31/01/2025 00:06
31/01/2025 00:05
31/01/2025 00:05
31/01/2025 00:04
31/01/2025 00:04
31/01/2025 00:04
31/01/2025 00:03
31/01/2025 00:03
31/01/2025 00:03
31/01/2025 00:03
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/01/2025 18:34
América Latina sigue atrapada en un modelo extractivista mientras el mundo avanza en valor agregado, dijo la ssecretaria de UNCTAD, Rebeca Grynspan, en la conversación con Christian Asinelli, de CAF. (Desde Ciudad de Panamá) Mientras buena parte de los países del mundo se esfuerzan por avanzar en la cadena de valor de sus productos y organizarse en bloques económicos, en América Latina aún “se sigue dependiendo en gran medida de la exportación de commodities (materias primas)” y “no se aprovecha su mercado interno”, diagnosticó Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Sus declaraciones se dieron en conversación con Christian Asinelli, vicepresidente corporativo de Programación Estratégica de CAF, durante el Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe 2025. Esa disonancia, agregó la economista y exvicepresidenta de Costa Rica, no es una originalidad admirable, un hallazgo de la región; al contrario, es uno de los factores que se destaca en el diagnóstico de por qué países con tanto potencial no consiguen crecer. El tema, central en la primera reunión anual que organiza el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), se discutió también en el panel de expertos “Perspectivas económicas de América Latina y el Caribe en 2025”. El contexto dista de ser ideal, tras cambios importantes en la economía global. “A principios de este siglo, el comercio fue el motor de crecimiento del mundo“, recordó dijo Grynspan, pero eso es agua pasada. “En estos momentos el comercio crece igual o por debajo de la economía mundial“. La primera mujer y la primera centroamericana en ocupar la Secretaría General de UNCTAD preguntó lo evidente: “¿De dónde van a venir las fuentes de crecimiento?”. Con optimismo, a pesar de todo, se respondió: “Para recuperar la senda del crecimiento hay que recuperar los motores de la inversión y el comercio”. Rebeca Grynspan, economista y ex vicepresidenta de Costa Rica, enfatizó en el Foro Económico CAF 2025 que América Latina debe reducir su dependencia de las commodities y fortalecer el comercio regional para crecer. Infraestructura, educación y digitalización Por ejemplo, Grynspan identificó: “Lo que está creciendo más en el comercio internacional son los servicios, los bienes verdes, el e-commerce y la energía renovable”. Estos sectores tienen más dinamismo que el comercio de bienes tradicionales y, en su opinión, están hechos a medida para que América Latina se inserte con éxito. Incluso partiendo de las commodities, “uno de los grandes impulsores del crecimiento es todo el cambio hacia la energía renovable”, señaló. América Latina puede fortalecer su posición en la cadena de valor de energías limpias, propuso. “La política industrial ha cambiado; ahora la clave es el valor agregado en todo lo que hacemos”, afirmó. La idea sería, en palabras ordinarias: en vez de vender el litio, producir baterías de litio y venderlas. Grynspan coincidió con muchos de los oradores en que América Latina tiene un problema persistente de baja productividad, lo que la deja incapacitada para competir con Asia. “También necesitamos invertir en educación y desarrollo de habilidades más allá de la formación tradicional”, dijo. Con respecto a la integración regional, puso como ejemplo lo que está haciendo África con la creación del African Continental Free Trade Area (AfCFTA): “Tenemos que fortalecer nuestras conexiones dentro de la región y aprovechar mejor nuestro mercado”, remarcó. No es sólo un asunto de firmas de papelerío entre los estados: “La integración no puede ser solo una agenda política; el sector privado tiene un rol clave en generar inversión y crear nuevas oportunidades de crecimiento dentro de la región”, concluyó. Por último, a las recomendaciones sobre infraestructura y educación, Grynspan agregó una más sobre digitalización: si bien América Latina tiene una alta penetración de internet, su uso está más vinculado al consumo que a la productividad. “No podemos conformarnos con ser grandes usuarios de plataformas digitales”, dijo la secretaria general de UNCTAD. “Necesitamos aplicar la digitalización en la estructura productiva”. En particular, aconsejó que se fomenten políticas que faciliten el acceso a herramientas digitales para las empresas pequeñas y medianas. En su aporte al tema del Foro Económico CAF 2025, "¿Cómo retomar la senda del crecimiento?", Rebeca Grynspan dijo que la región debe apostar por bienes verdes, e-commerce y energías renovables. En un momento de muchos cambios, América Latina tiene el potencial para dar un salto en su desarrollo económico, pero si se centra en estrategias de valor agregado en lugar de replicar, con otros bienes, los modelos de un siglo atrás, cuando la región brindaba al mundo cacao, azúcar o trigo. “Si nos quedamos en la exportación de materias primas sin transformar nuestra estructura productiva, estaremos perdiendo oportunidades”, cerró Grynspan. La región del mundo con menos crecimiento “El crecimiento previsto para América Latina este año es 2,5%, lo cual es más que el año pasado, que fue en 1,9%, pero menos que el promedio mundial, que está en 3,3%, y muy a la cola de otras regiones a las que no tiene nada que envidiar en potencial económico, de recursos humanos ni de recursos