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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 29/01/2025 18:41
El presidente Javier Milei ha vuelto a ser noticia y no por inaugurar una escuela o alguna industria que genere trabajo, sino por su violencia en escalada y sin límite alguno. ¿Cuándo fue que pasamos de figuras presidenciales que daban conferencias de prensa día de por medio para anunciar obras, inversiones y ampliación de derechos, a un presidente que amenaza por X y putea al propio pueblo que debe gobernar? ¿Se entiende? La persona que debe garantizar la paz social, que debe generar condiciones para que la gente que habita suelo argentino esté cuidada, el Presidente elegido por la mayoría amenaza de manera escandalosa a todo aquel que piense diferente englobándolo en la categoría de zurdo. Es el mismo que dispone de todo el aparato del Estado para poder materializar sus amenazas. La cosa es seria y muy grave. Naturalizar esto y volverlo parte de lo cotidiano, lo "normal" nos lleva por un camino de violencias que se ejercen desde la subordinación de quién tiene todos los recursos disponibles para ejecutar estas amenazas. El Estado que debe cuidarnos, pero hoy nos amenaza. Luego de que se conociera el saludo nazi del magnate Elon Musk (amigo del Presidente y funcionario de Trump) y fuera repudiado socialmente, Milei enojado a través de las redes amenaza: "Tiemblen zurdos hijos de mil putas, los vamos a buscar hasta el último rincón del mundo". Es increíble que nos gobierne alguien así. Y como quien no quiere la cosa va dando pasos. Primero advierte y nos pone a prueba, si pasa, pasa... Y del dicho al hecho ¿cuánto trecho hay? Nuestro país tiene una historia reciente con heridas que aún no cierran, una democracia que tambalea debe ponernos en alerta. En la conferencia en Davos, protagonizó un vergonzoso discurso con el odio y el negacionismo que lo caracterizan. En el Foro Económico Mundial no habló de economía y se dedicó a atacar al movimiento LGBTI, ambientalistas, mujeres y migrantes. Mientras el país se desarma en la miseria y la pobreza es cada vez más palpable, en una serie de afirmaciones falsas y tergiversadas, Milei trató de pedófilos a los gays, culpó a las mujeres y nuestras luchas por la baja de natalidad en el mundo y mintió sobre datos inventados que no se sustentan en teoría alguna. Atacó al feminismo de manera desaforada en línea con lo que viene haciendo desde su campaña, esta vez con absurdas comparaciones sobre el varón plomero, o las cárceles llenas de varones. La antesala a su proyecto de eliminar la figura de femicidio como agravante en el delito desconociendo las estadísticas como evidencia que desnudan la realidad que venimos denunciando: ¡Nos matan por ser mujeres! Así y ante los ojos del mundo donde ya hay discusiones saldadas, el Presidente vuelve a montar un show para tratar de ponerse primero en la fila de Donald Trump liderando su club de fans y junto a Elon Musk van consolidando el proceso neofascista que pretenden instaurar desde las democracias: legitimar a través del voto ideas y prácticas oscuras y peligrosas que increíblemente vuelven a aparecer. Adoctrinar a través del terror para seguir enriqueciendo de manera desmesurada al poder real, al mismo puñado que en el medio de toda crisis económica aumentan sus riquezas obscenamente profundizando la pobreza y la miseria del mundo del que se creen dueños. Si no logramos tomar conciencia (y actuar) de lo que está frente a nosotros, será demasiado tarde. Cuando no existan más leyes que nos protejan, será demasiado tarde. Cuando no me pase primero a mí, pero si al de al lado, será demasiado tarde hasta que me pase a mí también. En otro momento de la historia, con otras herramientas, pero con el mismo fin, avanza la extrema derecha y solamente el pueblo organizado la puede frenar. En el país de Milei no hay lugar para mujeres, gays, lesbianas, trans, travestis, migrantes, pobres, zurdos, personas con discapacidad, trabajadores, sindicalistas, ambientalistas y la lista sigue. Porque en el país de quienes concentran toda la riqueza, sobramos las mayorías.
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