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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/01/2025 12:56
Dune: Awakening, de Funcom. Si hay algo que los libros y las películas de Dune nos dejan en claro, es que sobrevivir al mundo desértico de Arrakis es realmente duro. La falta de agua, el calor abrasador y, por supuesto, los implacables gusanos de arena, son tan sólo algunos de los problemas a los que Paul Atreides tuvo que hacer frente en su periplo. En Dune: Awakening, Funcom pretende plasmar todo ello en una experiencia jugable que añade un elemento clave que puede convertir a nuestra estadía por las interminables hectáreas de arena y especia que cubren la superficie del mítico planeta, en un paseo por el parque o en una visita al mismísimo infierno. Estoy hablando de otros jugadores. A diferencia de Dune II (1992) o de Frank Herbert ‘s Dune (2001), Funcom plantea un MMO de supervivencia con elementos RPG donde asumimos el papel de un prisionero enviado a Arrakis para descubrir el misterio detrás de la desaparición de los Fremen. Sin embargo, lo más interesante de todo esto, es que Dune: Awakening propone un universo alternativo muy diferente al que podemos ver en los filmes o la saga literaria. Aquí, Paul Atreides nunca nació, Lady Jessica dió luz a una niña, y el Duque Leto Atreides lleva más de 15 años luchando contra los Harkonnen por hacerse con el control de la especia. Estableciendo este contexto, el estudio noruego se permite explorar otras facetas de este universo y de aquellos personajes que, por diversos motivos, mueren de forma prematura. De este modo, tampoco están obligados a seguir la línea temporal de las películas, algo que sin lugar a dudas, habría supuesto demasiadas barreras en términos de creatividad. La idea es que nosotros como jugadores, tomemos un papel determinante en el destino de Arrakis a través de la política y del poderío militar. Dicho de otro modo, podremos convertirnos en nuestras propias versiones de Leto Atreides o de Vladimir Harkonnen. Dune: Awakening, de Funcom. La jugabilidad de Dune: Awakening se sostiene sobre diferentes pilares como lo son la supervivencia, el combate, la política, la exploración y el roleo. Cada una de estas columnas tiene por objetivo ofrecer a los jugadores un acercamiento particular y único al mundo de juego. Es decir, si bien se trata de un MMO no vamos a estar necesariamente obligados a colaborar con otros jugadores. No obstante, si la vamos de lobo solitario, posiblemente quedemos excluidos de algunas actividades, además de que podemos convertirnos en el blanco de los ataques de un clan en busca de recursos o de agenciarse con ese Ornithopter que tanto nos costó construir. Por supuesto, todo esto está estrechamente relacionado a la progresión, la cual se divide en cuatro fases. La primera es la de supervivencia, que se extiende a lo largo de las 10 primeras horas de juego. Aquí es donde conocemos el mundo, aprendemos a obtener agua, a luchar, y a fabricar nuestras primeras armas, armaduras y una base en la que refugiarnos. Luego tenemos la fase de protección (10 a 30 horas de juego), donde aún podemos seguir jugando sólos, pero buscando los recursos necesarios para acceder a equipamiento más poderoso que nos permita disuadir a otros jugadores de asaltar nuestra base. Entre las 30 y 100 horas en Arrakis, habremos accedido a la fase de expansión, donde vamos a tener que colaborar con otros usuarios, no sólo para erigir fortalezas inexpugnables, sino para acceder a las zonas PvP y llevar a cabo operaciones de cosecha de especia. Finalmente, tendremos la etapa de control (endgame) donde entrará en juego la política y el control territorial. Todo esto, habla de un juego muy robusto en términos de progresión, donde la supervivencia se convertirá en la menor de nuestras preocupaciones. El juego contará con un mapa 9 veces más grande que el de Conan Exiles y la posibilidad de albergar hasta 200 jugadores, abriendo un amplio espectro de intrigas políticas, disputas territoriales y combates a gran escala. Y todo en medio del desierto, con el peligro inminente de que aparezca un gusano de arena, devorándolo todo