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  • Postales de la segunda noche del Carnaval más pasional del País en Concordia

    Concordia » Diario Del Sur Digital

    Fecha: 29/01/2025 02:52

    Por Tomás Ferrer (*) Como anticipé en la anterior columna, el espectáculo estaba garantizado, y el ÉXITO (logros), volvió desde el aporte de los protagonistas: Comparsas con sus puestas en escena prácticamente en un 100% y una energía contundente las 4, por otro lado, el éxito que depende del público en general, que hace su aporte al espectáculo, y no existiría gracias a ellos: COMPARSAS Y PÚBLICO… pero el término “EXIT” (salida), sigue sumando “socios”. Esta noche más que público, intenté ser un espectador, y a continuación explico la diferencia entre público, espectador, o testigo: Público es aquel que se acerca porque simpatiza con lo que va a ver, sea o no de su mayor interés, decide ir entre otras propuestas, y le da lo mismo haber estado o no. Espectadores los podríamos asociar a quienes observan con más detenimiento, o entienden más sobre los que optan por ir a ver. Y testigos, son quienes van también, por ser público o espectadores, pero sobre todo por ser parte del evento-espectáculo cumpliendo un rol externo (organización, seguridad, mozos, prensa, colaborador, etc.). Hubo un sector, el V.I.P. (sector que elegí la segunda noche para vivenciar-espectar), que no tuvo la posibilidad de vivenciar el éxito pregonado por la “organización” y la “consignataria”, y espero esos errores también se puedan corregir. Las siglas V.I.P. significan: “Very Important Person” (Persona Muy Importante), también significa: “persona que recibe un trato muy especial, persona socialmente relevante, que recibe privilegios o beneficios que no recibe el público común”, y bueno, tomando en cuenta el valor de las mesas, y las cantinas, muy elevados (50% más caro que el sector popular, que también es caro), estamos de acuerdo, son VIP, ser VIP tiene su costo. Quienes compraban fila 1 no podían ver (lo solucionaron para la 2da. noche, felicitaciones), quienes compran en fila 2 a partir de la 2da noche ven menos, los de la fila 3 y 4 no ven, así de sencillo: no ven (estaba en fila 4, para ver tuve que subirme a una silla o baranda), y evidencia que las “tarimas” son más bajas que las usadas en otras ediciones, puesto que antes no pasaba. A las 22 hs. Ingresamos, después de hacer fila, fila cuádruple de unos 100 mt. (una para cada sector, y de la que mucha gente no respetaba, “se colaban”, y lo peor es que no había nadie que “haga respetar”), ingresamos, vamos a nuestra mesa, hacemos un pedido a la moza (solo contado efectivo y anticipado) a las 22:10 y llega a las 00:35, solo las bebidas (reclamo mediante), y todas naturales (calientes). Comienza la última comparsa, me fui hasta la barra y reclamé las papas fritas que pedí a las 22:10, que me dieron con muy mala predisposición. Sencillamente fue un verdadero caos. Detalle no menor, de saltar, bailar, algo muy común, es carnaval, se hace complicado, casi imposible, porque se hunden los pisos. Felicitaciones tengo si, para quienes eligieron “la popular” o las sillas. En mi intento, fallido, de ser espectador, desde la zona V.I.P. (otro punto de mirada), termino siendo un poco espectador y un poco Testigo de algunos acontecimientos que ya mencioné, pero sin más, empiezo mi aporte, con lo que pude Espectar, lo que nos convoca y debería ser protagonista, el Carnaval, las Comparsas, los/as Artistas: EMPERATRIZ abre la segunda noche, la primer cuenta regresiva le pertenece, y sale a “la manga”, con la voluptuosidad que la identifica, en lo que parece ser el “techo” de su producción (aunque sabemos que no es así), nos invita a que no podamos decidir que mirar, si la embajadora, el frente o el carro de apertura, que parece estar “a punto”, a diferencia de la primer noche, en esta casi no se perciben detalles, y tiene elementos que le dejan un acabado ideal: Estructura-Esculturas-Pintado-Apliques-Iluminación-Personas/jes, etc., si hasta las Brujas parecía que iban a salir volando con sus enormes escobas, y no me sorprendería que una de estas noches, el Gigante Nocturno (el Búho) mueva su cabeza, como asechándonos. Las escuadras hacían su paso, una tras otra, en una “sintonía” impecable con la música, y brindándose para ambos sectores de la manga. Mal no le quedó la idea del “Brillo y Glamour” con la que se autoperciben, si hasta cada “Tripé”* estaba a tono de la voluptuosidad: Destaque y Reina. Cada vestuario lucía impecable, vestimenta-tocados-espaldares-apliques-emplumados, con