naturales”, dijo Pepa Bueno, directora del diario El País, de España, y moderadora del panel sobre el diagnóstico de la economía de la región. El paciente, parece, le pareció en bastante mala salud general. En la conversación sobre “Perspectivas económicas de América Latina y el Caribe en 2025”, realizado en el Centro de Convenciones de Panamá como parte del primer Foro Económico CAF, participaron Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe; Felipe Larraín, exministro de Hacienda de Chile; José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, y Verónica Frisancho, gerenta de Conocimiento del CAF. (Desde la Izq.) Pepa Bueno, directora de El País, coordinó el panel en el que participaron Felipe Larraín, exministro de Hacienda de Chile; Verónica Frisancho, gerenta de Conocimiento del CAF; José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, y Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Ninguna de sus segundas opiniones fue distinta. La región se mantiene en un crecimiento bajo, con factores internos y externos que la atan y, ay, no la sueltan. “Es una trampa a la que llamamos baja capacidad para crecer”, dijo Salazar-Xirinachs sobre la pérdida de dinamismo en la economía latinoamericana. “Hemos terminado la segunda década perdida en 2020, que así le pusimos por la famosa década perdida de los 80, con sólo el 0,9% de crecimiento. En los 50, 60 y 70 fue del 5,7%. El experto de CEPAL agregó: “Es una región con un enorme potencial, pero seguimos atrapados en un crecimiento bajo y en problemas estructurales que no hemos resuelto”. Para Jaramillo lo más grave de esas cuestiones son sus efectos directos en la vida de los latinoamericanos. “El crecimiento de América Latina se ha desacelerado drásticamente. Si no crecemos, no vamos a reducir la pobreza ni a atacar problemas serios como la desigualdad”, advirtió. Tasas de interés prohibitivas Crecer es difícil cuando el dinero es carísimo. Frisancho explicó que, aunque en 2024 se inició un proceso de normalización en las tasas de interés que fija la Reserva Federal estadounidense, elevadas para combatir la inflación, “se espera que para este año haya cierta estabilidad a niveles todavía altos”. Felipe Larraín advirió que la confrontación entre Estados Unidos y China afectará a América Latina, aunque parezca distante. Uno de los principales efectos de este escenario es el encarecimiento del financiamiento para América Latina, algo que conocen los consumidores tanto como los gobierno o los empresarios. Uno de sus efectos es la restricción del financiamiento. “Con tasas de interés prohibitivas, que se suman a situaciones de riesgo país alto en algunos lugares puntuales, el financiamiento interno se vea más limitado”, resumió Frisancho. Otro es la migración del capital a mejores destinos, en particular porque “todavía no hemos llegado al target de inflación en todos los países”, como apuntó la experta de CAF. Y, por supuesto, “las tasas más altas en Estados Unidos y en Europa obviamente reducen la actividad económica, el crecimiento y la inversión, lo cual va a tener repercusiones a nivel de exportaciones”. Su perspectiva, sin embargo, es optimista: si se aprovechan bien las condiciones actuales, se podría “generar una reconfiguración estructural de los sectores productivos de la región”. Para eso hay que “ver el escenario desafiante como una oportunidad de priorización en las inversiones”, distinguió. EE. UU. vs. China: ¿qué le hace a América Latina? Larraín subrayó que las condiciones externas también juegan un papel clave. “Uno podría hablar de muchos riesgos geopolíticos hoy día. Riesgos que vienen de la guerra Rusia-Ucrania, de los problemas del Medio Oriente. Lo más probable es que la confrontación [de Estados Unidos] no sea con nosotros, sino con China”, analizó. “Y en esa confrontación, el más probable perdedor es China”. Las tasas de interés altas, la limitación consecuente del financiamiento y la falta de inversión son factores que frenan el desarrollo económico latinoamericano, coincidieron los expertos. Eso, por más distante que parezca —“de acá a la China”, dicen los argentinos para indicar que algo es enorme, seguro— tendría impacto en América Latina. “China es el principal demandante de commodities”, agregó el exfuncionario chileno. Cualquier reducción en la demanda china afectaría a la región. “No es una buena noticia para América Latina. Con eso también se deprecian nuestras monedas. Entonces ahí tenemos un impacto directo”, alertó Larraín. De manera similar, un aumento del proteccionismo en Estados Unidos, que es lo que promete el flamante mandatario 47, quien también fue 45, Donald Trump, podría también generar efectos negativos en América Latina. “Si uno juzga por el programa de gobierno, por las declaraciones del presidente, terminaríamos con una tasa de aranceles de importación mayor que la que tuvo Estados Unidos en el peor momento, en medio de la depresión de los años 30”, recordó. Si le tocara ver el vaso medio lleno, Larraín diría que la pelea entre los gigantes abriría una oportunidad para el nearshoring, la relocalización de empresas en regiones más cercanas a Estados Unidos, léase los vecinos del sur. Según un estudio del BID, eso podría generar unos USD 78.000 millones más de exportaciones en América Latina. La mitad, claro, para México. Pero también —analizó el exministro, en un ranking con indicadores de logística, capital humano, Estado de derecho— Uruguay, Chile, Costa Rica, Brasil y Panamá.
Ver noticia original