30/01/2025 20:50
Recuperación del patrimonio hispánico guaraní en el corredor del río Uruguay, provincia de Entre Ríos Estudio de las huellas en el territorio. Las construcciones de producción y servicio en el corredor del río Uruguay. Tal la investigación documental realizada en esa investigación, se ha constatado que los territorios de la reducción de Yapeyú y del Colegio Jesuítico de Santa Fe se extendían hasta el delta del Paraná, y que el río Uruguay constituía la columna vertebral de la actividad comercial y de producción de la región. Iniciados los trabajos de investigación y reconocimiento in situ, se identificaron una serie de construcciones con características compartidas, que presentan evidencias materiales referenciadas al periodo de estudio. Estas construcciones, se han localizado en zonas cercanas a antiguos caminos reales de carretas y de postas, sobre una franja de cinco leguas paralela al río, coincidiendo con los pasos del mismo hacia la otra orilla. Los sitios conformarían parte de un sistema de explotación y comercio, que se relaciona con diversas unidades productivas con infraestructura de apoyo como hornos, puertos, diques y molinos hidráulicos. Es posible considerar al conjunto de construcciones presentes en el área de estudio, como integradas en un mismo sistema: aquel que en el período de dominación hispánica era explotado por la organización jesuítico guaraní, en la llamada Provincia Jesuítica del Paraguay. Dentro de esa compleja trama organizativa, el conjunto de construcciones se corresponde con la infraestructura que el Cabildo de Yapeyú (que ejercía la jurisdicción sobre todo ese territorio) levantara a lo largo del río Uruguay para asegurar el transporte fluvial de los bienes producidos en las estancias, pueblos y reducciones, hacia Buenos Aires. Los objetivos del trabajo de investigación realizado sobre los bienes patrimoniales, han sido registrar, analizar y demostrar que gran parte de dichas construcciones pertenecerían al periodo hispánico guaraní como parte de un sistema productivo instalado en la región. El registro y análisis efectuado servirá de soporte para profundizar la investigación emprendida y para realizar una valoración de cada sitio con el fin de definir proyectos de intervención y protección futuros. Evolución de los modos de construir En el transcurso de los siglos, el río Uruguay fue constituyéndose como un vector de urbanización territorial, con una impronta precaria de establecimientos temporales, que fueron consolidándose durante el siglo XVIII, de acuerdo con su evolución como corredor productivo que vinculaba a Buenos Aires con los territorios del norte, con construcciones más sólidas para fortalecer las diferentes escalas productivas. Pese a las dificultades geográficas, las vinculaciones por el río eran más eficaces que las terrestres. Permitían el transporte en barcos de un mayor volumen de mercaderías contando con una menor cantidad de personal a cargo; con el apoyo de la geografía, los ríos se remontaban a contra corriente por medio de sirgas tiradas por animales, por hombres a remo desde las riberas o con la compleja navegación a vela contracorriente. Muy diferente a las posibilidades para la navegación que proporcionaban las corrientes descendentes. Esta intensidad de ocupación da lugar a intensidades territoriales distintas, posibles de verificar a lo largo de la extensión del río en los pasos y embarcaderos. Sobre la costa, en lugares estratégicos por su dominio del paisaje o sus características aptas para fondear los barcos, se realizaba la carga y descarga de mercaderías, y en la margen oriental se llevaba a cabo la explotación de numerosas estancias de ganado. Es marcada la potencialidad de la geografía para condicionar el hábitat, y es la sistematización hispánico guaraní, la que aprovecha dichas condiciones buscando los mejores sitios; ocupando las cuencas fluviales y seleccionando cuidadosamente las características de los asentamientos, buscando puntos altos de clima benigno, con fácil accesibilidad y defensa, abastecidos de agua y madera. Así los jesuitas iban agrupando a las diversas parcialidades indígenas (Gutiérrez R. 1987). Tanto en la ocupación del territorio como en el reconocimiento de distintos modos de construir y habitar, es posible definir cinco instancias de ocupación aplicables al área de estudio. Etapa de las culturas originarias. Protagonismo indígena. Los guaraníes constituían un pueblo que provenía del área amazónica, desde la cual se habían desplazado en