y a todos. Dune: Awakening, de Funcom. Un detalle que cabe destacar, es que prácticamente todo lo comentado es potencial. Es decir, esto es lo que Funcom promete ofrecer (y de seguro ofrecerá) puesto que están poniendo mucho esfuerzo en el desarrollo del título. En mi paso por Oslo, además de probar el juego, también tuve la oportunidad de visitar el estudio y ver de primera mano cómo se trabaja, el empeño que cada departamento está poniendo para sacar adelante un juego lo más pulido posible, y la pasión con la que cada integrante del equipo habla del título. Por supuesto, esto no significa que, de repente, Dune: Awakening no esté a la altura de las expectativas, pero puedo asegurar que sus responsables están poniendo lo mejor de sí para entregar un videojuego que haga justicia a la obra de Frank Herbert. Mi experiencia con el juego me dejó sensaciones buenas, aunque también algunas incógnitas (por no decir preocupaciones). En las 7 horas que pasé deambulando por Arrakis, pude experimentar con prácticamente todas las mecánicas inherentes a la fase de supervivencia del juego. Construí una base, tuve encuentros PvP, conseguí nuevas habilidades para mi personaje, fabriqué una moto con orugas para moverme más rápido por el desierto, accedí a un par de ‘dungeons’, y hasta fuí engullido por un gusano de arena. Puede que no parezca demasiado, pero teniendo en cuenta que se trata del comienzo de la aventura, podría decir que es tan sólo la punta del iceberg. Antes de comenzar a jugar, tuve que crear mi personaje. Las opciones de personalización son realmente generosas, pudiendo modificar muchísimos aspectos estéticos. También fue necesario escoger una clase y trasfondo, algo que me dió acceso a opciones de diálogo específicas. En mi caso, me decanté por la clase Trooper, dado que era la más versátil en el combate y el manejo de armas a distancia. De todos modos, por lo que pude ver, el resto de clases -al menos en principio- lucen bastante similares. Estimo que las diferencias han de comenzar a hacerse más evidentes llegada la segunda o tercera fase de progresión. Dune: Awakening, de Funcom. La naturaleza de cualquier juego de supervivencia consiste en comenzar sin nada y aquí no estamos frente a la excepción a la regla. Los primeros pasos consisten en recolectar hierbas, chatarra, piedras y metal, con el fin de fabricar diversos objetos. A decir verdad, caminar por el desierto llevando a cabo dicha tarea no se antoja como lo más divertido del mundo. En mi caso, pasaron al menos un par de horas hasta que conseguí algo de equipamiento decente como para largarme a explorar el desierto, puesto que los NPC enemigos son bastante letales, muy a pesar de que no cuentan con la mejor inteligencia artificial. A diferencia de otros exponentes del género, Dune: Awakening es bastante accesible. Aquí el único elemento de supervivencia al que se debe prestar atención es a la falta de agua. Por lo demás, no hace falta preocuparse por gestionar barritas de sueño o alimentación, o tan siquiera estar preocupados porque llegue el invierno o caiga la noche. Tampoco vamos a tener que fabricar hachas para cortar árboles -ya que no existen en Arrakis- o picos para minar piedras u otros minerales, sino que contamos con una herramienta que dispara una suerte de láser para llevar a cabo dicha tarea. Como resultado, el juego se siente menos complejo que propuestas como Don’t Starve, Rust, o el propio Conan Exiles. El combate en sí, es simple pero funcional. Al comienzo tan sólo contaba con un cuchillo, aunque conforme las horas fueron pasando conseguí hacerme con una especie de carabina bastante potente. La mecánica de pelea cuerpo a cuerpo ofrece pocas variantes: ataques ligeros, y la posibilidad de evitar golpes ya sea mediante desvíos o esquivas. En este sentido, lo más satisfactorio es atravesar los escudos con las slow blade, del mismo modo que Paul Atreides o Duncan Idaho lo hacen en las películas. Por otra parte, el uso de las armas de fuego implica ponerse a cubierto y alternar entre escopetas de corta o rifles de francotirador según la situación lo amerite. Dune: Awakening, de Funcom. Un aspecto interesante en este