el estilo que impulsa la multicampeona, con el toque de quiénes lo confeccionan y el aporte de quienes lo portan. Sobresale la bastonera, dando un espectáculo casi aparte, con un manejo de los objetos y una soltura, que es imposible pase desapercibida. La Verde y Blanca siempre se la juega, y lo que antes eran 2 carrozas, casi al final, una de “niños/as” y otra en competencia, se transformaron en una enorme alegoría, se unieron, las unieron, para formar una sola estructura, también se notan mejoras en lo que es pintura-iluminación-apliques, agregan movimiento a la cabeza de la escultura principal, y al decir verdad, se llevan todas las miradas, las 3, en un concepto miradas que propongo entender desde lo teórico: 1- cuando sale a lo lejos, 2-cuando pasa al lado nuestro, y la más difícil de lograr, 3-mirar aun cuando se está yendo. Punto aparte para la Armonía emperadora, que “sonó mejor” que la primer noche (hubo problemas técnicos), se escuchó y notó la labor de su puyador, y la sintonía con la TNT (su batería) nuevamente deja en claro que hay ensayo, hay una articulación entre ambos que no deja margen de error, y sobre todo, contagia alegría a quienes vamos en la búsqueda de esa misma alegría. BELLA SAMBA luego del conteo sale al sector pintado de blanco, por segunda vez, pero en esta ocasión se ve otro ánimo, otra puesta, más compleja, más voluptuosa, más terminada, y sorprende, la “Multicolor” siempre sorprende, me remite a la palabra: Crea, de crear y de creer; de crear porque se levanta siempre, ante toda adversidad, ajena y sobre todo las propias, adversidades creativas si las hay, muchas, pero después de una primer noche en la que parecía estar lejos de su máximo potencial escénico, nos invita a observar con más detenimiento su puesta, su “apuesta”, si tener como condicionante lo azaroso, sino lo que proyecta de verdad, y nos invita a creer también, que no dejará de levantarse, como su canción, casi himno, y estar arriba, bien arriba. La embajadora, el frente de comparsa y carro se hacen una sola imagen, conjugando sus estéticas, sosteniendo varios puntos de mirada, casi sin detalles en lo que es la “primera impresión”. Las escuadras pasan, hasta me animo a decir que más alegres que la anterior pasada, y eso lo da la tranquilidad de que ya no hay detalles para mostrar en los vestuarios-espaldares-tocados-calzados-etc., están en un punto que da orgullo lucir. Los tripe, las figuras en competencia, abre escuadras y “solistas” también tienen mejoría en sus puestas, en los vestuarios y accesorios, si hasta parece que duplicaron la cantidad de integrantes, y la armonía entre música y coreografías son impecables. El carro de cierre también parece estar en su punto máximo, muestra otros objetos, mejor iluminación, ya que la primer noche no estuvieron (seguro fueron los daños que sufrieron por los vientos de esa primer noche), y se levanta, en donde se mire, Bella Samba se levanta, punto alto nuevamente para su destaque, que desde lejos nos hace observar su contraste rojo a fuego sobre la pista blanca. “So Alegría”, su banda, no conoce de claudicar, en cada noche levanta hasta los vecinos que a veces critican los eventos, articulando con la “Eterna Guerrera”, que dará pelea en cada noche, en búsqueda de un sonar que los lleve a lo más alto. IMPERIO, que ya desde su primer noche nos mostró que se puede salir casi en su punto más alto, desde el principio, y en esta segunda noche, antes de ingresar a la avenida pero con el tiempo en marcha, hizo su entrada con un “prólogo” (por ponerle un término) que nos pone la piel de gallina, en una mezcla de grabaciones del enorme Charly García, y los músicos jugando con las melodías del artista del “Say no more”. Nuevamente la puesta de su comisión de frente se lleva las miradas, pero a escasos metros viene la carroza-alegoría de apertura, en esta ocasión, o no lo vi la primer noche, varios de los televisores, reales, que van como complemento escenográfico, funcionan, también complementado con una mejor iluminación, pero lo que no hay que perderse tampoco es el bellísimo grafiti de la parte de atrás, al estilo urbano, como los que tiene el artista homenajeado en su casa. “…Nadie los puede parar…”, dice parte una de sus canciones emblemáticas, y así es, cada escuadra, cada pasista, cada figura en competencia, pasan con una energía que contagia, no hay quien no cante las canciones, que no haga gestos acordes a las letras, o no sonrían, y reitero el término con la que se puede describir a quienes estén en esta comparsa: convicción, por lo que hacen, si hasta nos hacen olvidar de que si hubo algún error, como el destaque (se iba para un costado el primer desfile), esta noche ese mismo tripe parecía no tener peso, además de lograr su cometido estético, parecía volar. El paso de la comparsa, y la prolijidad de su paso (evolución), es sin dudas uno de los puntos altos, casi sin “baches”, bien coordinados/as, a una velocidad agradable, donde se puede apreciar lo que uno decida o elija poner como interesante. 