época remota. Formaban pequeñas comunidades y vivían dispersos en aldeas aisladas e independientes, ubicadas sobre el curso de los ríos. Dichas aldeas estaban formadas por casas comunales, alargadas, en las cuales convivían varias familias; en el interior de las mismas colgaban sus hamacas y guardaban sus enseres domésticos (Maeder E., Poenitz A. 2006). Por su condición de construcciones efímeras, hoy las evidencias son posibles de rescatar solo desde los estudios arqueológicos. Calera Colombo. Etapa jesuítico guaraní Teniendo en cuenta que la ocupación jesuítico guaraní de la franja costera del río Uruguay que nos ocupa fue posible gracias al crecimiento económico de todo el sistema jesuítico, tomamos para su descripción general, al sistema consolidado en su última etapa de ocupación. Respecto a las construcciones, si bien todos los pueblos tenían un buen número de casas para las familias, fue necesario mejorarlas, dotándolas de materiales durables. Con el tiempo llegaron los edificios de gran porte, construidos en piedras y ladrillos. La perdurabilidad de esos materiales permitió su mejor conservación y evitó las constantes reparaciones. Aún cuando en el siglo XVIII se generaliza la utilización de las mamposterías, la estructura portante continuó siendo de robustos pilares de maderas duras (urunday/quebracho, tajibo) hasta que el hallazgo de caleras permitió contar con argamasas resistentes y alteró las propuestas tecnológicas (Gutiérrez R. 1987). “Todos los pueblos están construidos con el mismo plan. Las calles son rectas, de diez y seis a diez y ocho varas de ancho. No hay casa ni manzana con su corredor de tres o más varas de ancho, de modo que, aunque llueva, se puede caminar por cualquier lado alrededor de las casas. Iguales son todas las casas de los indios en altura y en anchura, la cual es de siete varas en cuadro, dentro de los cuales están separados los dormitorios por medio de esteras o cueros. El lecho no lo tienen sobre tablas, sino colgado. Llámanlo hamaca, y es de cuatro o cinco varas de largo y dos de ancho. […] Abandonados a sí mismos, con una choza de cinco varas se contentan: y así lo hacen en el campo, porque, además de las casas del pueblo, tienen sus habitaciones en el campo para cuidar de las sementeras. En los pueblos, unas casas son de piedra, otras de ladrillo, y en el pueblo de Trinidad de piedras talladas y labradas.” (J.Cardiel S.J.) Etapa Junta de Temporalidades Se evidencia un proceso de reocupación del territorio por el español y el criollo. “En poco menos de ochenta años no quedaban en las misiones jesuíticas más que pálidos vestigios de pueblos que habían alcanzado los mayores rangos de expresión social y cultural de la región.” (Gutiérrez R. 1987). Se verifica el uso y la refuncionalización de las construcciones existentes para dar lugar a nuevas instalaciones, generando una superposición de edificaciones, de distintos períodos y diversos usos. Muestra de ello son las distintas instancias que se verifican en el dique Molino Jaquet, que se evidencia como fuerte testimonio de los molinos hidráulicos propios del siglo XVIII, con instalaciones asociadas a la producción de granos y lanas y la demanda de harinas para consumo de la población, y al mismo tiempo, con una superposición estratigráfica de distintas instancias constructivas. Etapa inmigratoria Las corrientes inmigratorias toman posesión del territorio con un bagaje cultural propio, que se evidencia en el modo de habitar así como en las tecnologías constructivas implementadas. Desde mediados del siglo XIX la localización en la Argentina y Brasil de colonias de agricultores europeos encontró en la región de las misiones, potenciales centros de interés y algunos poblados se alzaron sobre las ruinas de los antiguos asentamientos. Dos casos claves en esta instancia lo representan; Casa Richard correspondiente a la primera inmigración, Calera Colombo y Molino Forclaz a la segunda, donde se manifiesta la impronta cultural europea. Etapa contemporánea A partir de 1930, los sitios son transformados por nuevos usos y modos de explotación, como es el caso de la calera El Palmar, uno de los sitios emblemáticos testimoniales de esta etapa donde conviven construcciones de diferentes períodos de ocupación Fuentes: Publicado por Sergio Hernán Stegman del Grupo de Facebook “Tal día como hoy”. Biblioteca CFI – Entre Ríos Recuperación del patrimonio hispánico guaraní en el corredor del río Uruguay, provincia de Entre Ríos
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