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  • Síndrome del niño zarandeado: qué es la principal hipótesis sobre lo ocurrido a Alma, la hija de Anabel Pantoja y David Rodríguez

    » Diario Cordoba

    Fecha: 30/01/2025 17:33

    El medio Informalia ha dado a conocer la útima hora sobre la salud de Alma, la hija de Anabel Pantoja y David Rodríguez. Según el citado medio, la principal hipótesis que consta en el documento judicial es que la pequeña podría haber sufrido lesiones debido a un posible síndrome del niño zarandeado o síndrome de Shake baby. Qué es el síndrome del niño zarandeado Este síndrome tiene efectos devastadores sobre el sistema nervioso central de los lactantes. La patología es característica por la presencia de lesiones cerebrales provocadas por sacudidas violentas de la cabeza de un niño, lo que produce un conjunto de alteraciones clínicas y patológicas. Según el artículo 'El síndrome del niño sacudido Shaken baby syndrome' publicado en Cuadernos de Medicina Forense, el síndrome fue inicialmente descrito por el radiólogo infantil J. Caffey en 1972, quien asoció la presencia de hemorragias retinianas y subdurales en niños con la falta de un traumatismo externo evidente, sugiriendo que este tipo de lesiones debían ser un indicador claro de maltrato. El mecanismo de producción del síndrome es relativamente sencillo: al zarandear a un niño, especialmente cuando es un lactante, la cabeza recibe aceleraciones y desaceleraciones rápidas que no puede soportar debido a su inmadurez física. Esto provoca un daño en su cerebro, a menudo con consecuencias fatales. La cabeza de un niño pequeño, que es desproporcionadamente grande en relación con el resto de su cuerpo, no está lo suficientemente sujeta por la musculatura del cuello, lo que hace que sea especialmente vulnerable a las sacudidas. En términos de los síntomas más comunes, los niños afectados por el síndrome suelen presentar crisis epilépticas en entre el 40% y el 70% de los casos, según indican los estudios médicos. Además, son frecuentes los episodios de irritabilidad, letargia, pérdida de apetito, vómitos y alteraciones respiratorias. En muchos casos, se observa una pérdida de conciencia y, a veces, apnea. Uno de los signos más característicos es la presencia de hemorragias retinianas, que se encuentran en el 80% de los casos. Esto puede ser un indicio clave para los profesionales médicos que sospechan que un niño podría estar sufriendo de este síndrome, como se explica en el artículo citado. De acuerdo con el mismo artículo "la historia clínica nos suele presentar un lactante con llanto incontrolado, inconsolable, al que una persona joven sostiene por el tórax y lo sacude bruscamente para que se calme". Este tipo de agresión produce el conocido "mecanismo de aceleración-desaceleración de la cabeza", que es el responsable de las fracturas paravertebrales, hemorragias intracraneales y lesiones oculares que se observan en los niños afectados. El diagnóstico del síndrome del niño zarandeado es sumamente complejo, ya que sus síntomas son inespecíficos. A menudo, el cuadro clínico puede confundirse con otras afecciones, lo que requiere la realización de exámenes complementarios como ecografías transfontanelares, TAC o resonancias magnéticas para confirmar la presencia de daños cerebrales y hemorragias. En casos más avanzados, se pueden observar signos claros de sufrimiento cerebral y daño neuronal.

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