sentido es el uso de la especia. Eventualmente, nuestro personaje podrá consumir dicha sustancia para potenciar sus habilidades y el enfriamiento de las mismas, aumentar la salud, y poder ver el tipo de enemigo que tenemos enfrente. El detalle es que, conforme más consumimos, comienzan a manifestarse apariciones y cosas que -se supone- no deberían estar ahí. No tengo intenciones de hacer spoilers de esta suerte de viaje psicotrópico, dado que lo ideal es experimentarlo por cuenta propia. La mecánica de construcción de bases es bastante buena, dado que es prácticamente similar a la de Conan Exiles. Al igual que en dicho juego, podemos elegir todo tipo de piezas estructurales con la que dar forma a nuestro refugio, los cuales se pueden erigir prácticamente en cualquier parte del mapa. De más está decir que construir una base en solitario, puede tomar mucho tiempo dada la cantidad de maquinaria necesaria para procesar recursos o construir mejores armas y armaduras. Lo ideal es colaborar con otros jugadores para ahorrar trabajo, especializarse en diferentes áreas y construir una fortaleza inexpugnable. Lamentablemente, esto no es algo que sucedió en mi partida y me las tuve que arreglar en solitario. A la hora de explorar el mapa, el peligro más evidente es el gusano de arena. Se trata de una amenaza constante que puede aparecer de imprevisto cuando menos lo esperamos. Por supuesto, no es de un momento a otro, sino que aparece un indicador que muestra la actividad de la colosal criatura y que tan cerca se encuentra de nuestra posición. Ahora, si decidimos ignorar dicha advertencia y seguir vagando por ahí como si nada sucediera, lo más probable es que terminemos siendo devorados. Esto es algo que -definitivamente- no vamos a querer porque lo perderemos absolutamente todo y no vamos a poder recuperarlo. Da igual si se trata de nuestras pertenencias o de un vehículo, el gusano terminará con todo. Dune: Awakening, de Funcom. Dune: Awakening es una interesante aproximación al universo creado por Frank Herbert, pero desde un género completamente ajeno a la estrategia en tiempo real. Claro está que lo que pude probar es una beta a la que todavía le falta trabajo y de ahí que me haya quedado con algunas dudas. Por ejemplo, el sistema de combate promete ofrecer muchas posibilidades gracias al uso de la especia y a los dispositivos de suspensión que nos permiten levitar. Aún así, esto es algo que apenas tuvo impacto en mi partida, por lo que no me quedó más que imaginar el potencial de todo ello gracias a un video de una partida avanzada que nos enseñó la gente de Funcom. Otro aspecto que no terminó de cerrarme fue el hecho de que todo lo que puede ver es desierto y más desierto. A ver, entiendo que Arrakis es así, pero eso no quita el hecho de que los entornos se sienten muy similares entre sí. En este sentido, el equipo de desarrollo me anticipó que el juego contará con otros escenarios e incluso diferentes planetas para visitar. Tampoco pude ver cómo se desarrollan las operaciones de obtención de especia, más allá de un pequeño anticipo donde un Ornithopter llevaba una cosechadora al ‘Desierto Profundo’, zona en que confluyen todos los servidores del juego y, por ende, donde se llevarán a cabo la mayoría de los conflictos PvP. Si bien 7 horas fueron suficientes como para darme un claro pantallazo de que podemos esperar de Dune: Awakening, todavía queda mucho por ver. Aún así, considero que Funcom tiene entre manos una propuesta que ofrecerá una aproximación muy diferente al universo Dune, alejada de la zona de confort que significó la estrategia en tiempo real para la IP hasta ahora. Creo que tanto aquellos que decidan darle una oportunidad por la franquicia de la que se trata, como los jugadores más hardcore del género, encontrarán aquí un videojuego tan accesible como profundo, respectivamente. Y como detalle adicional, sus responsables nos confirmaron que el lanzamiento no será en Early Access, sino que recibiremos la versión 1.0. Ahora sólo resta esperar la fecha en la que comenzará la batalla por la especia y por tomar el control de Arrakis.
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