20 de años amor, no son pocos, en la Nota 10 (su batería) hay una actitud que lo refleja, porque va con un pulso parejo, disfrutan, se arriesgan, juegan con la banda que hace la música, salen y entran del juego batería y banda logrando melodías que solo Imperio propone cada año. RÁFAGA no cierra nada mas que la noche, y abre expectativas, deja en evidencia que además de su “vuelta al sol” es otra la vuelta que pretende, porque parece no tener techo. Su puyador estremece con el grito de guerra, pisa la manga la embajadora, y comienza el show que en un principio levanta a los espectadores que están al principio, y ni hablar de su tribuna, pero al ir recorriendo, metro a metro, la Tricolor deja biquiabiertos a los/as demás espectadores, que comienzan a bailar y cantar sus canciones, la nueva y las míticas, y casi como en una casualidad, saliendo el primer carro, el de apertura, sopla un viento fresco mientras suena la canción legendaria “Hijos del viento”, moviendo el plumaje del espaldar más alto de la carroza y las banderas en la tribuna al mismo tiempo. Impresiona, para bien, y como punto alto, la calidad de los vestuarios, que en esta segunda noche parecen haber logrado su mejor punto, también los accesorios que hacen al vestuario como tocados-espaldares-calzados-etc. Los tripé* (del frente de comparsa, destaque) están mejor resueltos, no solo lo estético visual, sino su andar-marcha sobre la manga, algo que muchas veces no se logra ensayar con anticipación. La evolución, el paso de la comparsa, parece mejorar, se hace más compacto, dejando apreciar cada detalle, casi sin “baches entre escuadras-carros-tripés, salvo al final que se notan algunos claros, y el reloj se hizo cargo del pulso (estaban con el tiempo muy ajustado). Hay una energía diferente cuando a una comparsa le toca cerrar la noche, aprovechar esa energía es simple juego, y nada que desperdiciar de parte de “La juntada Tricolor” (la banda musical) en una puesta a punto sin límites, de extrema cordura o locura ordenada, imparables, incansables, pero, por supuesto, otros que no desperdician nada, la mítica “Nota mil” (su batería), que no solo conmueven a los “corazones tricolores”, sabemos son uno de los puntos más altos de nuestro carnaval, “Batuqueros de ley” dicen, generando ansiedad entre el público y los espectadores, haciendo que esperemos su paso, no importa cuando, pero esperamos. El corsódromo no estuvo en su capacidad óptima, poner como justificativo la época del mes no coincide con las posibilidades que hay, la crisis económica se hace ver si, pero se podían comprar mesas, sillas, entradas hace bastante, tenía su capacidad en un 60-70%, al final quizá llegó a un 80% (cuando “levantan la entrada”). Otra vez me llama la atención ver tribunas que no se completaban, salvando las del sector “B” y el “C”, muchas sillas vacías, mesas en diferentes «alturas” (filas) que también estaban vacías. El clima comenzó ofreciendo mucho calor, pero un viento fresco solía hacerse presente, intermitente, pero ahí estaba, lo que hizo una noche “soportable” y muy buena para el espectáculo. Sobre lo que viene, la tercera noche, espero, desde donde decida estar, pueda ser más espectador, el espectáculo estará más que al 100%, el público y los espectadores queremos disfrutarlo, desde donde estemos, donde podamos pagar: tribuna, silla, o mesa V.I.P., no importa donde, sino Como Corresponde. Espero, deseo, quisiera, por el bien del carnaval, que escuchen (lean) y corrijan donde hay errores, que se mejore noche a noche y no al revés; esta fue la 2da. Noche, donde tampoco hay tanta exigencia de parte los protagonistas (Comparsas y Público), quedan 4 noches, las comparsas ya están en su mejor performance, vale cada centavo que uno gasta para verlas, ofreciendo un gran espectáculo, pero falta la otra parte, la que los sostiene: Publico y espectadores, disfrutando, compartiendo, y siendo también protagonistas de esta historia, del carnaval de Concordia, el carnaval más pasional del país. (*) Profesor de Teatro – Escenógrafo y Actor

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